YADIRA LLAVEN
El asesor jurídico del movimiento de los trabajadores rurales Sin Tierra de Brasil, Bernardo Mançano Fernandes, reveló que 70 por ciento de los campesinos de América Latina está en situación de miseria total, debido a que las escasas políticas públicas que proponen gobierno, como el de México, fueron elaboradas a partir de la lógica del desarrollo capitalista, que quiere transformar al labriego en empresario.
Mançano Fernandes estuvo en Puebla para ofrecer una conferencia magistral en el octavo Congreso Nacional de la Asociación Mexicana de Estudios Rurales (AMER) “Campesinos y procesos rurales: diversidad, disputas y alternativas”, que hoy viernes concluye en la Universidad Autónoma de Puebla (UAP).
Antes de regresar a su país, concedió una entrevista con La Jornada de Oriente para hablar de la situación por la que atraviesa el campesinado en Latinoamérica.
En un claro español, dijo que la situación del campesino es la misma en todos los países latinoamericanos, pero en diferentes condiciones.
Hay países, expuso, con más políticas públicas para el desarrollo del campo, donde 30 por ciento de los labriegos tiene buenas condiciones de vida; sin embargo, 70 por ciento está en situaciones de miseria total.
Brasil, Argentina, Chile y México, señaló, cuentan con algunas políticas para el desarrollo territorial de las comunidades campesinas, pero éstas, aclaró, no fueron elaboradas a partir de la propia lógica del campesino, sino a partir de la perspectiva del capitalismo.
Por ello consideró que el problema de la actualidad es entender el vínculo entre el desarrollo campesino y el desarrollo capitalista, porque el capitalismo destruye toda relación campesina, pues busca transformar al labriego en empresario.
“Hay que hacer políticas que atiendan a la lógica del desarrollo campesino, con el trabajo familiar, comunitario, cooperativo, asociativo y en pequeña escala, nunca visto como la explotación del otro”, propuso.
“Capitalismo implica la destrucción del campesino
Está demostrado, señaló, que cuando se mezclan las políticas capitalistas para desarrollar en territorio campesino se da una situación de subordinación muy grande, que destruye a los campesinos y los lleva a migrar a la ciudad o a otros países.
Comentó que los inmuebles capitalistas y los campesinos producen relaciones sociales diferentes: capitalistas y no capitalistas, siendo, por tanto, territorios distintos.
Mançano Fernandes expuso que son formas de organización diferentes del espacio y del trabajo. Hay, por tanto, dos relaciones sociales que producen dos territorios distintos y, para expandirse, precisan destruirse uno a otro.
Comparó que el territorio capitalista se territorializa destruyendo territorios campesinos o destruyendo territorios indígenas, mientras que los territorios campesinos se territorializan destruyendo el territorio del capital.
“Si la frontera agrícola está abierta, ese proceso se mantiene. Con el cierre de la frontera agrícola, el enfrentamiento entre los territorios campesinos y los de la capital sería más intenso”, aseveró.
–Entonces, ¿estamos ante la última generación de campesinos?, como lo planteó el sociólogo mexicano Armando Bartra.
–Están pasando por un proceso de disminución muy grande, porque al mismo tiempo que están siendo extinguidos hay un proceso de recreación del campesinado.
Sin embargo, admitió que sí podría darse no desde la perspectiva de la desaparición de la mediana y pequeña producción agrícola, ni del agro como tal, pero sí cabe el cuestionamiento en el sentido del actor social, de ese sujeto de aporte productivo, social, rural, cultural y político de un país.
Pero a la vez, explicó, se está recreando el campesino porque el capitalismo necesita de él, como el gobierno y la sociedad, para asegurar la producción de alimentos en toda América Latina y del mundo.
El profesor del Programa de Posgrado en Geografía de la Universidad Estadual Paulista consideró que los campesinos no tienden a la extinción, pero sí viven un proceso de destrucción muy fuerte.
Ejemplificó que en Brasil el campesinado está siendo expropiado de sus territorios, y una forma de resistencia es la lucha por la tierra para recuperar su participación territorial.
A la par, destacó, están los citadinos brasileños que buscan tierra para producir alimentos de autoconsumo, ante la crisis alimentaria que vive su pueblo.
Esto se debe en gran parte, agregó, a la disputa territorial entre el campesinado y los agronegocios. Es decir, las tierras de cultivo se están utilizando para la producción de etanol, a falta de un ordenamiento territorial, por lo que advirtió que la situación de Brasil podría presentarse no sólo a México, sino en el resto de los países latinoamericanos.
No obstante, expuso que su país está acompañando el proceso de destrucción del campesinado, con políticas públicas para que los labriegos tengan salud, vivienda, educación y todas las condiciones necesarias para la dignidad humana.
Finalmente, el coordinador del Grupo Trabajo Desarrollo Rural en América Latina y el Caribe del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (Clacso) consideró que la Asociación Mexicana de Estudios Rurales tiene una gran responsabilidad y contribución para mejorar la vida rural de los mexicanos.
Fuente: La Jornada de Oriente