lunes, 28 de enero de 2008

Cómo la CIA infiltró a la DEA

Operación Doble

Douglas Valentine

CounterPunch


Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens


The DEA y sus predecesoras las organizaciones federales de control del cumplimiento de la ley de drogas siempre han sido infiltradas y, en diferentes grados, dirigidas por agencias de inteligencia de EE.UU. El motivo es bastante simple: El gobierno de EE.UU. ha estado protegiendo a sus aliados narcotraficantes, especialmente en el crimen organizado, desde que el narcotráfico fue criminalizado por primera vez en 1914. Desde entonces el control de la ley de drogas ha sido una función de la seguridad nacional en su sentido más amplio; no sólo para proteger a nuestra aristocracia contra enemigos externos, sino para preservar las prerrogativas radicales, religiosas y de clase de los círculos gobernantes.

La falla imprevista en el sistema es que mientras investigan a los traficantes, los agentes federales contra la droga siempre descubren los vínculos de los círculos gobernantes con el crimen organizado y sus testaferros de los sindicatos de la droga. Las agencias de inteligencia y seguridad de EE.UU. reconocieron este problema como tal a comienzos de los años veinte y para proteger a sus patrones de los círculos gobernantes (y a sus aliados extranjeros y nacionales en el narcotráfico que combatían a los comunistas), enfrentaron el problema mediante el soborno de jefes y agentes bien ubicados del control del narcotráfico.

También tienen otros medios a su disposición. En 1998, por ejemplo, en una serie de artículos en el San Jose Mercury News, el periodista Gary Webb afirmó que la CIA había facilitado el flujo de cocaína crack a pandillas callejeras en Los Ángeles. Después de que la Agencia desmintiera vehementemente sus afirmaciones, Webb fue denunciado por los co-conspiradores de la CIA: el New York Times, el Los Angeles Times, y el Washington Post. Llevado a someterse por temor por los gruñidos de los mayores y mejores, el Mercury News se retractó de la historia de Webb y envió al periodista al exilio interior. El Inspector General de la CIA admitió posteriormente que Webb tenía en parte razón. Pero ser injustamente desacreditado es el precio que se paga por arrancar la máscara del mayor narcotraficante del mundo.

Siempre ha sido así. Un ejemplo: En 1960, MacMillan publicó el libro de Russ Koen: “The China Lobby.” En él, Koen dice que los nacionalistas chinos contrabandeaban narcóticos a EE.UU., “con pleno conocimiento y connivencia” de su gobierno en Taiwán. Dice que “prominentes estadounidenses han participado y se han beneficiado con estas transacciones.” La idea de que prominentes estadounidenses se beneficien con el narcotráfico era impensable y, como un rayo, Harry J. Anslinger, Comisionado del Buró Federal de Narcóticos (FBN), denunció como fraude a Koen. Dentro de semanas el libro de Koen fue condenado a la oscuridad por MacMillan.

El fundamental libro del profesor Al McCoy “The Politics of Heroin,” publicado en 1972, es otro ejemplo. La CIA estaba informada sobre la investigación de McCoy y se acercó a su editor, exigiendo que suprimiera el libro por motivos de seguridad nacional. Harper Row se negó pero aceptó que la CIA revisara el libro antes de publicarlo. Cuando McCoy objectó, Harper Row dijo que no publicaría el libro a menos que McCoy se sometiera.

También abundan los ejemplos de complicidad de los organismos federales de control del cumplimiento de la ley de narcóticos con la CIA y muchos son descritos en mi primer libro sobre el tema: “The Strength of the Wolf: The Federal Bureau of Narcotics 1930-1968.” En mi nuevo libro: “The Strength of the Pack: The Politics, Espionage Intrigues, and Personalities that Defined the DEA, explico como la CIA infiltró la DEA y como, bajo dirección de la CIA, la guerra contra la droga se convirtió en un modelo para la guerra contra el terror. Presentaré un ejemplo en este ensayo.

Los bromistas alegres

Mi nuevo libro: “Strength of the Pack” [La fuerza de la jauría] comienza en abril de 1968, cuando como consecuencia de un inmenso escándalo de corrupción, el gobierno de Johnson incorporó al FBN [Buró Federal de Narcóticos] en una nueva organización llamada el Buró de Narcóticos y Drogas Peligrosas (BNDD). El Fiscal General, Ramsey Clark, anunció el nombramiento de John E. Ingersoll, de treinta y ocho años, como director del BNDD. En una carta que me envió Clark dice que Ingersoll “ofrecía una ruptura neta con un pasado que terminó en corrupción y, esperaba, un nuevo enfoque progresista, con una base científica para el control de la droga en un época de profunda inquietud social.”

Clark nombró a Ingersoll durante la presidencia de Johnson y, después de las elecciones, en un intento por anticiparse al próximo gobierno de Nixon, Clark realizó una conferencia de prensa para proclamar el éxito del gobierno de Johnson en la limpieza del BNDD de toda corrupción crónica. “32 agentes de narcóticos renuncian en investigación local de corrupción,” decía el titular en el New York Times del 14 de diciembre de 1968. Clark señaló que cinco de los agentes malos habían sido acusados, y que procesos y renuncias adicionales seguirían pronto.

Los demócratas habían perdido la elección en gran parte porque el candidato de la “ley y el orden,” Richard Nixon, había prometido ganar la guerra contra la droga. Irónicamente, una vez que fue elegido presidente, esta promesa llevó a Nixon a enfrentar a la CIA, que ayudaba y favorecía a los principales políticos y generales que gobernaban a los aliados de EE.UU. en Vietnam, Laos y Tailandia, muchos de los cuales formaban parte de una inmensa red de contrabando de drogas del Kuomintang. A fin de derrotar a los comunistas, había que proteger sus actividades de contrabando de narcóticos. Pero para que Nixon cumpliera con su promesa de ganar la guerra contra la droga, había que detenerlos. Así comenzó la infiltración del BNDD por la CIA, y su lucha con delictuosos acólitos contrarios al establishment de Nixon por el control del ataque contra importantes traficantes como medio para dirigir la guerra contra la droga.

El director del BNDD, John Ingersoll, no estaba preparado de ninguna manera para el juego de tira afloja político en el que se encontró. Había entrado al departamento de policía de Oakland en 1956, sirviendo como policía motociclista y después como asesor administrativo del jefe. A mediados de los años sesenta llegó a ser jefe de policía en Charlotte, Carolina del Norte donde conquistó una reputación de rectitud y de luchador contra la corrupción. Pero un año después de tomar el control del BNDD, Ingersoll se dio cuenta de que no estaba a la altura de los astutos agentes federales de la droga que había heredado. Era una jauría artera y peligrosa, y los principales responsables de la organización eran de los peores.

Como explica un agente: “La mayoría habían sido corrompidos por el atractivo del bajo mundo. Pensaban que podían dejar su moralidad en la puerta – salir y mentir, engañar y robar – para luego volver y recuperarla. Pero no es posible. De hecho, si se tiene éxito porque se puede mentir, engañar y mentir, esas cosas se convierten en instrumentos utilizados en la burocracia. Hablamos de individuos cuyas vidas dependen de su capacidad de ser retorcidos y que se hacen muy buenos en ese arte. Así que esos sujetos se convirtieron en jefes. Mientras tanto los agentes perdían su inocencia de maneras sutiles.”

Ingersoll lo sabía, pero también tenía conciencia de la alta prioridad que Nixon fijaba para la victoria en la guerra contra la droga. En lugar de generar un escándalo, Ingersoll decidió salir de la organización, hacia la CIA, para conseguir ayuda en la eliminación silenciosa de la corrupción. El Informe de 1975 de la Comisión Rockefeller Sobre Actividades de la CIA Dentro de EE.UU. señaló que el programa conjunto CIA-BNDD contra la corrupción comenzó cuando Ingersoll se preocupó “vitalmente” porque algunos de sus empleados podrían haber sido corrompidos por narcotraficantes. Al carecer del aparato necesario de seguridad para expurgar a esos agentes corruptos, Ingersoll pidió ayuda a comienzos de 1970 al director de Inteligencia Central, Richard Helms, para edificar una capacidad de “contrainteligencia.” Esta solicitud fue “aparentemente” apoyada por el Fiscal General del presidente Nixon, John Mitchell.

El hombre al que Ingersoll nombró inspector jefe del BNDD, Patrick Fuller, había servido en investigaciones del IRS [Servicio de impuestos internos] durante cerca de 20 años en California. Fuller era un cercano amigo de Ingersoll, pero aparte de eso, fue incapaz de montar investigaciones de seguridad contra agentes federales de la droga. Cuando Ingersoll propuso que se volvieran hacia la CIA, Fuller aceptó de buena gana. El plan, conocido como Operación Doble, involucró la contratación de agentes de la CIA para que espionaran a altos funcionarios del BNDD sospechosos de prácticas corruptas, pasadas y presentes. Como recuerda Pat Fuller: “Reclutamos a los agentes para el BNDD a través de una compañía especial. Una corporación involucrada en el mantenimiento del orden contrató a consultores de investigación, y tres agentes de la CIA que se las dieron de empresarios privados fueron contratados para realizar el trabajo de contacto y entrevista.”

El principal reclutador fue Jerry Soul, con la ayuda de los agentes de la CIA John F. Murnane, Joseph Cruciani y Chick Barquin. Funcionario de personal en la central de la CIA en esos días, Soul había dirigido a exiliados cubanos durante la invasión de la invasión de Playa Girón, y después dirigió el ejército de exiliados cubanos de la CIA y su fuerza aérea en el Congo.

Aparte de un exiliado cubano, los agentes de la CIA contratados para la Operación Doble, fueron, típicamente agentes paramilitares ingleses cuyas carreras se habían estancado por la reducción gradual de fuerzas de la CIA en Vietnam y Laos. Los que fueron contratados pasaron por el curso de entrenamiento del BNDD y fueron asignados por Fuller para que espionaran a un director regional en particular y a sus subordinados de confianza. Según Fuller, no se mantuvieron archivos y algunos participantes no serán jamás identificados porque eran “intermediarios” que nunca fueron a una oficina del BNDD, pero espiaron desde lejos e informaron de modo clandestino. Algunos ni siquiera eran conocidos por Fuller. Se suponía que todos iban a ir al extranjero, pero la mayoría permaneció en EE.UU.

Gran parte de la Operación Doble sigue siendo un misterio porque, como informó la Comisión Rockefeller, “violó la Ley de 1947 que prohíbe la participación de la CIA en actividades de mantenimiento del orden.”

Ni una sola vez procesaron a un participante.

Casos analizados por Operación Doble


La Operación Doble apuntaba a los máximos directores del BNDD. Un objetivo fue Joseph J. Baca, Vice-director Regional en Los Ángeles. Primo de un alto policía mexicano, Baca fue acusado en julio de 1969 por la Policía Estatal de Nuevo México de tráfico de drogas y propiedad robada. Fue acusado de organizar robos y asaltos, y supuestamente vendió heroína a un contrabandista de drogas. Pero las investigaciones locales fueron cerradas sin una acción adversa contra Baca, de modo que se pidió al as infiltrado de la Operación Doble, Charles "Chuck" Gutensohn que investigara.

Gutensohn había servido con las Fuerzas Especiales en Vietnam del Sur. Abandonó el ejército en 1964, obtuvo un grado académico, y en 1968 entró a la CIA. Durante los dos años siguientes, Gutensohn sirvió en Pakse, Laos, uno de los principales puntos de tránsito de droga entre el Triángulo de Oro y Saigón. Tenía experiencia en la droga y al volver a EE.UU., Gutensohn tuvo la alternativa de ser el vínculo entre la CIA y el BNDD en Laos, o de sumarse a la Operación Doble. El hermano de Gutensohn, Joel, él mismo veterano de Vietnam, se había unido al programa Doble seis meses antes en Chicago. Por ello, Chuck también lo hizo.

“Después de encontrar a Jerry Soul," recuerda Gutensohn, "vi a Fuller en un hotel cerca de Tyson's Corner. Dijo que cuando nos comunicásemos, yo sería conocido como Leo Adams, para Los Angeles. Sería Walter De Carlo, para Washington, DC."

Fuller reclutó a Gutensohn y a los otros agentes de la CIA porque no era necesario entrenarlos en “los secretos del arte” requeridos para la tarea de espiar a sus jefes. Pero la tapadera de Gutensohn fue destruida antes de que llegara a Los Ángeles. Según recuerda: “Alguien en la central habló y todos lo supieron. Cerca de un mes después de mi llegada, uno de los agentes me dijo: “Me dicen que Pat Fuller firmó sus credenciales.”

Una situación similar ocurrió en Miami, donde los objetivos de Fuller eran el director regional Ben Theisen y el supervisor de grupo Pete Scrocca. Terry Burke, que llegó al límite de su carrera como administrador interino de la DEA en 1990, fue uno de los agentes de la Operación Doble asignados para investigar a Theisen y Scrocca. Alto y bien parecido, los antecedentes de Burke son fascinantes. Después de servir como guardia de los Marines en la embajada de EE.UU. en Roma, se unió a la CIA y sirvió como agente paramilitar en Laos de 1963 a 1965, trabajando para el legendario agente de la CIA Tony Poshepny en la base 118A cerca de Ban Houei Sai – epicentro del comercio de opio y heroína del Triángulo de Oro. Burke recibió la máxima condecoración de la CIA, la Estrella de Inteligencia, por heroísmo en el combate en Laos. Sirvió su período siguiente en las Filipinas donde en 1969 fue asignado a un puesto que era un callejón sin salida en la central de la CIA. Consciente de que su carrera había llegado a un punto muerto, Burke se puso en contacto con un amigo de Italia, el agente de aduanas Fred Cornetta. Éste estaba entonces a cargo en el aeropuerto Dulles, y persuadió a Burke a sumarse al BNDD.

Burke se postuló y fue contratado en diciembre de 1970. Fuller lo reclutó para la Operación Doble y lo asignó al grupo de Pete Scrocca. Pero, en lugar de espiar a sus nuevos colegas, Burke se propuso demostrar que era suficientemente duro y listo para trabajar “casos clandestinos de tipos malos con escopetas en habitaciones de motel.” Burke nunca envió ningún informe negativo a Fuller, y Theisen y Scrocca terminaron por aceptarle.

La experiencia de Gutensohn y Burke no fue excepcional, y la Operación Doble nunca llevó a un solo despido de algún agente corrupto del BNDD. La razón sorprendente para este resultado es bastante simple. Lo que menos se imaginaban Ingersoll o Fuller era que la CIA nunca inicia un programa a menos que sea negable y tenga “potencial de inteligencia.” La Operación Doble se ajustaba a esos criterios: era negable porque era, en apariencia, un programa del BNDD; y tenía potencial de inteligencia en la medida en que se ajustaba perfectamente al estilo de Angleton de “operaciones dentro de operaciones.”

Como me dijera el inspector jefe del BNDD Pat Fuller: “Hubo otra operación de la cual ni yo mismo sabía. ¿Por qué no descubre quién la estableció, y por qué?

Cajas dentro de cajas

Bueno, descubrí lo relacionado con esa operación. Casi por accidente, cuando entrevistaba a un agente de la DEA en Miami, me presentaron a Joseph C DiGennaro, miembro de la faceta secreta de la CIA de la Operación Doble, su unidad unilateral de operaciones de droga. Oculto tras el programa de “inspecciones” de Fuller, el propósito de la unidad unilateral de droga de la CIA era identificar a narcotraficantes en todo el mundo, y secuestrar y/o asesinarlos selectivamente. Como explica DiGennaro, su ingreso al programa comenzó cuando un eminente cirujano, amigo de la familia, sugirió que se postulara para un puesto en el BNDD. En aquel entonces trabajaba como corredor de bolsa en Nueva York. DiGennaro encontró a Fuller en agosto de 1971 en un Howard Johnson’s cerca del complejo Watergate. Fuller le dijo que si aceptaba el puesto en la Operación Doble recibiría el nombre de código Novo Yardley. El nombre de código se basaba en el nombramiento de DiGennaro en Nueva York, y en un drama con el nombre del famoso espía estadounidense, Herbert Yardley.

DiGennaro aceptó el puesto y fue enviado a un agente de seguridad de la CIA para obtener las aprobaciones necesarias. Entonces le dijeron que él y varios otros reclutas eran “subproductos” del programa de inspección de Fuller hacia el programa “operativo” unilateral de la CIA. Le dijeron que había sido seleccionado porque tenía un cinturón negro en karate y la extraña capacidad de recordar listas y caras. El control de antecedentes demoró 14 meses, durante los cuales DiGennaro recibió un entrenamiento intenso en combate y en las reglas del arte. En octubre de 1972 fue enviado a la central regional del BNDD en Nueva York y, como cobertura, fue asignado a un grupo de conformidad que inspeccionaba sobre todo farmacias. Sus cheques de sueldo venían de fondos oficiales del BNDD, aunque el programa fue financiado por la CIA a través del Buró de Minas del Departamento del Interior. El programa había sido autorizado por el comité “apropiado” del Congreso.

El grupo especial de DiGennaro fue dirigido por la División de Operaciones Especiales de la CIA (entonces bajo Evan Parker, primer director del Programa Phoenix de la CIA) en conjunción con los militares, que suministraron posibilidades dentro de los servicios militares en el extranjero para mantener abiertas rutas de exfiltración. Las rutas de exfiltración eran corredores aéreos y carreteras. Los militares también despejaban el espacio aéreo cuando sospechosos capturados eran llevados a EE.UU. DiGennaro pasó la mayor parte del tiempo en operaciones en Sudamérica, pero también sirvió en el Líbano y otros sitios.

Dentro de la unidad especial antidroga de la CIA, que contaba con unos 40 hombres, había expertos en impresión, falsificación, operaciones marítimas, y telecomunicaciones. Los agentes se conocían sólo por su nombre. DiGennaro, sin embargo, sabía de la presencia en el programa de otros agentes del BNDD, incluyendo a Joseph Salm y Paul Seema. Nadie más en el BNDD, sin embargo, estaba informado sobre el programa. Cuando llegaba la llamada a la acción, DiGennaro consultaba a Fuller y luego pedía licencia por enfermedad o vacaciones para partir a las misiones. Hubo numerosas misiones. Como me dijo su jefe de grupo en Nueva York, Joe Quarequio: "Joey no estaba nunca en la oficina.”

La tarea era rastrear, secuestrar, y si se resistían, matar a narcotraficantes. La violencia era el resultado de la “limitada ventana de oportunidad” necesaria para que se hiciera el trabajo. Debido a la necesidad de una negación plausible, había un mínimo contacto con la embajada estadounidense en el país en el que se realizaba la misión. DiGennaro tenía “un Ángel Guardián” quien “reunía información de inteligencia, desarrollaba rutinas, y contactaba a los informantes.” Pero el país anfitrión, su policía uniformada y servicios militares pocas veces estaban informados sobre su presencia, y había poca coordinación con el puesto de avanzada local del BNDD.

Las operaciones eran extremadamente peligrosas. Como recuerda DiGennaro: “Hubo un caso en Colombia. Había entre setenta y dos y noventa y seis horas para completarlo. Me llevaron en avión a Colombia donde me contactó mi Ángel Guardián. Había pagado a alguien y ese alguien lo había llevado a un laboratorio de cocaína. Los operadores del laboratorio habían sido vigilados y seguidos hasta su escondite. Para capturarlos, tuvimos que trabajar con una unidad militar local, que fue contactada por radio bi-direccional. En este caso en particular, alguien interceptó el llamado, y lo próximo que supimos fue que una mujer en la radio puso en guardia a los sospechosos. Era una agente de los traficantes dentro de la unidad militar local. La oímos gritando a los soldados. Luego le dispararon. No supimos a quien estaba llamando,” sigue diciendo, “así que tuvimos que saltar por helicóptero y camión militar al sitio en el que pensamos que estaban los sospechosos. Esa vez dimos en el blanco. Llevamos de vuelta a los delincuentes a EE.UU. Fueron discapacitados con drogas y esposados en varios servicios higiénicos en Chicago y Miami.”

Como recuerda un agente de la DEA: “Recibíamos un llamado de que había un ‘regalo’ esperándonos en la esquina de la calle 116 y la 6ª Avenida. Íbamos y encontrábamos a algún tipo que había sido encausado en el Distrito Oriental de Nueva York, esposado a un poste de teléfono. Lo llevábamos a un piso franco para interrogarlo y, si fuera posible, convertirlo en informante. A veces lo reteníamos durante meses. ¿Pero qué sabía?” Si eres un narcotraficante colombiano o corsicano en Argentina, y unos pocos individuos con credenciales policiales te arrestan, ¿cómo sabes que se trata de una operación de la CIA?

El agente prescindible DiGennaro no vio el aparato que lo dirigía. Tampoco llegó a saber gran cosa sobre la gente que agarraba y eliminaba la unidad de la CIA; sólo que había gente procesada y que los acusados gritaban.

La última operación de DiGennaro en 1977 tuvo que ver con la recuperación de un satélite que había caído en manos de un narcotraficante. Para entonces tenía toda la pericia profesional que la CIA requería para volar solo; averiguó quien era el dueño del satélite, negoció de buena fe para conseguirlo, y lo compró de vuelta en el mercado negro. Tal era la dimensión del “mecanismo paralelo” que la CIA tenía con el BNDD; un mecanismo que la CIA obviamente no había utilizado sólo para propósitos contra la droga, sino también por motivos contraterroristas.

Secuelas


En 1977, unos 125 “antiguos” agentes de la CIA habían sigo infiltrados en la DEA en todos los niveles de la organización, especialmente en unidades de inteligencia, haciendo todo lo posible – desde intercambios de armas en el mercado negro, a negociaciones con terroristas, a asesinatos políticos. También puso a la CIA en control total de la selección de objetivos.

Sin embargo, a medida que la influencia de la CIA se hacía dominante, más y más agentes de la DEA sintieron su impacto adverso en sus casos. Para comenzar, la CIA exigió una lista de todos los informantes extranjeros de la DEA, así como copias de todos sus informes de inteligencia. Obtuvo las dos cosas. Luego comenzó a reclutar traficantes vigilados por la DEA. Esos reclutas fueron borrados de la lista de objetivos de la DEA. En Chile en 1973, por ejemplo, la CIA permitió que cinco narcotraficantes abandonaran el estadio de fútbol en Santiago en el que se torturaba en masa a disidentes. Esos traficantes huyeron a Colombia donde ayudaron a formar el cartel que terminó por suministrar cocaína crack a pandillas callejeras en los Ángeles, a través de otros apoyos de la CIA en Latinoamérica.

Como dice un agente de la DEA: “La relación entre la CIA y la DEA no fue lo que se habían propuesto originalmente. La CIA no tiene su sitio en ningún tipo de actividad de mantenimiento del orden, a menos que pueda resultar en una condena. Lo que sucede pocas veces. Sólo debiera servir de apoyo, totalmente.”

En febrero de 1977, cuando estaba descorazonado y a punto de renunciar, ese agente y un grupo de otros altos responsables de la DEA se sintieron obligados a documentar una lista interminable de fechorías de la CIA.

La CIA
estaba causando tantos problemas que a comienzos de 1977, el Vice-Administrador saliente de Seguridad, Dan Casey, envió un memorando de tres páginas a espacio simple al administrador de la DEA, Peter Bensinger, expresando su preocupación “por el papel jugado actualmente por la CIA en relación con la recolección de inteligencia operativa en el exterior.” El memorando lo firmaron cinco jefes de la división de seguridad. “Todos tienen la convicción unánime de que probablemente los actuales programas de la CIA causarán serios problemas futuros para la DEA, tanto en el exterior como en el interior.” Los programas unilaterales de la CIA en países extranjeros eran una “fuente potencial de conflicto y embarazo y pueden tener un impacto negativo en el esfuerzo general de reducción de narcóticos de EE.UU.” Aludió a incidentes específicos, citando la vigilancia electrónica de la CIA y el hecho de que la CIA “no reacciona positivamente a ninguna propuesta de revelación.” Casey previó más casos arruinados y se quejó de que “muchos de los sujetos que aparecen en esas vigilancias promovidas o controladas por la CIA viajan regularmente a EE.UU. para impulsar sus actividades de tráfico.” La “inmunidad de facto” del procesamiento posibilita que los apoyos de la CIA “operen con mucha más libertad y eficiencia.”

A Casey le molestó especialmente que la CIA exigiera que la DEA suministre números de teléfono para sus operaciones. “Esta práctica es extremadamente inquietante porque, en efecto, pone a la DEA en condiciones de determinar qué delincuentes recibirán un inmunidad de facto.” Considerando la seriedad del problema, recomendó que “todo el apoyo de la DEA para la vigilancia electrónica de la CIA sea suspendido de inmediato.” Pidió que el administrador de la DEA insistiera en que la CIA se ajuste a las directivas fijadas por el Consejo Interior de la Casa Blanca de Carter, que limitó la CIA a la recolección de inteligencia estratégica. Instruyó al personal de la DEA para que no solicitara apoyo de la CIA “que pueda terminar por perjudicar el procesamiento en el interior de algún narcotraficante.”

Desgraciadamente, Bensinger toleró a la CIA a costas de la integridad de la DEA. Ignoró a Casey y a sus jefes de división. “La Fuerza de la jauría”, presenta ejemplos de cómo este acomodo con la CIA mutiló a la DEA. Un ejemplo importante es la Conexión Contra de la CIA, como la reveló Gary Webb. También existe el hecho de que Manuel Noriega fue un colaborador de la CIA y que su archivo en la DEA fue destruido por infiltrados de la CIA, allanando el camino para la invasión de Panamá. También hubo el caso de Pan Am 103 en diciembre de 1988, en el que una bomba fue colocada por agentes enemigos que habían penetrado una red de narcotráfico de la CIA, que estaba haciendo una “entrega controlada.”

Esta inmensa brecha en el escudo protector de la CIA llevó a la formación del Centro de Contranarcóticos de la CIA, y los negocios continuaron como de costumbre. En diciembre de 1989, según informa la edición del 4 de mayo de 1990 de Newsday, “un pequeño equipo de operaciones especiales de EE.UU. planificó y realizó” una incursión que condujo a la muerte del señor de la droga José Gonzalo Rodríguez Gacha, su hijo de 17 años, y varios guardaespaldas. Pablo Escobar fue asesinado de modo similar por un equipo de ejecución de la CIA.

L
os trabajos de Gacha y Escobar, y muchos otros como ellos, de los que el público sabe poco o nada, son extrapolaciones de los realizados por Joey DiGennaro. Y siguen al mismo ritmo. Poco después de renunciar en 1993, el jefe de la DEA Robert Bonner reveló que la CIA había embarcado en 1990 una tonelada de cocaína pura a Miami desde su almacén del Centro Contranarcótico en Venezuela. La orwelliana “entrega controlada” fue perdida, accidentalmente.

Con la guerra de Bush contra el terror, la situación sólo ha empeorado. En Afganistán y en el Sudoeste Asiático, la DEA está totalmente infiltrada y controlada por la CIA y los militares. La central de la DEA es básicamente un anexo de la Oficina Oval. Y los círculos gobernantes siguen manteniendo oculta la historia. Después de enviar mi manuscrito a dos críticos – uno con conexiones con la CIA, el otro con conexiones con la DEA – mi editor dejó de comunicarse conmigo. Creo que simplemente quiere que desaparezca.

Sólo queda preguntarse hasta dónde descenderá EE.UU. por este vórtice de miedo y servilismo ante la seguridad estatal antes de desaparecer por completo.

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Douglas Valentine es autor de “The Hotel Tacloban,” “The Phoenix Program,” y “TDY.” Su cuarto libro: “The Strength of the Wolf: The Federal Bureau of Narcotics, 1930-1968,” que recibió el premio “Choice Academic Excellence” Award está siendo publicado en Rusia. La segunda parte: “The Strength of the Pack,” será publicado por University Press de Kansas en 2008. Para información sobre Mr. Valentine, y sus libros y artículos, visite su sitio en la Red en www.DouglasValentin e.com y http://members. authorsguild. net/valentine

http://www.counterp unch.org/ valentine0125200 8.html

Conferencia del Prensa del Presidente Legítimo



V Diálogo Nacional

4 y 5 de febrero de 2008

Para articular todas las luchas y resistencias en un solo plan nacional de lucha, contra el neoliberalismo y por un nuevo Proyecto de Nación

CONVOCATORIA

A los trabajadores

Al Pueblo de México

En su afán por continuar con la entrega de las riquezas y los recursos naturales de la Nación al gran capital nacional y extranjero, la ultraderecha neoliberal en el gobierno ha iniciado el 2008 poniendo en marcha el gasolinazo, el apartado VIII del capítulo agropecuario del Tratado de Libre Comercio con América del Norte, incrementando las tarifas de energía eléctrica que consume el pueblo, al mismo tiempo que acelera sus intentos para imponer las reformas energética y laboral, así como para culminar la aprobación de la reforma judicial y la del Estado.

Esta ofensiva ratifica que el neoliberalismo va por todo, por todo aquello que les queda por dominar, por el petróleo y la electricidad, por el agua y todos los recursos naturales, por la eliminación de los derechos laborales de los trabajadores y los derechos sociales de los mexicanos, por la educación pública y la seguridad social. Asimismo, para continuar con el saqueo, el neoliberalismo fortalece sus funciones e instituciones represivas, transformándolas en garantes de la estabilidad y del control autoritario de la fuerza de trabajo, la ciudadanía organizada y la sociedad civil.

Ellos están decididos a ir por todo y avanzar en lo inmediato, nos toca a todos nosotros, los que resistimos en todas las formas al capitalismo neoliberal lanzar una alerta a todo el pueblo para articular una respuesta común, también en lo inmediato.

Frente al proceso de despojo y de criminalización de la protesta social, por todo el país se desarrollan luchas y resistencias que tienen como denominador común el rechazo al neoliberalismo, la defensa de la tierra y de los recursos naturales, la lucha por la democracia y el respeto a los derechos sociales y civiles, así como la construcción de la autonomía en los pueblos y territorios indígenas. Destacan las movilizaciones ejemplares de los trabajadores contra la nueva Ley del ISSSTE, la defensa de electricistas y petroleros de la industria energética nacional y las luchas campesinas en contra del Tratado de Libre Comercio y por la defensa del campo mexicano.

Gran parte de estas luchas, sus aspiraciones y las demandas populares se han venido expresando en los diálogos anteriores. Ese ha sido el sustento bajo el que se ha construido el Programa Mínimo No Negociable, los avances del nuevo Proyecto de Nación y el Pacto Nacional por la Soberanía Popular y la Vigencia de la Constitución. Tomando esos acuerdos como punto de partida y considerando que el nivel de lucha que hasta ahora hemos alcanzado, si bien es valioso e importante, resulta insuficiente para afrontar la nueva ofensiva neoliberal, la Comisión Coordinadora del Diálogo Nacional convoca a todas las luchas, movimientos y resistencias, a todas las fuerzas y organizaciones de obreros, campesinos, indígenas, mujeres, jóvenes, estudiantes, a los organismos civiles y defensores de los derechos humanos, a las redes de medios libres, de ecologistas y de economía solidaria, a todos y a todas, de manera amplia e incluyente, a participar en el:

V DIÁLOGO NACIONAL

Entendido como un encuentro diverso de organizaciones y ciudadanos que están incorporados a este proceso, pero al mismo tiempo flexible y abierto a la participación de nuevos actores, y con el propósito principal de articular a todos los movimientos, organizaciones, luchas y resistencias en un plan de lucha, con una estrategia común, con ejes programáticos comunes que nos permitan frenar las reformas estructurales inminentes y derrotar el neoliberalismo, sin que esto anule los esfuerzos y procesos que cada organización desarrolla. En la posibilidad de acudir a todas las formas y los instrumentos políticos de la movilización, incluyendo la huelga política general, como herramienta de lucha superior que tienen los trabajadores y el pueblo.

Este Diálogo Nacional, en su quinta versión, es la continuación de un proceso y una nueva oportunidad para consolidar un espacio como referente nacional unitario de primer orden, para el análisis y la acción, para potenciar las luchas del pueblo mexicano a favor de un nuevo Proyecto de Nación, con justicia, libertad y democracia.

Este V DIÁLOGO NACIONAL se desarrollará bajo los siguientes ejes de discusión:

1. Situación política actual y perspectivas.

2. Balance de los movimientos y resistencias contra el neoliberalismo y estrategias unitarias.

3. Ejes programáticos, formas de organización y Plan de Acción.

4. Asuntos Generales.

El V Diálogo Nacional se realizará los días 4 y 5 de febrero de 2008, en el auditorio Francisco Breña Alvirez del Sindicato Mexicano de Electricistas (ubicado en Antonio Caso 45 casi esquina con Av. Insurgentes, cerca del metro Revolución) bajo el siguiente programa:

Lunes 4 de febrero

9 hrs. Registro de delegados

10 hrs. Plenaria de Inauguración

11 hrs. Instalación de las Mesas de Trabajo. Una por cada uno de los 3 ejes de discusión. De manera paralela sesionará el Foro Alterno: RECURSO HÍDRICOS; NEOLIBERALISMO Y RESISTENCIA POPULAR. A esta misma hora se instalará una Mesa para el registro de denuncias por escrito. El punto de Asuntos Generales, se abordará en la plenaria de clausura.

14 a 15 hrs. Receso para la comida

16 a 19 hrs. Continúa trabajo de mesas.

Martes 5 de febrero

10 hrs. Plenaria Resolutiva

Cada Mesa de Trabajo, presenta sus resultados

14 hrs. Clausura.

Comisión Coordinadora del Diálogo Nacional

Fuera Halliburton de Pemex

Fuera Halliburton de Pemex

Halliburton se apropia de Pemex

La transnacional norteamericana acaba de anunciar un nuevo contrato con Petróleos Mexicanos (Pemex). Se trata de la licitación 18575069-102-07, por un monto de 7,471 millones de pesos (sin IVA), para realizar la perforación y terminación de 58 pozos de desarrollo en tierra para la región sur del país. Pemex y Halliburton violan la Constitución. Los contratos con particulares deben ser cancelados.

La región sur está integrada por 5 activos que son: Cinco Presidentes, Bellota-Jujo, Samaria-Luna, Muspac y Macuspana, de donde se extraen poco más 500 mil barriles diarios de petróleo crudo. Estos activos aportan el 16% de la producción nacional de petróleo crudo. Los pozos en manos de Halliburton serán: Samaria, Iride, Cunduacán, Platanal, Oxiacaque, Jacinto, Chinchorro, Palangre, Jujo, Suntuario, Pijije, Tupilco, Costero y Tiumut.

Estos no son los únicos contratos de Pemex con Halliburton. Con anterioridad, la corporación ha recibido 80 contratos, de los cuales 42 han sido mediante licitación pública internacional, 2 por invitación y 37 se le han adjudicado directamente sin ninguna licitación.

En 2004, Halliburton obtuvo de Pemex un contrato para realizar trabajos de perforación y terminación de pozos para proyectos con presupuesto Pidiregas de la Región Sur, y cuyo costo ascendió a mil 953 millones de pesos. En 2006, obtuvo otro contrato para realizar trabajos con tubería de revestimiento expansible y accesorios para la explotación de pozos terrestres, lacustres o marinos de las regiones norte, sur, marina noreste y marina suroeste.

La perforación de pozos es una fase que forma parte del proceso de trabajo petrolero, y tal actividad, debe ser realizada directamente por Pemex no por contratistas.

Halliburton aliada de Pemex

Halliburton es una empresa ligada a Dick Cheney, vicepresidente norteamericano. Con el foxismo se estableció una alianza con para realizar trabajos de perforación vertical en la zona de Poza Rica y Altamira, así como trabajos para la operación en ductos en Tamaulipas, Veracruz, Tabasco y Chiapas.

La alianza, sin embargo, viene de antes. En los años 90s, Halliburton obtuvo de Pemex varios contratos de servicio para el complejo Cantarell en el Golfo de México, el más importante productor mexicano de crudo ahora en sostenido declive. Con anterioridad, en los años 70s, George Bush (padre) fue contratista de Pemex con su empresa Zapata Offshore. En 2003, Halliburton obtuvo un contrato de 20 millones de dólares para expandir la infraestructura del gas natural en Reforma, Chiapas. Esa “alianza” cada vez se ha venido ampliando. Halliburton contrata a 1,250 trabajadores y subcontrata a miles más. Tiene oficinas en Ciudad del Carmen, Reynosa, Poza Rica, Villahermosa y la ciudad de México.

Pemex ha venido entregando la exploración y perforación de pozos petroleros a las transnacionales. Halliburton no es la única, también están Fluor-Daniels y Bechtel, entre otras.

México en la geopolítica norteamericana

Algunos analistas han dicho que Pemex carece de recursos y tecnología para perforar pozos petroleros y “es mejor que se perforen pozos a que no los hagan (…) y si Halliburton ganó el contrato de servicios por medio de una licitación pública presentando la mejor oferta para la perforación de pozos, pues adelante”.

Esos analistas se equivocan. Pemex SÍ tiene recursos solamente que el gobierno le expropia casi el 100% de lo que obtiene por ingresos impidiéndole realizar obras de expansión y desarrollo. La tecnología hace años que debió desarrollarse por el IMP pero también se le ha impedido oficialmente. El desarrollo tecnológico que Pemex necesita se podría lograr siempre y cuando se siga una política petrolera radicalmente diferente a la actual.

El problema, sin embargo, no es ése. Halliburton y demás transnacionales están interesadas en los contratos con Pemex en el marco de una estrategia política de mayor alcance. Se trata de lograr el control de los recursos energéticos (petróleo y gas), acuíferos, fuentes energéticas renovables y biodiversidad en México y en todo el mundo. Eso implica para México un problema de seguridad nacional.

Además, Halliburton no sólo trae tecnología y recursos, también personal que dirigirá los trabajos para ofrecer “servicios petroleros”. Estos “servicios” incluyen, seguramente, recomendaciones para privatizar a Pemex con o sin modificaciones constitucionales. Las corporaciones carecen de escrúpulos, no les interesa lo que digan las leyes mexicanas sino los hechos así sean ilegales.

Halliburton es una transnacional fraudulenta e invasora. Actualmente interviene en Irak apropiándose de los recursos petroleros de aquella nación. En 2007, su división Kellogg Brown Root (KRB) construyó en Guantánamo, Cuba, 207 celdas destinadas a los “combatientes enemigos”.

Ahora, el interés de Halliburton en México es entrar, o seguir dentro, para avanzar hacia la exploración y explotación del petróleo crudo en las aguas profundas del Golfo de México. Eso está en el interés geopolítico norteamericano, cuyo objetivo es apropiarse de los recursos energéticos y acuíferos del mundo dónde quiera que estén.

Inconstitucionalidad plena

Ciertos analistas sostienen que Pemex está facultada para sostener contratos de servicios simples sin violar la Constitución. ¡No es así sino al revés! El artículo 27 constitucional, en sus párrafos 4º. y 6º., establece el dominio pleno de la nación sobre sus recursos de hidrocarburos. Se indica, también, que NO se permitirán concesiones ni contratos a los particulares. Pemex, de acuerdo a su Ley Orgánica NO tiene facultades para violar la Constitución. El artículo 28 constitucional indica que las actividades relacionadas con los hidrocarburos son actividades estratégicas a cargo exclusivo del Estado mexicano.

El caso Halliburton es una muestra de lo grave que sería la reforma energética que promueve el gobierno federal con el apoyo de los legisladores del PRI y el PAN. Las reformas a la legislación petrolera secundaria no ha ocurrido y las transnacionales ya intervienen en actividades reservadas constitucionalmente al Estado.

La reforma energética del gobierno es lesiva a la nación y todos los mexicanos debemos impedirla. Halliburton debe salir de México. Pemex debe cancelar todos los contratos con las transnacionales por ser anticonstitucionales. Los responsables deben ser sancionados. De entrada, Jesús Reyes Heroles debe salir de Pemex por incumplir sus funciones y deberes con la nación al ser un simple cabildero de las transnacionales.

Frente de Trabajadores de la Energía, de México

Fuera Halliburton de Pemex

La vida no vale nada

Comentario:

La canción La vida no vale nada de Pablo Milalanés, nos habla del compromiso que debemos tener con el pueblo y con una causa. El movimiento que aquí se apoya y se defiende está basado en la Resistencia Civil Pacífica y en la No Violencia, así que nunca nos cansaremos de estar enfatizando que es el camino que debemos seguir y que debemos privilegiar el uso de la inteligencia para imponernos sobre la violencia. Muchos dicen que así no se logra nada, pero nosotros junto con Andrés Manuel López Obrador sabemos que si y se los vamos a demostrar.

Las imágenes de violencia que vienen en este video, en la que se escucha la voz de Soledad Bravo, es para recordarnos que esas armas si existen y que esa violencia es real, asi que debemos evitarla y no fomentarla.

Tenemos la inteligencia, la paciencia y el valor para lograr el triunfo del Proyecto Alternativo de Nación de manera pacífica.



La vida no vale nada

(Pablo Milanés)


La vida no vale nada
si no es para perecer
porque otros puedan tener
lo que uno disfruta y ama.

La vida no vale nada
si yo me quedo sentado
después que he visto y soñado
que en todas partes me llaman.

La vida no vale nada
cuando otros se están matando
y yo sigo aquí cantando
cual si no pasara nada.

La vida no vale nada
si escucho un grito mortal
y no es capaz de tocar
mi corazón que se apaga.

La vida no vale nada
si ignoro que el asesino
cogió por otro camino
y prepara otra celada.

La vida no vale nada
si se sorprende a mi hermano
cuando supe de antemano
lo que se le preparaba.

La vida no vale nada
si cuatro caen por minuto
y al final por el abuso
se decide la jornada.

La vida no vale nada
si tengo que posponer
otro minuto de ser
y morirme en una cama.

La vida no vale nada
si, en fin, lo que me rodea
no puedo cambiar cual fuera
lo que tengo y que me ampara.

Y por eso, para mí,
la vida no vale nada.

(1975)

Yo vengo a ofrecer mi corazón




Yo vengo a ofrecer mi corazón

(Fito Páez)

Quién dijo que todo está perdido
Yo vengo a ofrecer mi corazón
Tanta sangre que se llevo el río
Yo vengo a ofrecer mi corazón

No será tan fácil ya sé qué pasa
No será tan útil como pensaba
Como abrir el pecho, y sacar el alma
Una cuchillada de amor

Luna de los pobres siempre abierta
Yo vengo a ofrecer mi corazón
Como un documento inalterable
Yo vengo a ofrecer mi corazón

Y uniré las puntas de un mismo lazo
Y me iré tranquilo, me iré despacio
Y te daré todo, y me darás algo
Algo que me alivie un poco más

Cuando no haya nadie cerca o lejos
Yo vengo a ofrecer mi corazón
Cuando los satélites no alcancen
Yo vengo a ofrecer mi corazón

Y hablo de países y de esperanzas
Y hablo por la vida, hablo por la nada
Y hablo de cambiar esta nuestra casa
De cambiarla por cambiar nomás

Quién dijo que todo está perdido
Yo vengo a ofrecer mi corazón

4a Asamblea de Flor y Canto.

27 de Enero de 2008. En la 4ª Asamblea del grupo Flor y Canto, que se reúne todos los domingos a las 10am en el Ángel de la Independencia, estuvieron como invitados el periodista Miguel Ángel Velásquez, el diputado local Tomás Pliego, y Porfirio Muñoz Ledo, quien pasaba por la zona del Ángel y fue invitado a dirigir unas palabras a los asistentes a la reunión del Ángel.

Miguel Ángel Velásquez habló sobre la censura a los medios de comunicación y la necesidad de tener contar con medios alternativos de información. Por su parte, el Dip. Tomás Pliego habló sobre el caso Carmen Aristegui, mientras que Porfirio Muñoz Ledo manifestó su reconocimiento a la labor desempeñada por el grupo Flor y Canto.