Puebla, Puebla
Domingo 20 de noviembre de 2011
* Aún vigentes los postulados de democracia y justicia, que dieron origen a la Revolución Mexicana, afirma
La democracia y la justica, las grandes demandas que dieron a la Revolución Mexicana, todavía están vigentes, aseguró Andrés Manuel López Obrador, al definir el concepto de República amorosa como el amor al prójimo y a la patria.
En el museo de la Casa de los Hermanos Serdán, encabezó la ceremonia conmemorativa por el CI aniversario del inicio del movimiento revolucionario de 1910.
Acompañado por Isabel Serdán, nieta del revolucionario y líder antirreeleccionista Aquilés Serdán, expresó que los mexicanos “no podemos dejar de recordar esta fecha histórica”.
Ante un nutrido auditorio, destacó que el pueblo de México no debe “olvidar el sacrificio de lucha de millones de mexicanos, para hacer realidad los ideales de justicia y de democracia”.
Al subrayar la importancia de conocer de dónde venimos como pueblo y de cómo han luchado nuestros antepasados para ir forjando nuestra nación, afirmó que todavía están vigentes los principios de la Revolución Mexicana: La democracia y la justicia.
A 101 años del inicio de la gesta revolucionaria, López Obrador destacó que “a nosotros nos corresponde hacer realidad ambos ideales. Tenemos que hacer valer la democracia en nuestro país”, para garantizar el principio de que sean los ciudadanos quienes elijan libremente a sus autoridades.
También –prosiguió— se debe “hacer valer la democracia para que no haya monopolios, sobre todo que no haya monopolio del poder, sino que haya libre competencia y que en todo momento sean los ciudadanos los que decidan sobre el destino de nuestra nación”.
Se necesita hacer valer la democracia para desterrar el cáncer de la corrupción, señaló al considerar que “solo con democracia vamos a tener algo que es fundamental para lograr el renacimiento de México, sólo con democracia habrá honestidad en el país”.
Otro elemento que destacó fue la justicia. “Tenemos también que hacer valer la justicia” por considerar injusto y triste la monstruosa desigualdad económica y social que impera en el país.
Por esa razón, se lucha todos los días en la transformación de fondo al país y sus instituciones para construir una nación más humana e igualitaria. “Hemos llegado a la conclusión de que sin justicia no habrá tranquilidad y paz social, porque la paz y la tranquilidad son fruto de la justicia”, enfatizó.
También recordó que hace cinco años, en el Zócalo de la ciudad de México, después del fraude electoral, se tomó la decisión de seguir luchando hasta lograr un verdadero cambio en nuestro país.
A cinco años de distancia, prosiguió, “podemos informar que, con el esfuerzo y trabajo cotidiano de millones de mexicanos, ya contamos con una organización extraordinaria, ya tenemos una institución: el Movimiento Regeneración Nacional, y vamos a seguir luchando para llevar a cabo la transformación del país, de manera pacífica y sin violencia”.
Hizo énfasis en que sí se puede transformar al país de manera pacífica, “si contamos con la participación organizada de nuestro pueblo”.
Luego dio a conocer que en los próximos meses va a informar en detalle sobre la propuesta que enarbola para lograr el renacimiento de México, sacar a la nación de la crisis económica, política y social en que se encuentra y garantizar mínimos de bienestar y de progreso a la mayoría de los mexicanos.
Se explicarán punto por punto los proyectos para reactivar la economía, generar empleos y otorgar oportunidades de estudio para los jóvenes, abundó.
Dejó en claro que la crisis en México “también tiene que ver con la pérdida de valores” y anunció que difundirá los preceptos que son necesarios para fortalecer los valores culturales, morales y espirituales.
Luego definió el concepto de República amorosa, que a algunos ciudadanos no les gustó. Es el amor al prójimo, el amor a la nación, el amor a nuestro origen, el amor a la Patria, explicó.
“Es la idea de que la felicidad no se consigue solo acumulando bienes materiales, riquezas o fama, porque la felicidad es estar bien con nosotros mismos, con nuestras conciencias y con el prójimo”, abundó.
Una tercera definición –agregó— es aquella de que no necesariamente se debe combatir el mal con el mal, ni la violencia con la violencia, sino atender las causas de la violencia e inseguridad, para serenar al país.