lunes, 3 de diciembre de 2007

VIDEO: 1 de diciembre de 2007, a un año de la usurpación, ni perdón ni olvido.

LA EXPROPIACIÓN PETROLERA

(1876 – 1938)

ANTECEDENTES HISTÓRICOS

En 1876 se perforó con éxito en México el primer pozo petrolero. Desde entonces, el curso de la industria petrolera mexicana se ha establecido por la interacción de factores geológicos, económicos y políticos. Antes de 1910 se formó una gran industria de petróleo crudo en la costa del golfo de México gracias a las condiciones favorables para la inversión y a importantes descubrimientos de depósitos petrolíferos. Tanto las compañías estadounidenses como las británicas competían para dominar el mercado de exportación de petróleo crudo y el mercado interno de productos refinados.

Durante todo este periodo, los sucesos estuvieron influidos por dos actitudes o posiciones mexicanas recíprocas, muy diferentes: una actitud antiestadounidense y el nacionalismo económico. El nacionalismo económico, una determinación para evitar la explotación por parte de empresas extranjeras, especialmente por parte de Estados Unidos y sus grandes compañías petroleras, y controlar su propio destino económico, se convirtió en una preocupación similar que ha llegado hasta la vida política moderna de México. Estas dos actitudes se afianzaron durante los primeros días de la experiencia petrolera mexicana.

EL RÉGIMEN DE DÍAZ

El temor de Díaz de que un monopolio estadounidense dominara la industria petrolera mexicana, ocasionó la entrada a México de un gran empresario de la industria petrolera, el inglés Weetman Dickinson Pearson.

En 1906, el gobierno mexicano otorgó a Pearson grandes concesiones petroleras en tierras desocupadas pertenecientes al gobierno en cinco estados. El secretario de Hacienda, Limantour, aprobó la concesión para evitar el dominio de la Standard Oil.

Finalmente, en 1910, Pearson tuvo éxito en su búsqueda de petróleo. Después de haber gastado varios millones de libras esterlinas y haber perdido su primer yacimiento debido a un incendio, descubrió el yacimiento más grande conocido hasta entonces en el mundo, POTRERO DEL LLANO No. 4, que produjo más de 100 millones de barriles de petróleo en sólo ocho años. Para desarrollar este yacimiento, Pearson formó la Mexican Eagle Company, conocida como El Águila. Después de la incorporación de esta empresa, Porfirio Díaz hijo (antes eran los hijos, ahora son los hijastros de apellido Bribiesca), se convirtió en miembro importante del consejo de directores, Pearson desde entonces no tuvo problemas financieros en México.

Desafortunadamente, el ciudadano mexicano promedio, golpeado por la pobreza y la desigualdad social, no gozó de los frutos de esta bonanza petrolera. Por esta razón, el auge petrolero fue considerado como un ejemplo de la dominación económica extranjera apoyada por Díaz y los científicos que eran considerados como los beneficiados por la riqueza petrolera (lo que no ha cambiado).

En 1910 existía un enorme desconcierto en todo el país, la época del presidente Díaz se acercaba a su fin. Las concesiones que Díaz había otorgado a los capitalistas europeos, en especial a Pearson, provocaban enojo y resentimiento entre la comunidad estadounidense en México. La Standard Oil of New Jersey, con su riqueza y sus conexiones políticas, era un importante oponente del envejecido presidente. La combinación del descontento popular y el disgusto de las empresas norteamericanas estaban destinados a aplastar el régimen de Díaz con una revolución, en donde los intereses petroleros extranjeros desempeñaron una parte importante de la intriga revolucionaria.

EL RÉGIMEN DE MADERO

La conducta de las empresas petroleras extranjeras durante el Régimen de Madero se caracterizó por un cambio de papeles entre las compañías estadounidenses y británicas y por la agresiva intervención de los asuntos internos de México del embajador de Estados Unidos, Henry Lane Wilson, artífice del asesinato de Madero. La caída de Díaz fue un duro golpe para Pearson y para los intereses petroleros de El Águila.

A pesar de su optimismo inicial de que Madero podría estabilizar las condiciones en México, el embajador Wilson y la comunidad estadounidense pronto se dieron cuenta de que él no podría evitar intentos de golpe de Estado, ni controlar el movimiento contrarrevolucionario del Gral. Orozco.

El gobierno de México debía restaurar la ley y el orden o admitir su incapacidad para hacerlo. En este último caso, Estados Unidos se vería forzado a “considerar qué medidas debía adoptar para resolver la situación a fin de defender sus intereses económicos” (ahora el pretexto que están utilizando es el supuesto combate al narcotráfico a través del Plan México o Iniciativa Mérida). El problema no era el conflicto bélico, sino el cobro de .03 dólar por barril, que era un impuesto que se aplicaba tanto a británicos como estadounidenses, el escándalo que provocó esta situación fue tan grande, que intervino el propio presidente de los Estados Unidos, quien le envió a Madero un ultimátum, en el que le recordaba “la gran obligación moral de prestar especial atención a los intereses de la Unión Americana”, y que fue hábilmente utilizado por su embajador Wilson para derrocar y asesinar a Madero y a Pino Suárez.

LA DICTADURA DE HUERTA

A pesar de la petición de Wilson, Estados Unidos nunca reconoció al gobierno del general Huerta. La opinión pública de Estados Unidos, encabezada por la prensa, condenó el asesinato de Madero.

Durante esta etapa de la Revolución Mexicana, las empresas petroleras extranjeras concentraron su atención en dos áreas: la defensa de sus propiedades contra la depredación de las fuerzas federales y constitucionalistas (es decir, rebeldes), y en intentar influir en la política de sus gobiernos para que reconocieran el régimen de Huerta, lo que se convirtió en un tema diplomático de relevancia.

Mientras tanto, en Estados Unidos, las empresas que tenían grandes inversiones en México ejercían presión sobre el Presidente Wilson para que reconociera el régimen de Huerta. Cuando se hizo obvia la utilidad de esta petición, apoyaron la intervención militar por parte de Estados Unidos para proteger sus propiedades. La situación se tornó más complicada el 3 de mayo de 1913, cuando Gran Bretaña reconoció el régimen provisional del general Huerta.

La excusa que utilizó el gobierno estadounidense para una nueva intervención fue que siete de sus soldados fueron arrestados en Tampico y puestos en libertad más tarde pidiéndoles disculpas. El almirante Henry T. Mayo exigió una excusa formal que incluyera 21 cañonazos para la bandera norteamericana, lo cual Huerta se negó a hacer. Los marines estadounidenses ocuparon Veracruz durante los siguientes siete meses, pese a la resistencia que opuso el pueblo veracruzano.

CARRANZA Y LA CONSTITUCIÓN DE 1917

En el régimen de Carranza la política estadounidense cambió, ya que las empresas petroleras lucharon contra él y contra la Constitución de 1917, la cual había vuelto a interpretar la ley Minera Mexicana, que afectaba los derechos de los concesionarios extranjeros.

El Artículo 27 de la Constitución no debería haber causado sorpresa las empresas petroleras extranjeras; su contenido se había pronosticado muchas veces en los discursos revolucionarios y en proclamaciones durante los regímenes de Madero, Huerta y Carranza. Este artículo respondió a dos exigencias de la revolución: reducir la propiedad y las empresas en México, y extender la supervisión del Estado sobre la distribución y utilización de la riqueza minera del país.

Es indudable que las poderosas empresas petroleras extranjeras influyeron en Carranza para diferir la legislación confiscatoria. Estados Unidos y Gran Bretaña lograron imponerse en todo sobre los gobiernos revolucionarios de México para defender los derechos de éstas mediante notas diplomáticas, amenazas o incluso intervenciones efectivas.

EL RÉGIMEN DE CÁRDENAS

Las compañías petroleras siempre fueron enemigas de los sindicados (y lo siguen siendo, sin importar el ramo productivo, por eso quieren reformar la Ley Federal del Trabajo). Las empresas, como todo poder colonial, asentadas en la corrupción y en el abuso generaban abusos y corrupciones que abarcaban los más altos funcionarios hasta el último obrero.

La situación se alteró radicalmente en 1935. Y en 1936, los sindicatos privados se unieron, apoyados por el gobierno del general Cárdenas, en el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana. Una vez agrupados, exigieron un contrato colectivo y ventajas económicas y sociales.

Ante la amenaza de una huelga general, el gobierno propuso entonces que durante 120 días se celebrara una convención de obreros y patrones para solucionar el conflicto. En mayo de 1937, la convención terminó sus labores, manteniendo sus puntos de vista de las dos partes, y a fines de ese mes estalló la temida huelga general.

El paro afectó al país, y las compañías supieron aprovechar el descontento del público: insertaban en los diarios, aliados suyos, enormes desplegados en los que cubrían de reproches a los obreros (ahora son difamaciones y calumnias), porque ganaban los más altos salarios de la República y todavía solicitaban un aumento de 70 millones de pesos anuales, suma que las empresas eran incapaces de pagar.

Las compañías, presionadas, parecieron ceder ofreciendo 14 millones de pesos, suma que según dijeron estaba al límite de sus posibilidades.

Los obreros, ante la imposibilidad de continuar con una huelga impopular, rechazaron la oferta y decidieron plantear a la Junta de Conciliación y Arbitraje un conflicto de orden económico, consistente en que la “Junta designe peritos que analicen las condiciones financieras de la empresa o empresas afectadas y rindan un informe detallado”. Esta labor titánica cayó bajo la responsabilidad de Jesús Silva Herzog, que apostaron no lo podría concluir.

Al enterarse las empresas, por medio de sus espías, que el peritaje estaría concluido en el tiempo fijado, le ofrecieron 3 millones de dólares a Silva Herzog con tal que lo modificara, pero Silva Herzog, con su vehemencia habitual, después de cubrir de injurias a los intermediarios los expulsó de su oficina, desvaneciéndose así la última esperanza de los petroleros. (La historia hubiera sido diferente si se hubiese tratado de su hijo, Jesús Silva Herzog Márquez, que es un traidor).

El dictamen constó de 40 conclusiones, pero sólo mencionaré algunas que vienen muy al caso con nuestra realidad actual:

Conclusión 11ª. La exploración de nuevos campos y la perforación de nuevos pozos es un problema de magnitud nacional que precisa resolver. De lo contrario, existe el peligro de que México carezca de petróleo en un plazo relativamente corto y de que se vea obligado a importarlo.

Conclusión 16ª. La Compañía Mexicana (¿) de Petróleo El Águila con sus empresas filiales, representó en el año 1936 el 59.20% de la producción total. Esto acusa una tendencia monopolística.

Conclusión 39ª revelaba que las compañías habían necesitado invertir en México $8.64 para producir un barril de petróleo, mientras que en los Estados Unidos debían invertir $48.12, y aún así se negaban a invertir en la exploración de nuevos pozos.

En relación a los obreros, se afirmaba que los precios de los artículos primera necesidad que formaban la canasta básica, había aumentado en junio de 1937, en comparación con los promedios de 1934, un 88.96%, y que sus salarios reales eran mucho más bajos de los que ganaban los trabajadores de la industria minera y de los Ferrocarriles Nacionales de México.

La Junta concedió a las empresas 20 días para presentar sus puntos de vista sobre los peritajes y no las 72 horas fijadas por la Ley del Trabajo, si bien ya al día siguiente redoblaron su campaña de prensa y sus veladas amenazas al gobierno. Lo que les enojaba era que por primera vez los obreros de todo el país, con el apoyo de un gobierno revolucionario, se erigieran en un poder fuera de su control y que el Estado metiera en sus cuentas privadas y descubriera sus trampas, era algo que no podían perdonar.

El 2 de septiembre de 1937, los empresarios se reunieron en Palacio Nacional con el Presidente Cárdenas y con el Lic. Silva Herzog, declarando que sus empresas eran totalmente mexicanas; Silva Herzog, sin inmutarse sacó de su portafolio un periódico financiero londinense y tradujo al español un informe de la Royal Dutch Shell, donde se decía: “Nuestra subsidiaria, la Cía. Mexicana de Petróleo “El Águila”, ha tenido buenas utilidades durante el último ejercicio”, (hipócritas, tramposos, depredadores, siempre lo han sido).

Las compañías estaban dispuestas a llegar hasta el fin. Por primera vez en la historia, el monopolio internacional del petróleo se veía seriamente cuestionado por un pequeño país al que habían saqueado, explotado, depredado impunemente a partir de 1900.

El 18 de diciembre de 1937, la Junta Federal, valiéndose del peritaje pronunció el laudo, según el cual las empresas debían pagar a sus obreros los 26 millones de pesos reclamados, y como era de esperarse, las compañías recurrieron a la Suprema Corte de Justicia en demanda de amparo.

En febrero de 1938, el Presidente Cárdenas, durante un discurso ante el congreso del STPRM, dijo lo siguiente:

“La reciente actitud de las compañías petroleras en lo que se refiere al conflicto con sus trabajadores, parece indicar un esfuerzo por acabarlos, mediante repentinos retiros de depósitos y una intensa campaña de prensa, para fomentar la alarma entre los empresarios y desacreditar a la industria, haciendo uso de coerciones ilícitas, con objeto de influir en el carácter de la decisión final a favor de sus intereses comerciales y evitar que se llegue a una conclusión normal y recta del caso que está en manos de las autoridades judiciales. (Desafortunadamente, ahora tienen a todos los medios de comunicación bajo su control, salvo dignas excepciones).

Las compañías se negaron a cumplir las resoluciones de la Suprema Corte, con la esperanza de obtener un convenio menos costoso. Esto colocó al gobierno de Cárdenas en la posición de hacer cumplir la decisión de la Corte.

La noche del 18 de marzo de 1938, el Presidente Cárdenas firmó la orden de expropiación de las empresas petroleras extranjeras. Cárdenas había resumido sus sentimientos en su diario privado unos días antes:

México tiene ahora la gran oportunidad de deshacerse del yugo político y económico que las compañías petroleras habían colocado sobre nosotros mientras explotaban en su beneficio uno de nuestros recursos más importantes, y deteniendo el programa de reforma social establecido en la Constitución. Varias administraciones desde la revolución, han intentado hacer algo acerca de las concesiones del subsuelo que ostentan las empresas extranjeras, pero hasta ahora, los problemas internos y la presión internacional han mitigado este esfuerzo. Sin embargo, ahora las circunstancias son distintas, no existen luchas internas y una nueva guerra mundial está a punto de comenzar”.

LA HAZAÑA DEL REMIENDO

Entre tanto seguía la batalla material por el petróleo. A las dos semanas no había con qué pagar los salarios de los obreros y empleados, y la falta de moneda fraccionaria era tan grande en Tampico que rompían a la mitad los billetes de un peso. Por otro lado, los banqueros se negaban a prestarle al gobierno.

A medida que transcurría el tiempo, los efectos del boicot mundial se resentían duramente. Faltaban los tubos. Millares y millares de metros expuestos a la corrosión del aire marino y de los ácidos iban quedando inservibles y no había modo de sustituirlos. Se organizaron cuadrillas de trabajadores que desde la mañana salían a la pesca de viejos tubos desechados, hundidos en las marismas, o revolvían los cementerios de chatarra en busca de piezas de recambio. Los talleres trabajaban día y noche cortando, soldando, parchando.

Fue esa la hazaña del remiendo, de la improvisación, de las pequeñas y grandes sustituciones, realizadas por obreros acostumbrados a obedecer las órdenes de sus jefes, a vivir en casuchas de madera, la mayoría analfabeta, enferma y fatalista, que se escapaba de su infierno los sábados asistiendo a las tabernas y a los burdeles. La expropiación les devolvió su espíritu creador, porque cuando los seres humanos rescatan su dignidad, su espíritu se eleva a alturas insospechadas.

SEMBLANZA POLÍTICA DEL GENERAL CÁRDENAS

Desde 1913 en que se lanzó a la Revolución hasta 1970, año de su muerte, Lázaro Cárdenas no dejó un momento de servir a México. Era ante todo un hombre político. Por primera vez en nuestra historia no fue un liberal ni un populista, sino un presidente empeñado en borrar la desigualdad mexicana mediante una audaz reforma agraria y una política obrera que hizo de los trabajadores la punta de lanza de la Revolución triunfante. Se empeñó en devolverle a México sus riquezas naturales enajenadas, enfrentándose al imperialismo norteamericano y a la burguesía agraria e industrial dependiente de los mercados extranjeros.

Qué pena que su hijo Cuauhtémoc no sólo haya traicionado a México, a su Partido, sino lo más grave, a su propio padre.

COMENTARIOS:

La historia de la defensa de nuestro petróleo ha estado marcada por la traición, las amenazas, las invasiones militares, la corrupción, por eso es indispensable que sepamos, aunque sea de forma sencilla lo que significa para México el petróleo, porque un pueblo que no conoce su Historia, tiende a repetirla.

En estos momentos, el país está en manos, una vez más, de gobernantes, de líderes sindicales, de representantes políticos hipócritas, del PRI, del PAN y desgraciadamente de integrantes de la Nueva Izquierda del propio PRD, que lo único que los guía es la codicia, la ambición, pero sobre todo, el desprecio por lo que representa el orgullo nacional. PEMEX no es una empresa más, es la columna vertebral que sostiene a nuestra Nación, y no defenderla sería traicionar a los miles de obreros mexicanos, que sin importar su sacrificio, lograron la proeza de erigir esta industria, y ahora tratan de convencernos a través de los medios de comunicación que no tiene recursos para superar sus problemas, lo que es una mentira más.

Bibliografía:

Título: El Petróleo Mexicano y los Estados Unidos

Autor: Mancke, Richard B.

Editorial: Enero

Año: 1981

Título: Lázaro Cárdenas y la Revolución Mexicana. III El Cardenismo

Autor: Benítez, Fernando

Editorial: Fondo de Cultura Económica

Año: 1978

Título: Historia Gráfica de la Revolución Mexicana (Edición Conmemorativa) Libro IV

Autor: Casasola, Gustavo

Editorial: Editorial Trillas, S. A.

Año: 1962

SINTESIS REALIZADA POR: LIC. LUZ MARIA ACOSTA RODRÍGUEZ

La Resistencia Civil Pacífica sepulta a la Suprema Corte



Del Sendero del peje

La Resistencia Civil Pacífica sepulta a la Suprema Corte

Si la suprema corte sepultó los agravios contra Lydia Cacho, sepultémos nosotros a la suprema corte.
Invitamos a todas las personas indignadas por la resolución de la suprema corte contra las garantías individuales de Lydia Cacho y con ella, de todos los mexicanos, a protestar el próximo martes 4 de diciembre a las 4 de la tarde en la puerta de la suprema corte en Pino Suárez y Plaza de la Constitución.
Por favor traigan costales, bolsas o camiones de tierra, velas o lo que cada quien pueda, para sepultarla definitivamente
.

Atte. Jesusa Rodríguez.

resistenciacreativa@gmail.com
resistenciacreativa@gmail.com

Publicado por Yoamith

Blog de Alejandro Encinas

El Blog de Alejandro Encinas

En este espacio podrás encontrar información acerca de las actividades y el pensamiento de Alejandro Encinas uno de los principales dirigentes de la izquierda mexicana.

De neopolkos y colaboracionistas


Carlos Fazio

De neopolkos y colaboracionistas

La víspera de su viaje a México en marzo pasado, el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, insistió en que Felipe Calderón debía “abrir el sector energético” a la inversión privada. En particular se refirió a la expansión de la producción petrolera en aguas profundas del Golfo de México, que, dijo, requiere una millonaria inversión de capital. Junto con la “seguridad”, el proceso de desmantelamiento hormiga y la privatización de facto del complejo petroeléctrico paraestatal: Petróleos Mexicanos, Comisión Federal de Electricidad y Compañía de Luz y Fuerza del Centro –que sigue los parámetros delineados por el Banco Mundial, impulsados por el dúo Bush-Cheney en beneficio de las compañías multinacionales del ramo con casa matriz en Estados Unidos–, son los dos puntos claves de la agenda mexicana de Washington, que se inscriben en la construcción de Norteamérica como nuevo espacio geopolítico y económico para la competencia interimperialista con la Comunidad Europea y el bloque Asia-Pacífico.
Seguridad y energía son los dos puntos nodales de la Alianza para la Seguridad y la Prosperidad de América del Norte (ASPAN), iniciativa bloquista de viejo cuño colonial firmada en Texas en 2005 y dirigida a afianzar y consolidar la integración silenciosa y subordinada de Canadá y México a la nación imperial. El antecedente más cercano de la ASPAN –o TLC militarizado– está contenido en el documento Estrategia de seguridad nacional, presentado por Bush en la Casa Blanca el 20 de septiembre de 2002.
Allí, junto a viejos planteos que remiten a conceptos militaristas como guerra relámpago (Blitzkrieg) y otras nociones geopolíticas con reminiscencias hitlerianas tales como “espacio vital” y la política de gran área en el hemisferio occidental, Bush señaló: “Debe mejorar la seguridad energética (de Estados Unidos). Fortaleceremos nuestra propia seguridad energética y la prosperidad compartida de la economía mundial colaborando con nuestros aliados, socios comerciales y productores de energía”. Desde entonces, la “liberalización” de las tres paraestatales de la energía (Pemex, CFE y CLFC), antiguo objetivo de Washington, entró en una nueva fase de presiones y es el mandato, en clave de dependencia, que le endosó Vicente Fox a Calderón.
En días recientes circularon versiones sobre sendas reuniones de Calderón con el ex candidato presidencial del PRI y actual senador Francisco Labastida Ochoa, y con un grupo de legisladores de los partidos Acción Nacional y Revolucionario Institucional. Allí se habría analizado la intención de Calderón de abrir a la inversión privada, nacional y extranjera, áreas como la exploración, extracción, refinación y comercialización de recursos petrolíferos y sus derivados, lo que implicaba una profunda contrarreforma a los artículos 27 y 28 constitucionales. Por razones de oportunidad política, la iniciativa habría sido frenada.
Sin embargo, la “alianza estratégica” de los neo-polkos panistas y los colaboracionistas salinistas –a los que Carlos Monsiváis llamara irónicamente “la primera generación de estadunidenses nacidos en México”–, encabezada por cinco ex secretarios de Energía con mentalidad entreguista: Luis Téllez Kuenzler, ex representante en México del corporativo de la energía y las armas Carlyle y actual secretario de Comunicaciones y Transportes; Francisco Labastida, Felipe Calderón, Jesús Reyes Heroles y Fernando Elizondo, intentará modificar o expedir una decena de leyes secundarias, conforme a una estrategia gradual, que, de concretarse, convertirá en letra muerta el mandato constitucional. Apoyados por cabilderos texanos, los quintacolumnistas neoliberales nativos vienen trabajando en lo oscurito sobre el pedido de Bush. Es decir, abrir a la inversión privada los campos transfronterizos en aguas profundas del Golfo de México.
La agenda de Calderón –que es la del Banco Mundial y Bush-Cheney– insistirá en arreglos económicos y cláusulas especiales al margen de la Constitución, como los contratos de servicios múltiples, contratos de alianzas, proyectos de impacto diferido en el registro del gasto (Pidiregas) y otras argucias, que han permitido la “alianza tecnológica” de Pemex con Halliburton y una docena de multinacionales extranjeras (Repsol YPF, Kellog, Total, Shell, Royal Dutch, Unión Fenosa, Mitsui, Chevron-Texaco, Sempra, Teikoku Oil, Tecpetrol) para la explotación de petróleo y gas en Baja California, la bahía de Campeche (Cantarell), la cuenca de Burgos y otras regiones del país.
De esa manera, el esquema de integración asimétrica (absorción) de la América del Norte impulsa el control o la colonización energética de Washington sobre las riquezas en hidrocarburos de México. En particular, la llamada nueva “frontera emergente”, el Gel Golfo de México, definida como una de las tres más grandes provincias petroleras del mundo y asiento de los llamados “hoyos de dona”, compartidos por Estados Unidos, México y Cuba, y sometidos a la “diplomacia secreta” del aparato de seguridad nacional estadunidense.
Con la vieja excusa de que el gobierno no tiene el dinero necesario para hacer las inversiones que requiere Pemex, y que hace falta tecnología de punta para la perforación de pozos en aguas profundas, se buscaría impulsar ahora “asociaciones estratégicas entre paraestatales” –por ejemplo entre Pemex y la brasileña Petrobras– y buscar consensos para una interpretación “liberal” de la Constitución, a fin de que se puedan modificar las leyes secundarias y se abra paso a la inversión conjunta pública-privada de los campos transfronterizos en los hoyos de dona. Un primer paso, en espera de tiempos mejores. Lo que en buen romance significa una privatización de facto de ciertas áreas o pasar la propiedad de una nación a la propiedad privada extranjera.

http://www.jornada.unam.mx/2007/12/03/index.php?section=opinion&article=023a1pol

Nuevos documentos revelan el financiamiento de EE.UU. a estudiantes en Venezuela


Rebelión

Rosa Miriam Elizalde
Cubadebate


Grupos estudiantiles venezolanos han recibido financiamiento de una agencia gubernamental de Estados Unidos para promover un cambio político en Venezuela, reveló este domingo The Washington Post y confirmó a Cubadebate el investigador Jeremy Bigwood.

El diario norteamericano tuvo acceso a documentos obtenidos por Bigwood, investigador del Archivo de Seguridad Nacional de la Universidad George Washington, que prueban que la Agencia de EE.UU. para el Desarrollo Internacional (USAID, según sus siglas en inglés), ha estado financiado las acciones estudiantiles contra el gobierno del Presidente Hugo Chávez, lo que revela otra seria injerencia norteamericana después del fallido golpe de estado en el 2002.

Bigwood obtuvo decenas de documentos a través de una petición amparada en el Acta para la libertad de información (FOIA), que muestran que la USAID ha entregado 216 000 dólares desde 2003 a grupos anónimos de estudiantes en varias universidades para la "resolución de conflictos", "la promoción de la democracia" y otros programas.

Contactado vía correo electrónico, Jeremy Bigwood confirmó que “estos documentos muestran que desde el golpe contra Chávez en el 2002 hasta ahora, la administración estadounidense, y la USAID en particular, han visto las universidades como plataformas políticas para monitorear y organizar a una oposición estudiantil contra el gobierno venezolano”.

La fecha de los primeros documentos que él obtuvo es muy significativa, aseguró. “Muestra que la ayuda financiera comenzó poco después de la instalación de la Oficina de Iniciativas de Transición (OTI) en Caracas, una entidad de la USAID.”

El especialista añadió que la misión de la OTI es “acelerar la transición del gobierno de Chávez hacia otro gobierno”, y lo prueban los recursos que la USAID ha otorgado para lograr ese objetivo.

Como en otros documentos que ha desclasificado el gobierno de Estados Unidos en los que se implica a la organización opositora Súmate como destinataria de cuantiosos recursos financieros, en estos tampoco se habla abiertamente de cuáles son las intenciones reales de la entrega del dinero, sino de que es un plan para “resolver conflictos” y “promover democracia para la sociedad civil”.

“Hay que leer entre líneas. Son palabras en clave que usan para referirse a organizaciones financiadas por el gobierno de los Estados Unidos”, precisó.

Si se compara con otros recursos que ha otorgado la OTI –al menos los que han logrado conocerse públicamente-, este dinero para los estudiantes es poco. Los nuevos documentos desclasificados revelan que los jóvenes han recibido un total de 213 000 dólares desde 2003, una parte muy pequeña de los 26 millones que la OTI ha gastado en Venezuela entre el 2002 y el 2006.

Los documentos desclasificados no reflejan la cantidad total de dinero que ha llegado a los estudiantes y a las universidades, porque la USAID no es la única agencia estadounidense que distribuye dinero para la actividad política en Venezuela.

Aseguró que la NED y el Departamento de Estado también reparten dinero, además de las agencias de inteligencia, gran cantidad de contratistas y Organizaciones No Gubernamentales (ONGs) de ese país. “Esto no necesariamente quiere decir que la oposición es una iniciativa de EE.UU, pero sí que hay fuertes lazos entre los dos”, afirmó.

Bigwood recordó que Andrew Natsios, el antiguo director de USAID, dijo en un discurso en el 2003 que hasta los contratistas extranjeros que reciben fondos de USAID y NED “son un brazo del gobierno estadounidense”. Y el papel de NED, el más pequeño de los dos organismos, se hizo evidente cuando Allen Weinstein, uno de sus fundadores, dijo en un artículo en el periódico The Washington Post en 1991 que “mucho de lo que hacemos hoy se hacía encubiertamente hace 25 años por la CIA”.

El valor del dinero que invierte el gobierno norteamericano para la subversión en Venezuela tendría también que ser analizado en términos del cambio no oficial. En el mercado negro de ese país, por ejemplo, el cambio está a 5 500 bolívares por cada dólar, por lo que su valor real aumenta significativamente.

Para consultar el artículo de The Washington Post:

Students Become Potent Adversary To Chávez Vision

Venezuela Votes Today on Constitution
By Juan Forero
Washington Post Foreign Service
Sunday, December 2, 2007; Page A20

¿Presidente del empleo?

carlos acosta córdova

México, D.F., 29 de noviembre (apro).- En la celebración oficial por el primer año de gobierno, este sábado 1° de diciembre, Felipe Calderón no podrá hacer alarde de haber cumplido con la promesa de campaña de ser el “presidente del empleo”. Ha estado lejos de serlo.Eso sí, mes tras mes machaca con que se están creando miles y miles de nuevas plazas. Apenas el 16 de noviembre pasado, dijo que del 1 de enero al 15 de noviembre se habían creado 950,000 empleos formales, registrados en el IMSS, el cual ya contaba con 14 millones 719,494 trabajadores asegurados. Y eso que –se jactó-- los cálculos más optimistas, tanto del gobierno como de analistas privados, señalaban que en todo el año se crearían 600,000 nuevos empleos.Pero resulta que el presidente sólo está tomando en cuenta a una tercera parte del universo laboral del país, pues la población ocupada total, al menos hasta el tercer trimestre del año, es decir, a septiembre, era de 42 millones 916,569 personas, según los datos del INEGI. Entonces, los trabajadores afiliados al IMSS son apenas el 34.3% de la población ocupada.Y si comparamos el número total de personas con empleo al término de 2006 –42 millones 846,141-- con el registrado a septiembre, resulta que, en términos concretos, sólo hubo 70,428 empleos adicionales a los de diciembre pasado.Y no es que sus colaboradores lo estén mal informando. Calderón tiene un buen manejo de los temas económicos. Lo demostró cuando fue diputado, al menos la primera vez, cuando se erigía en crítico severo de las políticas económicas del presidente Carlos Salinas, y en particular las relacionadas con el empleo y los salarios.En una ocasión, en tribuna, cuando el entonces secretario de Hacienda, Pedro Aspe, hacía la glosa del tercer informe presidencial, el 6 de noviembre de 1991, el diputado Calderón dijo que las cifras que presentaba ese informe sobre empleo y desempleo eran “verdaderamente increíbles e inverosímiles”; que la tasa de desempleo que decía el informe, de 2.6% de la PEA, no las tenían “ni siquiera las economías más desarrolladas”Y criticaba la forma gubernamental de llegar a esa cifra tan baja de desempleo. “La cifra, por ejemplo, considera a la población económicamente activa de 12 años de edad o más; probablemente se basa en la encuesta nacional de empleo urbano que es completamente inadecuada por varios conceptos. Primero, porque se limita a recoger muestras poco significativas, tan sólo en el Distrito Federal, en Guadalajara y en Monterrey, e ignora en consecuencia la dura realidad del empleo en otras ciudades de provincia y sobre todo desestima por completo la problemática del empleo en el área rural. Llega a considerar esta encuesta como ocupados, por ejemplo, a quien en la semana trabajó al menos una hora, a quien trabajó sin percibir remuneración y a quien espera obtener trabajo al menos en el próximo mes. “No distingue tampoco –seguía Calderón en su crítica-- entre el trabajo de un empleado, de un empresario o de los miles de subempleados que crecen en el país. Es más, esta encuesta oficial ignora u omite dar cifras de la realidad del desempleo, que por otra parte se indica en el informe que ha aumentado sin precisar la magnitud de tal aumento”.También: “Otros datos oficiales de mejor consideración, que no se incluyen en el informe, son los que da el Consejo Consultivo del Programa Nacional de Solidaridad, que calcula un desempleo del 12% y un subempleo del 40%. Esto no se informa”.Como se ve, Calderón tenía claro desde entonces el problema del desempleo. Interesado en la economía, estudió años después una maestría en Economía, ni más ni menos que en el ITAM. Algo debieron agregarle a suS conocimientos de los temas económicos las clases que allí tomó de Estadística, Econometría, Matemáticas, Microeconomía Intermedia y Macroeconomía Intermedia, que son los cursos de que consta la maestría en Economía en el alma mater de su secretario de Hacienda, Agustín Carstens.Hoy en día las encuestas sobre empleo del INEGI han cambiado radicalmente en los 16 años transcurridos desde que Calderón las criticaba; hoy esas encuestas se han depurado metodológicamente y gozan de la certificación tanto de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) como de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).Pero claramente el presidente no recurre a esas encuestas del INEGI porque sus datos son un rotundo mentís a su discurso de que, en materia de empleo, estamos mejor que nunca.Lejos de eso. La Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo da cuenta fehaciente de cómo se pierden empleos en el país: casi medio millón en los primeros tres meses de la presidencia “del empleo”.Un dato contundente es que la tasa de desempleo en lo que va del año es mayor a la que se registraron en cada uno de los años del gobierno de Fox –excepto 2004--, no se diga de los gobiernos anteriores. De hecho, con el panismo en el gobierno, la tasa de desempleo ha registrado las tasas más altas. En el caso de Calderón, la tasa promedio de desempleo entre enero y octubre fue de 3.77%, la más alta desde 2001, salvo, como se acotaba, la de 2004, que fue de 3.92%., pero, inclusive, hubo dos meses, febrero y marzo, del gobierno calderonista que la tasa desempleo se fue arriba del 4%.Más allá de porcentajes, que luego dicen poco, resulta que en diciembre pasado había 1 millón 600,891 mexicanos en desempleo abierto, y para octubre, diez meses después, la cifra ya rondaba la cantidad de 1 millón 900 personas desocupadas. Otra vez: en la presidencia del empleo hay 200,000 desempleados más que en diciembre.Basta una mirada a los “Indicadores Estratégicos de Ocupación y Empleo” que publica el INEGI para darse cuenta de que en el gobierno de Felipe Calderón los empleos eventuales crecen a un ritmo mayor que el de los trabajos permanentes; que cada vez es mayor el número de empleos sin prestaciones; que los empleos sin contrato por escrito también aumentan más rápido y, lo peor, que los empleos siguen siendo muy mal pagados.Cifras del INEGI: De las 42 millones 916 mil 569 personas ocupadas hasta el tercer trimestre del año, la mayoría –27 millones 142 mil 443-- percibe entre menos de uno y hasta tres salarios mínimos; es decir, de menos de 1,500 pesos mensuales hasta máximo 4,500 pesos al mes. Si el rango se amplía a cinco salarios mínimos como remuneración, hay 35 millones 201mil 618 personas que no ganan más de 7,500 pesos mensuales. Sólo 5 millones de trabajadores –de casi 43 millones-- perciben más de cinco mínimos.Calderón, entonces, incurre en lo que criticaba. Manipula cifras para dar un panorama diferente al de la realidad. Lo cierto es que los empleos siguen siendo, y ahora más, pocos, precarios, inseguros y mal pagados

cgacosta@proceso.com.mx

Ejemplo democrático



Editorial
Ejemplo democrático


Ayer, en una jornada electoral que en términos generales transcurrió en paz y tranquilidad, y con un sistema de voto electrónico transparente e irreprochable, los venezolanos rechazaron por estrecho margen –alrededor de uno por ciento– la propuesta de reforma constitucional presentada en agosto pasado por el presidente Hugo Chávez. Como todo lo referido a él, su iniciativa fue objeto de adhesiones fervientes y de virulentas descalificaciones; muchas de ellas alimentadas por Estados Unidos y por el bloque de gobiernos latinoamericanos alineados con Washington. El eje argumental de la propaganda antichavista fue que el carácter presuntamente autoritario y antidemocrático de la actual presidencia venezolana se vería reforzado por un texto constitucional que establecía una concentración de poderes aún mayor en la figura del jefe de Estado. A partir de estos enfoques, la oposición local se movió ayer en una forma que fue más allá de la mera vigilancia de las urnas –práctica legítima y necesaria en cualquier votación– y que parecía apuntar más bien a la descalificación de las instancias electorales, en caso de que el resultado le fuera adverso.
Sin embargo, y a pesar de un retraso comprensible, habida cuenta de lo cerrado de la votación, el Consejo Nacional Electoral de Venezuela cumplió a cabalidad con su tarea, contó los sufragios en forma escrupulosa y poco después de la una de la madrugada –hora de Caracas– dio a conocer la victoria del “No”. Poco después, el propio Chávez reconoció plenamente el triunfo de sus adversarios, e instó a sus simpatizantes a mantener la calma e irse a dormir.
Paradójicamente, el triunfo electoral de la oposición venezolana es, también, una victoria moral para el movimiento que encabeza el polémico jefe de Estado: de golpe, el referéndum de ayer y su culminación desmienten en toda la línea a quienes han acusado al mandatario venezolano de antidemocrático, de autoritario y hasta de dictador, y obligan a recordar la trayectoria de un gobierno que se ha sometido al veredicto ciudadano en numerosas ocasiones, todas ellas con pulcritud: para ganar la Presidencia, para aprobar la Constitución vigente, para dar curso a un referéndum revocatorio exigido por la oposición y para relegirse. El que ahora pierda una de esas consultas y acepte sin ambigüedad un resultado electoral que le es adverso refrenda actitudes y disposiciones inequívocamente democráticas que deben serle reconocidas.
Con el referéndum de ayer se desactivan, por añadidura, las tendencias golpistas que siempre han alentado sectores de la oposición venezolana, apoyados por posturas internacionales cavernarias como las que representan el actual presidente de Estados Unidos y el ex mandatario español José María Aznar, partidarios de la democracia sólo cuando ésta es favorable a sus intereses y a los de sus socios, así como instigadores de acciones violentas e ilegales contra gobiernos que no se afilian a las derechas neoliberales.
Por lo demás, el rechazo mayoritario de la ciudadanía al texto constitucional propuesto por Chávez no altera el curso de una administración a la que le quedan cinco años en el poder y que podrá seguir gobernando en el marco de la Constitución actual. Así, lejos de salir debilitado por la derrota electoral de ayer, el chavismo sale del trance fortalecido y revestido de una autoridad moral que sus adversarios tendrán que reconocerle.
Finalmente, el referéndum celebrado ayer en Venezuela presenta un doloroso punto de contraste con el desaseo y la turbiedad con que fue operada la sucesión presidencial del año pasado en nuestro país, y en el que la negativa del oficialismo a recontar los sufragios marcó a la actual administración con una huella indeleble de sospecha y le causó un déficit de legitimidad insoslayable. A la luz de lo sucedido en el país sudamericano, quienes en México mencionan al gobernante venezolano como ejemplo de lo políticamente indeseable y parangón de autoritarismo tendrían, en lo sucesivo, que pensárselo dos veces, porque el espíritu y las prácticas antidemocráticas están, más bien, en el bando contrario.

http://www.jornada.unam.mx/2007/12/03/index.php?section=opinion&article=002a1edi

Diez años de gobierno: El gasto en la mano izquierda



Miguel Ángel Velázquez
ciudadperdida_2000@yahoo.com.mx
ciudadangel@hotmail.com

El gasto en la mano izquierda
El destino de los impuestos, la diferencia
Diez años de gobierno


En la discusión sobre el presupuesto capitalino para el año que viene seguramente esta sobre la mesa el cómo y para qué se requieren los recursos.
Y es que precisamente lo que ha impedido llegar a un acuerdo entre el gobierno y una parte del Partido de la Revolución Democrática es el destino que debe tener cada uno de los pesos que proyectó el equipo financiero de Marcelo Ebrard, y que ahora resulta ser el más importante en la historia de la capital.
Pero insistimos, no es sólo eso. Es necesario poner en claro que el gobierno de la ciudad ha recibido un enorme voto de apoyo por parte de la ciudadanía que pondrá en las arcas del Gobierno del Distrito Federal más de la mitad de los recursos que se utilizarán este año, vía el pago de impuestos.
Decimos que es un voto de confianza porque la recaudación de impuestos, que en la ciudad, hasta hace algunos años, era muy baja, ahora se ha convertido en el mayor apoyo para la labor del gobierno. La gente paga porque tiene certeza del destino de sus contribuciones, las ve, las disfruta.
Hay que decirlo: la diferencia entre un gobierno de derecha y uno de izquierda está precisamente ahí, en el destino final. Para la gente de la derecha, como hemos podido observar, como seguiremos observado, tiene que ir primero a los bolsillos de algún hombre de negocios poderoso, es decir, el gobierno se convierte en el ente que financia los grandes proyectos de los más acaudalados, que después ponen a disposición de la gente, mediante algún cobro que permite resarcirles el costo de la inversión que nunca hicieron.
Los casos son muchos y con muchas variantes. Por ejemplo, a la iniciativa privada se le pueden condonar impuestos desde el gobierno federal, como se ha hecho con la venta de los bancos, o se alivian sus fracasos como el caso de las carreteras, y con ese esquema, el impuesto de los ciudadanos sólo se refleja en las sorpresas de la lista de los más ricos, y el gobierno cada vez es más pobre, y desde luego, menos eficaz.
En la ciudad de México se camina con otro rumbo. El gobierno se ha empezado a volver un ente fuerte, y por ello con más capacidad de decisión. Los apoyos que se dan a la gente empobrecida por los gobiernos neoliberales, son nada más el reconocimiento de que el trazo de la izquierda en el manejo de los dineros de la ciudadanía, sirve para mejorar la vida de todos.
Y es que el apoyo a los ancianos, a las madres solteras, a los estudiantes de escasos recursos, a los discapacitados, se reflejan cada día en la casa de los beneficiarios, no nada más son las grandes obras, también es el cheque que llega a las manos de ellos lo que hace cambiar el sentido de la percepción ciudadana sobre su gobierno.
Así que si alguien quiere saber cuál es la gran diferencia entre la derecha y la izquierda, que revise hacia dónde va el gasto de un gobierno y otro, pero que lo vea con claridad, que se quite las telarañas de los ojos y así, con la vista clara, mirará el horizonte de la izquierda, que en nada le gusta, por cierto, a algunos en el mismo PRD.
No se trata, ahora, nada más de señalar esa, la gran diferencia, sino de acordarnos que el próximo miércoles 5 de diciembre se cumplen diez años de gobiernos de la izquierda en la ciudad de México, y las diferencias, hombre por hombre, obra por obra, saltan a la vista, ¿no cree usted?

http://www.jornada.unam.mx/2007/12/03/index.php?section=opinion&article=044o1cap

La Supersimetría Prehispánica

Del correo


Se inspiró el diseño del cartel por el concepto de la supersimetría en la física nuclear y las partículas elementales, y el `Juego de Pelota', un juego ritual de las culturas prehispánicas.
Ometéotl, el Dios dual (de las raíces ome = dos y téotl = Dios) se desdobló en Omecíhuatl (cihuatl = mujer) y Ometecutli (tecutli = señor, hombre), dando origen a la pareja divina dual. Esta dualidad se presenta como principio creador que caracteriza el pensamiento nahua. El Omeyocan, lugar de la dualidad, presencia posteriormente el nacimiento de los cuatro dioses: Quetzalcóatl, Huitzilopochtli, Tezcatlipoca y Camaxtle. Ellos son regentes de los cuatro puntos cardinales y tienen asociados ciertos colores y cualidades.
El motivo central de la figura consiste en la representación de un juego de pelota del México antiguo, en el que los cuatro hijos de la pareja divina toman parte. Cada uno de los dioses representa un núcleo, arriba a la izquierda Tezcatlipoca: 194Pt par-par, arriba a la derecha Quetzalcóatl: 195Pt impar-par, abajo a la izquierda Camaxtle: 195Au par-impar, y por último Huitzilopochtli: 196Au impar-impar. Esta asociación se establece mediante el número y colores del cinturón de pelotas que cada uno de los jugadors tiene. Los colores verde y azul, corresponden a los bosones de neutrones y protones, respectivamente, mientras que las pelotas amarillas y rojas corresponden a neutrones y protones, respectivamente. Los operadores de creación y aniquilación que establecen la conexión supersimétrica entre los diferentes nucleos, están representados por serpientes coralillo (rojas). Las serpientes que crean partículas tienen una pelota entre sus colmillos, cuyo color indica el tipo de partícula. Por otra parte, las serpientes de aniquilación tienen la pelota correspondiente bañada en sangre que aparenta dividir su cuerpo. Ambos tipos de serpiente se encuentran segmentadas, lo que representa la cuantización de la energía. En el mundo de los antiguos mexicanos tanto los organismos vivos como inanimados forman una unidad coherente y armonizan en el mismo plano de importancia. Esto se refleja en los ojos que se incluyen en todas las componentes de una representación pictórica. Así pues, los pelotas involucradas en los operadores de creación y aniquilación, tienen ojos incluidos.
La figura central que se encuentra en el terreno de juego, consiste en dos serpientes entrelazadas, una coralillo y la otra de cascabel. Ellas representan el otro aspecto de la supersimetría, la supersimetría en física de partículas, en donde cada partícula tiene su contraparte supersimétrica. El motivo de que sean serpientes las que tomen parte en esta representación es la propiedad que tienen de cambiar su piel. Así pues, un cambio de piel de dos serpientes aparentemente diferentes, sugieren la conversión de bosones con fermiones. Estas dos serpientes también aparecen en ambos marcadores o piedras circulares del juego de pelota. Dentro del mismo terreno de juego se encuentra, a los pies de Tezcatlipoca el símbolo Ollin, movimiento, el cual representa el principio de incertidumbre. Asimismo, en la parte superior derecha e inferior izquierda se pueden ver corazones. Estos corazones tienen dos significados. Por una parte caracterizan el aspecto ritual de este tipo de juego, y por la otra representan el `camino con corazón' en que se puede convertir la ciencia. Por último, a un costado de Huitzilopochtli, se encuentra un cráneo para indicarnos la naturaleza efímera de nuestra existencia.
Febrero de 2004, Renato Lemus Casillas (renato@nuclecu.unam.mx)

La patria no se vende

Comentario
Revisé y el siguiente artículo de Carlos Fazio no se ha colocado aquí. Ahora con la propuesta de nuestro Presidente Legítimo, Andrés Manuel López Obrador, de qué informemos a todos los ciudadanos de México, barrio por barrio, casa por casa, de lo que se viene para enero y que es:
La aplicación de la Reforma Fiscal y el gasolinazo
La apertura de fronteras a la libre importación de maíz y de frijol de USA, al entrar en vigor un nuevo capítulo del TLCAN y que traera como consecuencia una competencia desleal para los campesinos mexicanos.
La intención del gobierno usurpador de modificar el artículo 27 Constitucional, para permitir la inversión privada, nacional y extranjera en PEMEX.
Toma vigencia lo escrito por Carlos Fazio

Aquí está el artículo mencionado


Carlos Fazio

La patria no se vende

Sobre aviso no hay engaño: el gobierno conservador de Felipe Calderón está decidido a convertir una situación de facto en una formalidad legal. Su objetivo es acelerar la privatización energética; entregar al gran capital nacional y extranjero las industrias petrolera y eléctrica. Y para eso necesita modificar la Constitución. Su mentalidad de colonizado, expuesta sin tapujos en su reciente gira europea, no admite equívocos: durante su campaña electoral asumió el compromiso de que Petróleos Mexicanos y la Comisión Federal de Electricidad, las últimas joyas de la corona, deben servir para fortalecer la seguridad energética de Estados Unidos y Canadá, y está dispuesto a cumplir sin demoras con la ayuda de legisladores del Partido Revolucionario Institucional.
Su política continuista de cuatro sucesivas administraciones neoliberales está encaminada a profundizar la dependencia de México: entreguismo en lo económico, subordinación en el área de seguridad, alineamiento con los dictados de Washington en política exterior. Para tales propósitos, septiembre de 2006 fue un mes clave. Consumada la usurpación, con el veredicto del tribunal electoral que sancionó como bueno el fraude construido durante tres años por el foxismo y los poderes fácticos con aval estadunidense, en sendos encuentros semisecretos se amarró la entrega del complejo petrolero y eléctrico nacional a poderosos grupos del sector energético.
Entre los días 12 y 14 de septiembre del año pasado, en el hotel Fairmont Banff Springs, provincia de Alberta, Canadá, tuvo lugar una reunión secreta para "profundizar la integración" de América del Norte. Ante el entonces jefe del Pentágono, Donald Rumsfeld, almirantes y generales de cinco estrellas, ejecutivos del complejo militar-industrial y de grandes corporaciones como Lockheed Martin, la petrolera Chevron y Suncor Energy, los principales asesores de Calderón se comprometieron a hacer de México una "zona segura" de abasto de petróleo para la economía de Estados Unidos. Es decir, a ceder más soberanía.
Allí estaban, entre otros, el actual jefe de la oficina de la Presidencia, Juan Camilo Mouriño; el embajador designado en Washington, Arturo Sarukhan; el entonces secretario de Seguridad Pública, Eduardo Medina Mora, hoy al frente de la Procuraduría General de la República; Ernesto Cordero; el presidente del Grupo Concord, Manuel Arango, organizador de las cadenas empresariales de apoyo a Felipe Calderón; el subsecretario de Relaciones Exteriores, Jerónimo Gutiérrez y Andrés Rozental. Junto a la participación subordinada de México en el "perímetro de seguridad" diseñado por Washington, los emisarios del calderonismo se comprometieron a buscar formas para "desbloquear" el sector energético nacional.
El 20 de septiembre de 2006, en una exclusiva encerrona convocada en un hotel de la ciudad de México por Forbes Conferences, subsidiaria del consorcio mediático del magnate y político estadunidense Steve Forbes, uno de los financieros del Partido Republicano de Estados Unidos, un grupo de ejecutivos y empresarios locales se comprometió a impulsar "reformas estructurales", con el fin de "modernizar" el sector de la energía, las leyes laborales y el sistema fiscal.
Allí estuvieron, entre otros, el entonces representante en México del corporativo de la energía y las armas Carlyle y actual secretario de Comunicaciones y Transportes, Luis Téllez Kuenzler; el megamillonario Carlos Slim; el director general de la Comisión Federal de Electricidad, Alfredo Elías Ayub y Fernando Chico Pardo, presidente del Grupo Aeroportuario del Sureste.
Por esos días, también, Claude Mandil, director ejecutivo de la Agencia Internacional de Energía (EIA, por sus siglas en inglés), organismo dependiente del Departamento de Energía de Estados Unidos, hacía su "trabajo": recomendaba a México la apertura del sector energético. En concreto, adoptar medidas para fomentar la inversión privada en exploración, producción y comercialización de hidrocarburos, rubros vedados por el artículo 27 constitucional.
Desde que asumió el gobierno en diciembre pasado, junto con la formalización legal de la Alianza para la Seguridad y Prosperidad de América del Norte (ASPAN) ­nueva herramienta neocolonial de Washington para arrancar más concesiones a México­, Calderón viene impulsando la privatización de Pemex, por la vía de convertir a la paraestatal en una sociedad de interés público y poner a la venta certificados petroleros de fomento social. Un nuevo subterfugio, que al igual que los ilegales contratos de servicios múltiples, permitirá la penetración directa o a través de prestanombres de las principales petroleras extranjeras. Después seguirá la privatización total de la Comisión Federal de Electricidad y México se convertirá en el "cuarto de máquinas" de la economía estadunidense. Será una "zona segura" de abasto energético instalada en el patio trasero del imperio.
En la coyuntura, la derecha política, sintetizada en la "alianza estratégica" de cinco ex secretarios de Energía con mentalidad entreguista: Luis Téllez Kuenzler, Francisco Labastida Ochoa, Jesús Reyes Heroles, Fernando Elizondo y Felipe Calderón, apoyados por Juan Bueno Torio, ex director de Pemex Refinación, intentarán rematar el sector energético por cuarta vez en un lustro.
Como dijo en estas páginas John Saxe-Fernández citando a Hans Kohn, de consumarse la intentona México se convertirá en una colonia de Estados Unidos; sin defensa nacional, sin política exterior, sin el control de la hacienda pública el destino de México será el de una república bananera. Impedir que se consume el hecho, defender el patrimonio nacional es una tarea patriótica. El petróleo y la electricidad no son del gobierno, ni siquiera del Estado mexicano; son de la nación. Y la patria no se vende, se defiende.

Tomado de La Jornada

Annápolis: el show de Condi Rice para aislar a Irán (y a Hezbollah)


Bajo la Lupa
Alfredo Jalife-Rahme
Annápolis: el show de Condi Rice para aislar a Irán (y a Hezbollah)


Condoleezza Rice, responsable de las relaciones exteriores estadunidenses Foto: Ap
Se trató de un éxito espectacularmente inesperado de Condi Rice, quien pudo congregar a tres líderes moribundos (Baby Bush, a quien le quedan 13 interminables meses; al valetudinario presidente palestino Mahmud Abbas, y al alicaído primer ministro israelí Ehud Olmert) en la conferencia de Annápolis, a la que acudieron 50 países y organizaciones internacionales.
Una de las notas relevantes consistió en la asistencia de 12 países árabes (del total de 22) y de 20 países islámicos (incluidos los anteriores), del total de 57 que conforman la Organización de la Conferencia Islámica, además de la presencia de potencias europeas y asiáticas y organizaciones internacionales.
No se puede escatimar el éxito escenográfico y coreográfico de Annápolis, en donde Estados Unidos exhibió su poderío multimediático. El problema radica en que todo el montaje hollywoodense careció de guión teatral sustancial.
La noticia principal no fue que los palestinos e israelíes, quienes ya llevan dialogando bizantinamente 16 años, logren un acuerdo de paz el año entrante, pese a que la realidad y el cronograma corren en su contra.
Fueron dos las noticias principales tras bambalinas: una, la presencia de Siria, el supuesto aliado estratégico de Irán, que busca recuperar las Alturas del Golán; y dos, quizá la más relevante de todas, fue la asistencia de Arabia Saudita, quien por primera vez se sienta cara a cara con el Estado hebreo. No es poca cosa, cuando el régimen torturador bushiano sufre una humillante derrota en Irak, una paliza en Afganistán, y el desprestigio ignominioso en los mundos árabe e islámico.
El post Annápolis ha generado dos situaciones: su seguimiento el mes entrante en Moscú, y el probable destrabamiento de la (s)elección presidencial de Líbano, en donde más que un consenso interno parece haberse conseguido un consenso regional entre Arabia Saudita y Siria (y un tanto cuanto de Hezbollah, y de Irán en la retaguardia), con la designación del general Michael Sulaiman como nuevo mandatario.
The Jerusalem Post (28.11.07), el rotativo portavoz del fundamentalista partido hebreo Likud, exulta la “victoria” de Annápolis y afirma que detrás se encuentra el objetivo de aislar a Irán del resto de los países árabes “moderados”, y de paso congelar sus veleidades nucleares. El premier Olmert comentó al rotativo que los “iraníes deseaban que sus presuntos aliados hubieran asistido, y estaban furiosos de la masiva presencia de los árabes”; agregó que los “iraníes querían que el mundo árabe no asistiera, y ahora se dan cuenta de que hasta los sirios llegaron”.
Es obvio que a los halcones de Estados Unidos e Israel (léase los neoconservadores straussianos y el Likud) buscan amarrar navajas entre árabes y persas, lo cual fue atajado de inmediato por el canciller saudita Saud al-Faisal, quien comentó que: “la presencia de su país no había tenido conexión con la esperanza de Estados Unidos para catalizar un consenso post Annápolis en contra del proyecto nuclear iraní”.
El rotativo hebreo resalta cómo el presidente Mahmoud Ahmadinejad le dijo rotundamente al rey saudita Abdullah que “a él le gustaría que el nombre de Arabia Saudita no hubiese estado entre aquellos que acudieron a la conferencia de Annápolis. Los países árabes deberían estar atentos a las conspiraciones y engaños del enemigo sionista”.
Hasta el mismo premier Olmert, en una entrevista a The Guardian (29/11/07), no tiene más remedio que aceptar la debilidad de Mahmud Abbas (presidente de la Autoridad Nacional Palestina), a quien tenían que apuntalar los israelíes para poder conseguir acuerdos que le son difíciles de firmar.
Nadie lo dice pero Ahmadinejad Superstar tiene dos grandes conejos debajo de la manga (para no variar) que pueden descarrilar toda la escenografía y coreografía espectaculares de Annápolis: la milicia chiíta libanesa Hezbollah y un levantamiento popular a favor de Hamas en Cisjordania, cuando ya gobierna en la franja de Gaza.
En forma interesante, Trita Parsi, presidente del Consejo Nacional Iraní Estadunidense y autor del polémico libro Alianzas tramposas: los tratos secretos de Irán, Israel y EU (curiosamente pupilo del desprestigiado Francis Fukuyama y del geoestratega Zbigniew Brzezinski en la Escuela de Estudios Internacionales Avanzados de la Universidad Johns Hopkins), puntualiza juiciosamente que la teocracia chiíta jomeinista debe ser incluida en cualquier proceso de paz en Medio Oriente para que prevalezcan genuinos acuerdos de seguridad en los que deban participar todas las potencias regionales: “en cualquier arquitectura de seguridad y, sobre todo, tanto Estados Unidos como Irán deben reconocer la realidad que ahora se niegan a aceptar”.
El meollo consiste en cómo escapar de la camisa de fuerza del “equilibrio de poder” de los últimos 60 años en los que se ha visto envuelta la región y con guerras sucesivas prácticamente cada década.
A Parsi se le podrá acusar de todo menos de ser partidario de la teocracia chiíta jomeinista; en dos conferencias (17/10/ 07 y 14/11/07) apadrinadas por la Alianza Conservadora Estadunidense de Defensa comentó que “Estados Unidos tendrá que reconocer que Irán es una potencia regional importante”, y que “Irán tendrá que aceptar de facto a Israel, aunque Irán ha aceptado más a Israel como una realidad de lo que el régimen Bush/Cheney ha aceptado al mismo Irán como una potencia regional, como había formulado Irán en 2003 en su propuesta de negociación a Washington que incluía la aceptación implícita de la iniciativa de paz saudita con una solución de dos estados para el conflicto palestino-israelí”.
El iraní-estadunidense advirtió que en caso de no incluir a Irán en la nueva arquitectura de paz y seguridad de Medio Oriente “veremos la continuación del juego del equilibrio del poder, lo cual significa una guerra cada siete a 12 años”.
Señaló que esta situación anómala no existe en ninguna otra parte del mundo, ya que la arquitectura de seguridad es incluyente a las otras regiones: “en el Medio Oriente hemos proseguido acuerdos bilaterales de defensa con estados individuales a expensas de los otros estados”.
Parsi retrocedió hasta 1991 para buscar las raíces de la presente situación en la región del Golfo Pérsico, cuando Estados Unidos decidió excluir a Irán de las charlas de paz de ese año en Madrid, que fue resultado de la soberbia de la Casa Blanca después de la derrota de Saddam Hussein: “lo que permitió a la línea dura en Irán proseguir una política que el ayatola Jomeini no había podido aplicar en la década de los 80, que era la de enviar soldados chiítas a combatir en Líbano en contra de Israel”.
Concluyó que “no se puede crear un orden regional estable excluyendo a alguien, porque al contrario, le brinda incentivos para socavarlo”.
A los cinco días de post Annápolis, Ahmadinejad participará sorprendentemente por primera vez en la cumbre de las pudientes seis petromonarquías árabes del Consejo de Cooperación del Golfo, en Qatar. En el nuevo orden multipolar incipiente se acabó el simplismo maniqueísta de la unipolaridad bushiana. Entramos de lleno al mundo de la hipercomplejidad: ni Annápolis, ni el Medio Oriente, ni mucho menos el Golfo Pérsico, son ya la excepción.