lunes, 15 de octubre de 2007

Cosme Mares Sí remodeló el rancho de Fox

Por Anabel Hernández


El empresario que rediseñó los jardines del rancho San Cristóbal confirmó a Re porte Índi go que Cosme Mares Hernández remodeló el viejo rancho de la familia. La milagrosa transformación fue presentada a todo color en las páginas de la revista Quién y dio pie a la creación de una comisión especial en la Cámara de Diputados. A cambio de los trabajos, el constructor guanajuatense recibió en el sexenio foxista más de 3 mil millones de pesos en contratos de la SCT y la CFE.

La transformación del viejo rancho San Cristóbal en una hermosa finca con jardines, estanque, alberca e interiores de lujo sí fue realizada por el empresario guanajuatense Cosme Mares Hernández, propietario de la empresa Fabricación y Colocación de Pavimento, S.A. (Facopsa), que en el sexenio pasado obtuvo contratos por más de 3 mil millones de pesos.

Así lo corroboró a Re porte Índigo, Mauricio Gutiérrez de Velasco, dueño de Viveros GDV, Desarrollo de Jardinería y Acabados, S.A. de C.V. y uno de los diseñadores de exteriores más conocidos de León, Guanajuato.

De 2000 a 2004, GDV realizó los trabajos de jardinería del rancho del entones presidente de México. Primero los rediseñó y luego les dio mantenimiento. La semana pasada, Re porte Índigo, reveló documentos que prueban que Cosme Mares Hernández remodeló la propiedad, cuyo lujo fue exhibido por la revista social Quién.

Ante las evidencias, la Cámara de Diputados creó una comisión especial para investigar el enriquecimiento de Fox.

Presentamos copias de los presupuestos que GDV le entregaba a la sobrina de Mares Hernández, María Concepción Rivas Mares, y a Jorge Hernández Paniagua, quien hasta la fecha es brazo derecho de Cosme en Facopsa y despacha en las oficinas ubicadas en Periférico Sur 3343, en la Ciudad de México. Hernández Paniagua decidía qué se hacía. “Él daba el visto bueno, que todo estuviera bien. Me imagino que él estaba a cargo de la remodelación.

¡No, pues sí estaba!... Es un cuate con sensibilidad y estuvo encargado de todo”, señala Gutiérrez Velasco en entrevista exclusiva. “El señor nos decía: ‘¡Muy bien, Mauricio, perfecto! Está bien, ya cóbrenlo’”. Gutiérrez Velasco explica que alguna vez llegó a ver a Cosme Mares en el rancho.

Aclara que la propiedad estaba abandonada. “No tenía mujer, y una casa sin mujer, no es casa”. “Con la remodelación, dignificaron la vivienda”, afirma. Gutiérrez Velasco deja en claro que los trabajos que hizo en San Cristóbal no son los más importantes que ha realizado. Durante y después de la remodelación, el gobierno federal otorgó a Cosme Mares diversos contratos, muchos de ellos sin licitación pública y otros nunca fueron terminados.

Éste podría ser el caso más obvio de tráfico de influencias de Vicente Fox. Y también podría explicar de dónde sacó el dinero para invertirle al rancho si estaba en bancarrota cuando inició su gobierno.

Durante dos años he recabado información de trabajadores de Cosme Mares que afirman que el empresario carretero remodeló vel rancho San Cristóbal, pagó las tarjetas de crédito de los hijos del ex presidente y entregó portafolios llenos de dinero, entre otros favores, para conseguir contratos en el gobierno federal.

Reporte Índigo, volvió a buscar al constructor en sus oficinas de Facopsa para entrevistarlo, pero se informó que estaba en León, Guanajuato. La Ley de Responsabilidades de Servidores Públicos y el Código Penal Federal señalan que existe enriquecimiento ilícito cuando el servidor público no puede acreditar el legítimo aumento de su patrimonio o la legítima procedencia de los bienes muebles e inmuebles a su nombre o de aquellos respecto de los cuales se conduzca como dueño. Es decir, que tengan un valor que no pueda solventarse con los ingresos del funcionario.

Fuente: Reporte Índigo

¡Ya no mientas, Vicente!

Por Anabel Hernández

El ex presidente Vicente Fox lo niega, pero el Registro Público de la Propiedad de San Francisco del Rincón es lapidariamente contundente.

La hoy llamada Hacienda Estancia de Vaqueros –antes rancho La Estancia–, que mide 292 hectáreas y está ubicada en el poblado Nuevo Jesús del Monte, tiene sólo dos propietarios: Vicente Fox y Marta Sahagún. Según las escrituras obtenidas por Re porte Índi go, la ex pareja presidencial es copropietaria del magnífico rancho que Fox construyó a principios de su sexenio, el cual está conformado por cuatro terrenos, tres a nombre de Vicente Fox Quesada y otro a nombre de Marta María Sahagún Jiménez (sic).

El ex mandatario lo niega, pero las medidas y colindancias del rancho de Vicente y Marta, claramente señaladas en los planos que se encuentran en el Registro Público de la Propiedad, no dejan lugar a dudas.

En los terrenos de Fox hay dos lujosas cabañas. La principal es obra del arquitecto Humberto Artigas del Olmo, el mismo que remodeló la cabaña que la ex pareja presidencial habitó en Los Pinos.

Estos predios también alojan un pequeño cuartel para los elementos del Estado Mayor Presidencial y la servidumbre, el cortijo y una enorme palapa para 300 personas en la que realizaron numerosas comidas al final del sexenio pasado.

Hay también caballerizas con corceles pura sangre, corrales para vacas jersey, llamas y venados, así como más de 20 hectáreas sembradas de agave azul. En el terreno que está a nombre de Marta María Sahagún Jiménez hay una tercera cabaña que ella mandó construir para sus hijos. La hizo cuando su marido todavía era presidente.

Quienes preparan sus afilados cuchillos para ajusticiar a Marta salvando el pellejo del atribulado Fox, tendrán que pensarlo dos veces. La pareja Fox-Sahagún ha sido dupla en todo: en su matrimonio, en los negocios y en el modus operandi para pedir bienes y favores. La desesperada estrategia de Vicente Fox, quien niega con palabras lo que está asentado en escrituras públicas con valor legal, es prueba de que no tiene cómo demostrar que esos bienes corresponden a sus ingresos y ahorros, ni antes ni durante su sexenio.

De predio rústico a hacienda

Esta semana, Reporte Índigo, hizo una investigación en el Registro Público de la Propiedad (RPP) de San Francisco del Rincón. Pagando los derechos correspondientes, fueron solicitados los certificados de propiedad de Vicente Fox Quesada, Marta Sahagún Jiménez, Juan Pablo Fox Quesada, José Luis Fox Quesada, Cristóbal Fox Quesada y Javier Fox Quesada.

El certificado de propiedad expedido el 2 de octubre de 2007 estipula que el ex presidente es dueño de tres propiedades en la “Hacienda de San Cristóbal”, con una superficie de 15 hectáreas. Esto es lo que se conoce como su rancho “oficial”. Una propiedad está en el lote 7, otra en el lote 4, y dos en el lote 2. También es dueño de tres terrenos en Estancia de Vaqueros, en Nuevo Jesús del Monte, que también se conoce como “Ex Hacienda de San Cristóbal”. Aquí está el nuevo rancho de Fox, el secreto, el que se niega a reconocer como suyo. Según la documentación oficial, ninguno de los hermanos del ex mandatario tiene propiedades en La Estancia.

Hace unas semanas, Lino Korrodi dijo a Re porte Índigo, que, usando dinero de la precampaña presidencial, Amigos de Fox compró en 1998 parte del rancho La Estancia, operación que se hizo a petición del propio Vicente Fox. Era un asunto sentimental, explicó Korrodi, porque toda esa propiedad había pertenecido al padre o al abuelo del entonces candidato presidencial. Fox quería recuperarlos, pero no tenía dinero.

El regalo solicitado no sólo fue pagado con recursos de la precampaña, sino que Fox lo recibió cuando todavía era gobernador de Guanajuato, lo cual está prohibido por la ley, ya que el valor del predio superaba lo que se permitía obsequiar al mandatario estatal. Se trata de un cerro que comienza en Nuevo Jesús del Monte y termina hasta el otro lado del monte, en el ejido San José de la Barranca y Fracción de California.

En 1998, Korrodi pagó dos predios a Alipio Bribiesca, quien hace dos años declaró que el terreno no servía ni para criar puercos. En una entrevista que le hice, afirmó que el pozo de agua era insuficiente, que la bomba estaba colapsada, que en el duro tepetate no crecía nada y que el lugar era de difícil acceso.

De acuerdo al RPP, el terreno con folio 1185 mide 230 hectáreas. Esto quedó asentado en la escritura 115 de la Notaría Pública 108, de León, Guanajuato. Otro, con folio 1040, tiene una extensión de 12.89 hectáreas. Esto da un total de 242.89 hectáreas.

Quienes hicieron el regalo estaban conscientes de que era una operación irregular y que Fox no tendría manera de comprobar la compra. En ese entonces, fueron puestos a nombre de Ana Cristina Fox de la Concha, la hija mayor del ex presidente, quien tenía 20 años. Ana Cristina duró poco como propietaria. El 1 de marzo de 1999 donó a su padre los dos terrenos de manera “pura y simple”, sin ningún pago de por medio.

La escritura pública de la donación especifica que en el predio sólo había un par de viejas bodegas y una casucha. El notario número 108 de León, Guanajuato, José Rodrigo Moreno, dice que la propiedad valía 297 mil pesos en ese entonces. En los primeros meses del sexenio pasado, la propiedad sufrió una notable transformación a pesar de que el entonces presidente no disponía de recursos.

Réplica de Los Pinos

En los primeros meses de 2001, el guanajuatense mandó construir instalaciones agropecuarias y una elegante casa, obra del arquitecto Humberto Artigas del Olmo. Después de años de ocultar su autoría, Artigas del Olmo empezó a presumir la hermosa casa a principios de 2007 en su página de Internet, www.innova-net.com/artigasnew. En la sección “residencial”, aparece una foto de la parte frontal de la nueva casa de Fox. Es una residencia de una planta, con porche y enormes ventanales. Desde aquí se domina la propiedad, el poblado Nuevo Jesús del Monte y hasta los lejanos sembradíos del rancho ubicado en San Cristóbal En su interior, la casa tiene detalles de madera, cantera y hermosos muebles. Es prácticamente una réplica de la cabaña que Vicente y Marta ocuparon en Los Pinos. Quizá para no extrañar.

“La experiencia de Humberto Artigas en este campo es muy amplia y prolífica”, señala el pie de foto de la página del arquitecto. “Abarca el diseño y construcción de residencias de lujo, edificios de departamentos, casas de descanso y ranchos. “El hilo conductor de todas estas construcciones es la correspondencia con el lugar, tiempo y espacio en que se ubican; el uso de texturas, materiales naturales como el mármol, madera, cantera, piedra y, sobre todo, la creación de espacios sensibles que recojan los deseos del cliente y cubran sus necesidades.

“La arquitectura residencial es un área muy sensible para HAA (Humberto Artigas y Asociados), puesto que el cliente le abre las puertas de su hogar y le transmite su estilo de vida y costumbres”, dice el texto. El croquis de la propiedad de Fox, que forma parte de las escrituras y del cual se tiene copia, muestra que la casa se ubica en el terreno del ex mandatario.

En 2005, cuando salió el libro “La Familia Presidencial”, que escribí junto con Areli Quintero, el entonces mandatario difundió el rumor de que la propiedad que se mencionaba en la publicación no era suya, sino de su hermano mayor José Luis Fox Quesada.

Sin embargo, el certificado de propiedad emitido el 2 de octubre pasado por el RPP de San Francisco del Rincón, al que pertenece La Estancia, señala que el único predio que tiene José Luis en el municipio es una fracción de terreno de 68 hectáreas en la Hacienda de San Cristóbal, al lado de donde se encuentra el rancho oficial de Vicente Fox. Ninguno de los demás hermanos tiene terrenos en Estancia de Vaqueros.

Según han narrado familiares de la ex pareja presidencial, Vicente y Marta reciben a sus amigos más íntimos en la cabaña de lujo que tiene la firma de Artigas del Olmo. Y justo en esa casa está uno de los regalitos que le dieron a Fox “voluntariamente a fuerza” cuando fue electo presidente. Se trata de una mesa que era propiedad de Purita Guillermo Prieto, presidenta del Consejo de Administración de Promotora Industrial Azucarera, que administra los dos ingenios azucareros propiedad

del Grupo Contal.

El mueble estaba en la casa que tiene Purita en Acapulco. Cuando Fox la visitó, ya como presidente electo, le llamó la atención que la mesa tuviera un parte central giratoria para rotar los alimentos entre los comensales. Sin empacho, le pidió que se la regalara. Entonces, la anfitriona le ofreció mandar a hacer otra. Pero él no quería otra, quería ésa. Y Purita se la obsequió.

Fox también tiene una lujosa cabaña de dos niveles y una terraza. Ésta es la que usan sus hijos.

Sin llenadera

El 12 de febrero de 2004, el guanajuatense compró a Efraín Padilla González 60 hectáreas que colindaban con el terreno que le había “regalado” Amigos de Fox. Pagó dos millones de pesos por un terreno “cerril incultivable” que valía 95 mil 263 pesos según el Departamento de Catastro del Ayuntamiento de San Francisco del Rincón. Sin embargo, en esta área estéril, Fox ahora siembra agave azul. Efraín Padilla conserva cerca de 85 hectáreas. Sin embargo, desde hace tres años renta esta propiedad a Fox, quien ocupa el pozo de agua, los establos –ahí guarda su ganado de engorda– y la tierra para sembrar cebolla y maíz.

Para 2004, el ex presidente ya había acumulado 302 hectáreas. Cuando Fox gobernaba, la propiedad era custodiada por elementos del Estado Mayor Presidencial. Hoy la situación sigue igual. De hecho, los guardias impiden el tránsito por el ejido Nuevo Jesús del Monte para que ningún extraño se acerque a los terrenos de Vicente y Marta.

Un regalo para Martita

Marta Sahagún no es la única que hace regalos de dudosa procedencia a su marido. El 23 de febrero de 2006, Fox le dio 7 mil 980 metros cuadrados de su terreno en La Estancia.

La donación quedó asentada en el RPP hasta el 30 de noviembre de 2006, el último día de gobierno de Fox. Era una especie de regalo de fin de sexenio para su consorte. También en febrero de 2006, el notario público de cabecera del ex presidente, Marcelo Gay Guerra, rebautizó el rancho como Hacienda Estancia de Vaqueros, según consta en la escritura.

Gay Guerra, notario público 85 de León, Guanajuato, dejó asentado el cambio en la

escritura 8622: “El señor licenciado Vicente Fox Quesada otorga en donación simple a título gratuito, a favor de la señora Doña Marta María Sahagún Jiménez de Fox, el siguiente bien inmueble materia de esta donación, el cual se describe a continuación.

“Una fracción de terreno de la Hacienda Estancia de Vaqueros, antes Ex Hacienda de San Cristóbal, ubicado en la ciudad de San Francisco del Rincón, Guanajuato, con una superficie de 00-79- 80.79 hectáreas (7,980.79 metros cuadrados)”. A la derecha del predio de Marta está el acceso principal del rancho. Cruzando ese camino están las caballerizas, los establos, el cuartel, el cortijo y la palapa. Arriba del terreno se ubica la casa principal.

Fue a mediados de 2006 cuando la todavía primera dama construyó una casa para sus hijos. Es color durazno, de un solo nivel, con porche, grandes ventanales y jardín alrededor. Este predio colinda a la izquierda con un terreno que Fox vendió en diciembre de 2004 a su sobrina María Paola Fox. Por 10 hectáreas de monte, el ex mandatario recibió 150 mil pesos. En la propiedad de María Paola no hay construcciones, sólo mezquites y algunos pinos.

Quienes dicen poner las manos al fuego por el ex presidente Vicente Fox saldrán achicharrados. Fox no tiene salida. Dice que el rancho –mejor dicho, la Hacienda La Estancia de Vaqueros– no es suyo. Las escrituras prueban lo contrario. Podrá seguir mintiendo, pero las evidencias documentales lo hunden.

Fuente: Reporte Índigo

Tres reflexiones... Socialismo Real: lo que pudo ser y no fue; Cerrar el paréntesis; El Socialismo del futuro

Socialismo Siglo XXI: un camino, no un destino

por Altercom*, Jorge Gómez Barata *

“El trauma que en la izquierda provocó la derrota del modelo socialista eurosoviético, el auge del neoliberalismo y la pretensión de los países imperiales encabezados por Estados Unidos, que intenta aprovechar la globalización, relanza la idea de un movimiento de izquierda plural, que avance con la riqueza y la diversidad que emana de las diferentes enfoques y proyectos nacionales para confluir en una zona común, donde tiene lugar la confrontación con la hegemonía imperial y sus nefastas consecuencias...”

15 de octubre de 2007

Desde
La Habana (Cuba)

I

SOCIALISMO REAL: LO QUE PUDO SER Y NO FUE

Antes que un programa político y una forma de gobierno, el Socialismo fue una audaz aventura del pensamiento. Una corriente ideológica alternativa al predominio de la doctrina liberal, surgida de la crítica al capitalismo salvaje desde los círculos de la intelectualidad europea avanzada.

A diferencia del Liberalismo y de otras grandes corrientes, en las cuales las reflexiones teóricas marcharon a la zaga de los fenómenos que las generaron, en este caso las relaciones mercantiles, las ideas socialistas fueron construcciones teóricas que precedieron a la sociedad socialista, la anticiparon, la anunciaron y la defendieron cuando todavía no existía.

Casi nunca se recuerda que en el siglo XIX cuando al capitalismo se sumaron las máquinas de la revolución industrial, hubo una expansión explosiva de la producción y un inaudito afán de ganancias. Los capitalistas que necesitaban masas de trabajadores asalariados los reclutaron entre los campesinos, mujeres y niños que en mugrientas fábricas y talleres, en extenuantes jornadas de trabajo, creaban enormes masas de mercancías y de dinero.

Comprometidos con el “laissez-faire” (dejar hacer) esencia del liberalismo económico, los Estados de entonces ampararon el comportamiento salvaje del capital, que hizo insoportable la vida de la clase obrera y sumamente impopular al capitalismo.

En una época en que no existían sindicatos ni partidos políticos, descolló una generación de intelectuales que, por cuenta propia, asumieron la critica ilustrada del régimen de producción vigente, entre ellos Carlos Marx, cuyos estudios no sólo ofrecieron una explicación científica a aquellos fenómenos, sino que avizoraron una solución al anunciar que, al ser portador de los gérmenes de su propia destrucción, el capitalismo era perecedero.

Uno de los grandes descubrimientos de entonces fue que el capitalismo no podía crecer sin hacer crecer e ilustrar a la clase obrera y que los trabajadores, no podían liberarse sin liberar a toda la sociedad.

Sin contar con medios de propaganda ni dinero y enfrentando a la reacción europea, Marx y el Socialismo se hicieron inmensamente populares.

La intelectualidad progresista de entonces y los lideres obreros que surgían eran todos socialistas, incluso el más brillante de todos los papas, León XIII, percatándose de la grandeza del momentos histórico y del significado que la desmedida explotación podía tener, escribió la más importante de las encíclicas sociales de la Iglesia: «Rerum Novarum», (de las cosas nuevas), en la cual reconoció la pertinencia del socialismo, dio la razón a Marx e instó al capitalismo a moderarse.

Carlos Marx fue más lejos todavía y, al fundamentar científicamente que el capitalismo, con todo y su derroche de crueldad, era una etapa imprescindible del desarrollo histórico, por cierto la más floreciente que había conocido el género humano, se hizo popular también entre los burgueses, en particular en los países más atrasados, para los cuales, como ocurría en Rusia, el desarrollo capitalista era una asignatura pendiente.

Eso explica que rápidamente «El Capital» fuera traducido a todas las lenguas europeas y al inglés y sustancia la afirmación de Antonio Gramsci acerca de que en Rusia, «El Capital», antes que un libro de los trabajadores fue un libro de la burguesía.

El socialismo era entonces la gran esperanza a tal punto que, aprovechando aquel clima ideológico y las condiciones objetivas creadas por la Primera Guerra Mundial, Lenin, Trotski y la vanguardia bolchevique, desplazaron del poder al gobierno provisional, creado tras la caída del zar y en la más audaz de todas las acciones políticas de la modernidad, en nombre de la clase obrera, tomaron el poder político en la sexta parte de la Tierra.

Tres circunstancias casi imposibles de vencer conspiraron contra el triunfo de aquella experiencia que dejó perpleja a la burguesía mundial: la contrarrevolución y la intervención extranjera, la muerte de Lenin y la inconsecuencia de los militantes revolucionarios personificada en Stalin.

No obstante, el socialismo era tan justo y pertinente que sobrevivió a todo aquello y apenas veinte años después, lo que había sido el bárbaro imperio de los zares, convertida en la Unión Soviética, enfrentó a la maquinaria bélica alemana que había puesto de rodillas a la Europa capitalista, humillado a la orgullosa Francia haciéndola capitular y ocupándola y puso a Inglaterra al borde del colapso.

Franklin D. Roosevelt, el más competente de todos los políticos norteamericanos, comprendió que sin aquella fuerza formidable no era posible derrotar al fascismo y pactó con Stalin.

La muerte de Stalin en 1953 y la honesta y lúcida determinación con que el XX Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética criticó sus errores, ofrecieron una oportunidad para la rectificación, cosa que la burocracia instalada en el Kremlin y en el partido no permitió.

En el escenario aparecieron fenómenos nuevos, entre ellos el movimiento de liberación nacional, el hundimiento del sistema colonial del imperialismo y el crecimiento del nacionalismo afroasiático con fuertes tendencias socialistas y sobre todo la Revolución Cubana, procesos que en conjunto, al prestigiar el socialismo de hecho, aplazaron la debacle.

Nikita Kruschov, Secretario General del PCUS entre 1953 y 1964, cumplió su papel al denunciar a Stalin e intentar cambios al interior del país y en la política exterior, que de cierto modo, relanzaron el socialismo, proceso frustrado con la llegada al poder de Leonid Brezhnev, que si bien acompañó las mutaciones originadas por el debut en Europa de una generación de políticos jóvenes y pragmáticos y asimiló las primeras maniobras norteamericanas relacionadas con el control de armas, sumió a la Unión Soviética en el más rotundo inmovilismo.

En realidad, culpar a Stalin del desastre es tan injusto como exonerarlo. Lo cierto es que entre su muerte y el fin de la URSS hubo tiempo y oportunidades para rectificar. Faltó valentía y audacia política y altura para asumir los retos del cambio. Las elites y la burocracia instalada en el poder no son suicidas y las de la Unión Soviética no eran una excepción.

Pese a todo, las ideas socialistas siguen vigentes y las oportunidades están abiertas. Chávez avanza con un Socialismo cristiano y bolivariano y Correa plantea una revolución ciudadana, Cuba se mira hacía adentro y relanza un proyecto ya consolidado y la idea de un socialismo indigenista puede ser retomada, opciones no faltan.

El socialismo que no es cosa del pasado sino, del porvenir, puede crecer en ambientes en el que convivan todas las formas de propiedad, la ética y la moral cristianas, los derechos ciudadanos, incluso fuertes dosis de liberalismo económico.

Lo que está probado es que no admite es el dogmatismo, la exclusividad ideológica y la burocratización.

II

CERRAR EL PARÉNTESIS

Al plantearse un socialismo para el siglo XXI, Chávez sintoniza las tareas inmediatas de la Revolución Bolivariana con una estrategia de largo aliento. La vanguardia ecuatoriana hace lo mismo con su Revolución Ciudadana y en Bolivia se libra una batalla que al sumar y movilizar las potencialidades de los pueblos originarios, puede trascender el poder político inmediato e incluso las fronteras nacionales.

En realidad, no podía ser de otra manera. El inmovilismo disfrazado de estabilidad es la opción conservadora de la «entente cordial», que sostiene a la oligarquía latinoamericana; mientras que los representantes populares no tienen otra opción que proyectarse. Al menos en el sentido ideológico y político, el pasado es un referente, no un paradigma; un legado no un programa.

En tiempos de Carlos Marx, también existía un pasado socialista que formó parte de su herencia cultural y que tal vez lo inspiró, pero no podía servirle de modelo. Aunque pudieran haberlo hecho, no fueron Hugo Chávez, Rafael Correa ni Evo Morales, sino Carlos Marx quien, en el «XVIII Brumario de Luis Bonaparte», examinando un momento de cambio en la sociedad francesa, sentenció que: “La revolución social…no puede sacar su poesía del pasado…”

El fondo de la problemática actual es que, como mismo les ocurrió a los europeos en la posguerra, la lucha contra la pobreza y el bienestar de las mayorías que, en el caso de América Latina incluye la eliminación del subdesarrollo y el fin de la dependencia, implica la adopción de un modelo de progreso global que al sumar a las mayorías y movilizar los principales recursos del país, conduce a enfoques de socialistas.

Un cometido de tal naturaleza, incluye la democratización de sociedades hasta ahora regidas por Estados esencialmente autoritarios y gobernadas mediante sistemas políticos controlados por las oligarquías y las burguesías nativas, dependientes del capital transnacional y políticamente sometidas a la hegemonía norteamericana.

Para alcanzar ese cometido no basta con sustituir gobernantes e intentar hacer que las instituciones tradicionales, controladas por elementos afines a las elites dominantes, funcionen con criterios nuevos, cosa imposible dado la enconada resistencia de las clases a las que es preciso derrotar, reforzadas por un poderoso respaldo externo.

Los líderes que promueven el cambio en América Latina, están en el camino de hilvanar un discurso político honesto y popular, con la suficiente flexibilidad y capacidad de convocatoria como para atraer a la parte de la población que medra en la periferia de las elites gobernantes y aquellos que dominados por temores y prejuicios temen al cambio y lograr un consenso nacional, no sólo mayoritario, sino permanente.

De ese modo podrán, como ya lo hacen, paralizar y desarmar la contrarrevolución interna, neutralizar el poder mediático, lidiar con las autoridades judiciales y electorales y sumar a sectores que en el pasado fueron sostén de la oligarquía como son las fuerzas armadas, los cuerpos policíacos, los órganos de seguridad y la burocracia estatal, sin descuidar al sector académico, la intelectualidad, así como la jerarquía eclesiástica.

La revolución latinoamericana en marcha no ha necesitado contraer compromisos doctrinarios ni colorearse políticamente pues de lo que se trata es de un empeño por modernizar y democratizar las respectivas sociedades y poner fin al elitismo en la política, dejando definitivamente atrás la exclusión de las mayorías.

El socialismo eurosoviético fue un proyecto en cuyo enfrentamiento el imperialismo, la reacción y las oligarquías se emplearon a fondo durante casi un siglo y en torno al cual, valiéndose de tácticas de guerra sicológica y de manipulación de las mentes, exacerbaron las pasiones y crearon prejuicios que de alguna manera fueron incorporados a la cultura y a las estructuras ideológicas de las sociedades contemporáneas.

Al proyectarse hacía el futuro y buscar en las ideas socialistas más puras y originales los argumentos y las herramientas para formular los programas políticos avanzados de que son ponentes, las actuales vanguardias latinoamericanas evidencian talento y madurez.

El conocimiento de la fallida experiencia del Socialismo Real, con la cual los actuales liderazgos no tuvieron relación ni compromiso alguno, más que un paréntesis, es parte del difícil aprendizaje, imprescindible para acometer con ópticas propias y métodos actualizados las transformaciones estructurales que se requieren para construir, desde la realidad actual, sociedades modernas, progresistas y justas.

El Socialismo del siglo XXI no es otra puesta en escena. Es un estreno.

III

EL SOCIALISMO DEL FUTURO

Tiempo atrás, en un debate político, un circunstante acudió a un argumento en el que los demás no habíamos reparado:

“¿Alguna vez han escuchado a Fidel Castro criticar a la izquierda? Él nada más critica a la derecha. Les digo más ─ insistió ─ prefiere términos como revolucionario, patriota, pueblo, masa y otros parecidos. Raras veces acude a los conceptos de la jerga sectaria. Fidel sabe que las palabras unen”.

Desde entonces, siempre que puedo, al reflexionar sobre la unidad, acudo a la naturaleza integradora de las categorías de patriota y revolucionario, la de izquierda que no es tan mala, desune y las cosas se complican cuando ser materialista o idealista, creyente o ateo, marxista o no, más que diferencia, significa confrontación.

En los años noventa, cuando la caída de la Unión Soviética además de los dramáticos problemas materiales y políticos a escala del proceso revolucionario, generaba enormes tensiones morales en los militantes que asistíamos a la caída de referentes teóricos y de paradigmas ideológicos, especulamos acerca de que quizás, del desastre surgiría un punto de partida.

Para quienes asumimos que las ideas de Carlos Marx no habían muerto como no mueren las de Freud, Newton o Einstein porque la ciencia carece de colores y la verdad es siempre concreta; toda la izquierda es de algún modo socialista y todos los socialistas son, de alguna manera, marxistas.

La tesis es fácilmente verificable, dado que el pasado marxista de la socialdemocracia y del movimiento socialcristiano está solidamente documentado. Todos los socialistas, reformistas o radicales, le deben algo a Marx, como mismo le debemos a Adam Smith y a Keynes. Los sociólogos y economistas de cualquier corriente son naturalmente una combinación de marxista y liberales. Marx lo mismo puede ser asumido como el último economista clásico que como el primero marxista.

No es inconsecuencia, es dialéctica.

La Iglesia también bebió de las fuentes del marxismo, como lo hizo Marx de las enseñanzas de todos los grandes sistemas teológicos. León XIII, sociológicamente hablando, el más brillante de los Papas y el único que fue contemporáneo con Marx, sacudió la costra medieval de la Iglesia, dio organicidad a la doctrina social del catolicismo, organizó a los laicos e impulsó las organizaciones políticas, obreras y estudiantiles de inspiración cristiana y permitió la creación de los partidos socialcristianos. La encíclica «Rerum Novarum», es a la teología lo que «El Capital» es a la Economía.

La oposición entre marxistas y socialistas, es un fenómeno del siglo XX, un asunto lamentable más que un triunfo político, un proceso derivado de las posiciones políticas más que de las preferencias doctrinarias.

La única tarea organizativa ligada a la política emprendida por Carlos Marx y a la que dedicó alrededor de cinco años, fue el más plural, diverso y coherente de los proyectos internacionales formulados por los socialistas de todos los tiempos: la Organización Internacional de Trabajadores, proceso que encabezó y al que sumó a importantes representantes de la intelectualidad de la época, identificados por la critica a la despiadada explotación del capitalismo de entonces.

En esa época, cuando los partidos políticos y los sindicatos daban los primeros pasos y la teoría revolucionaria que se gestaba por medio del debate intenso, fecundo y plural y, en lugar de separar unía, Marx fue uno de los catalizadores de aquel magno proyecto unitario.

En 1789 en Paris se creó la II Internacional, que no era ya una organización obrera sino política y que no pudo evadir los avatares de esa condición.

La actitud ante la Primera Guerra Mundial marcó la diferencia y con el triunfo bolchevique, el auge de la contrarrevolución, la agresión extranjera y la falta de solidaridad de los partidos socialdemócratas europeos, las diferencias entre socialistas y comunistas, se volvieron insalvables.

La obligada radicalización de la Revolución Rusa, las deformaciones del stalinismo, las tensiones de la lucha antifascista y las diferencias acerca de cómo proceder en los países de Europa Oriental, crearon un abismo que duró hasta la desaparición de la Unión Soviética.

El trauma que en la izquierda provocó la derrota del modelo socialista eurosoviético, el auge del neoliberalismo y la pretensión de los países imperiales encabezados por Estados Unidos, que intenta aprovechar la globalización, relanza la idea de un movimiento de izquierda plural, que avance con la riqueza y la diversidad que emana de las diferentes enfoques y proyectos nacionales para confluir en una zona común, donde tiene lugar la confrontación con la hegemonía imperial y sus nefastas consecuencias.

Tal vez de la mano de nuevos liderazgos sin compromisos doctrinarios ni pasado sectario, comprometidos con la lucha por el desarrollo y contra la pobreza, la exclusión y el sometimiento se pueda transitar hacía una nueva etapa.

Es probable que de Chávez, Correa, Evo, incluso Lula y hasta la pareja del momento que gobierna en Argentina, venga una unidad que no es necesariamente orgánica ni ideológica, sino programática y que permitiría, construir una plataforma de ancha base en la que caben todos los que creen que un mundo mejor es posible.

Relanzar el socialismo y proyectarlo en el siglo XXI significa asumirlo como un camino y no como un destino. No se trata a donde se llega, sino hacía donde se avanza.

“Amarnos ─, decía el poeta ─ no es mirarnos unos a otros, sino mirar en la misma dirección.”

Gerardo Fernández Noroña comenta sobre el caso de Julia Klug

Video grabado el día de ayer domingo 14 de octubre, en el cual Gerardo Fernández Noroña deja claro que no es la RCP ni el PRD quienes están atrás de las protestas contra Norberto Rivera Carrera, sin embargo, las personas son libres de manifestarse para expresar sus ideas, como es el caso de Julia Klug:



(...) Sí reivindicamos el derecho de la gente a manifestarse de manera legal y de manera pacífica bajo los temas que considere convenientes.

Sabemos que Julia está citada la próxima semana en el Ministerio Público y esperamos que el Cardenal también sea citado con la misma prontitud con que ha sido citada (ella). Por eso, por eso. Esperamos que haya trato igual, que también el Cardenal sea citado muy pronto por la denuncia que tiene de lesiones por el mismo incidente del domingo. Y, queremos que se entienda muy bien, que se entienda muy bien, nosotros somos solidarios con toda la gente que sea perseguida, con toda la gente que sea perseguida.

A pesar de que la decisión --yo espero que no me saquen de contexto-- pero a pesar de que la decisión de Julia es una decisión personal de protestar, va a contar con nuestra solidaridad en cualquier acto de represión, de persecución o de acoso que quiera hacerse en su contra.

Si hubiese verdaderamente habido un acto ilegal, se tiene que responder por él, pero se tiene que comprobar que hubo un acto ilegal. Si lo que se trata es de generar un proceso de persecución, de acoso, de represión, no lo vamos a tolerar, y aunque digan lo que digan, ahí sí, la resistencia se manifestará, porque no vamos a permitir actos de persecución, reitero, no serán manifestaciones contra la jerarquía católica, por que también, como ya dije, ¿qué ganamos nosotros peleándonos con la jerarquía católica? O sea, no es nuestro objetivo. Es con el usurpador con que nosotros tenemos... es con el usurpador con quien nosotros tenemos cuentas pendientes.