jueves, 25 de junio de 2009

Reclaman los restos del indígena asesinado por militares en retén

El hermano de la víctima presentará acusación judicial contra los soldados

Fuente: La Jornada de Guerrero


Demanda que el gobierno del estado intervenga para castigar a los responsables del crimen

MARLEN CASTRO

CHILPANCINGO, 23 DE JUNIO. “No sé… No sé qué hacer con esto que siento, quisiera gritar para soltar todo lo que traigo”, se lamenta José Rubio Villegas, mientras hace los trámites para llevar de regreso a su pueblo los restos de su hermano Bonfilio, asesinado la noche del pasado sábado por militares cuando viajaba en un autobús de Tlapa al Distrito Federal.

José dice sentir rabia, impotencia y un gran dolor por la forma en la que mataron a su hermano, por lo que exigió castigo para los responsables del crimen.

Esta mañana José Rubio vino a la capital para llevarse del Servicio Médico Forense (Semefo) a Bonfilio, luego del premonitorio viaje relámpago que hizo su hermano a Tlaltzala, municipio de Tlapa, su lugar de origen, para despedirse de todos, ya que tenía planeado cruzar la frontera el 30 de este mes para buscar trabajo en Nueva York, Estados Unidos.

De regreso a la ciudad de México, el autobús en el que iba fue tiroteado por militares en un retén, quienes alegaron que el chofer no quiso detenerse y una bala dio en el cuello del infortunado albañil, quien murió en su asiento.

Rubio Villegas, acompañado por Aurora Muñoz, activista de derechos humanos, demandó al gobernador Zeferino Torreblanca Galindo que exija que se castigue a los responsables del ataque.

Anunció que en cuanto sepulten a su hermano interpondrán una denuncia penal contra los militares que estuvieron en el puesto de revisión.

José Rubio contó que la noche del sábado su hermano, de 29 años, regresaba a la ciudad de México, donde trabajaba de albañil desde hace varios años, pues en su comunidad no hay ningún medio para ganarse la vida.

Bonfilio había llegado a Tlaltzala el día anterior, pues sólo vino a despedirse de sus familiares, ya que el 30 de este mes cruzaría la frontera con Estados Unidos con el propósito de llegar a Nueva York.

De acuerdo con los testimonios que José recogió de varios pasajeros que iban en el mismo autobús, al llegar a un retén militar, cerca de Huamuxtitlán, los soldados los detuvieron y el conductor paró el camión.

Los soldados subieron a revisar y bajaron a un joven que les pareció sospechoso porque traía botas tipo militar, entonces el conductor pidió que le firmaran una responsiva para probar que ellos tenían al detenido, para explicar en la terminal, porque llegaba con un número diferente de pasajeros de los que abordaron.

Los militares se negaron y ordenaron al autobús que continuara la marcha, pero cuando iban a unos metros, les dispararon.

“Lamentablemente una de esas balas mató a mi hermano”, recriminó el na savi.

En su versión, las autoridades sostuvieron que el conductor del camión se negó a detenerse y fue cuando los soldados dispararon.

El autobús llegó a la terminal de Huamuxtitlan y fue hasta ahí cuando los pasajeros se dieron cuenta que una bala había atravesado a Bonfilio.

Hoy en la capital, José Rubio pidió la solidaridad del gobierno estatal para trasladar el cuerpo de su hermano Bonfilio, porque su familia es muy pobre.

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