viernes, 14 de octubre de 2011

AUDIO: Gobiernos de Coalición. Francisco Estrada.







SRE, balbuceos defensivos


LEOPOLDO GAVITO NANSON - JUEVES, OCTUBRE 13, 2011

La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) envió ayer un comunicado de prensa en respuesta al anuncio de los promoventes de la demanda contra Felipe Calderón y funcionarios destacados de su gabinete de seguridad. En realidad no extraña que lo hiciera, el gobierno federal es consistente con lo que lo ha distinguido en esta ya larguísima administración: su característica reacción a los acontecimientos. Desde su temprano inicio, el gobierno de Calderón ha sido constantemente sorprendido por los acontecimientos. En mayo de 2007 un enfrentamiento entre elementos del Ejército y presuntos narcotraficantes se prolongó por horas; participaron más de 300 efectivos militares y al menos 20 integrantes del crimen organizado. Para reducirlos, el Ejército recurrió al uso de ametralladoras y bazucas. Sería la primera señal clara del poder de fuego de las bandas criminales. La historia del sexenio ha venido a tumbos entre improvisaciones gubernamentales, controles de daños por excesos, violaciones de derechos humanos de las fuerzas federales, criminalizaciones frívolas de estudiantes, justificaciones pueriles y necedades obtusas. Los costos en vidas, en dinero público, en tranquilidad, en educación y construcción social han sido prohibitivamente altos; los resultados obtenidos, nulos.

Pero la SRE en el primer punto de su comunicado rechaza (desde luego) “categóricamente que la política” (sic) de seguridad pueda constituir un crimen internacional. Que las acciones de la Estrategia (!) Nacional de Seguridad son “desplegadas con pleno apego al Estado de Derecho, con el fin de detener la actividad de las organizaciones criminales, llevar a sus miembros ante la justicia y evitar la violencia e inseguridad que generan. De no haber actuado con la contundencia mostrada desde el inicio de la Administración, muchas familias en diversas comunidades del país estarían a merced de los criminales”.

La SRE miente de forma casi infantil. Si las acciones de las fuerzas armadas se realizaran con pleno apego al estado de derecho como dice, no hubiera sido necesaria la presión de las propias fuerzas armadas para que el gabinete de seguridad nacional del gobierno de Calderón solicitara al Senado un marco que les ofreciera certeza jurídica. En abril de 2009 se presentó una iniciativa que precisaba los recursos del Estado mexicano, incluidas las fuerzas armadas, para atender situaciones que pudieran representar una afectación a la seguridad interna. Si se presentó fue porque no existía. Recién el 13 julio, en oposición al comunicado de la SRE, un grupo de generales pidió a senadores y diputados acelerar la aprobación de la Ley de Seguridad Nacional, precisamente porque consideraban urgente definir su retorno a los cuarteles y regular su participación en las tareas de seguridad pública con el argumento que los militares no tienen aspiraciones de cubrir funciones que no son propiamente de ellos, pues competen a otras instituciones. La Suprema Corte de Justicia de la Nación estaba por acotar el llamado fuero de guerra.

Las peticiones de las fuerzas armadas para que el Estado les provea de un marco legal constitucional para las tareas irregulares que les encomendó el gobierno federal son de larga data.

Para no variar, el gobierno mexicano vuelve a insistir en la pueril hipótesis que de no haber actuado “con la contundencia mostrada desde el inicio de la Administración, muchas familias en diversas comunidades del país estarían a merced de los criminales”.

La afirmación no resiste un elemental ejercicio comparativo con la realidad simple retratada en la prensa nacional. Hay zonas completas del país donde el Estado es ausente, o ciudades también completas donde la autoridad está acotada por el crimen, lo que deja a las familias que viven en esas extensiones precisamente a merced de las organizaciones criminales.

Dice el punto número 3 del comunicado que el compromiso del gobierno federal con la protección de los derechos humanos es indeclinable. Tampoco la afirmación resiste la prueba de la realidad. El crimen cometido sobre Ernestina Ascencio sigue en la completa impunidad ofrecida por el propio presidente Calderón.

El punto número 5 no tiene desperdicio. Juzga equivocadadamente el llamado para que la Corte Penal Internacional (CPI) analice el caso mexicano, porque la intervención de la corte se justifica sólo cuando el Estado no puede o no quiere ejercer acción penal para castigar los crímenes detallados en el Estatuto de Roma. Bien, ésos crímenes son genocidio (artículo 6), crímenes de lesa humanidad (artículo 7), crímenes de guerra (artículo 8) y crímenes de agresión (artículo 8 bis). Más de 50 mil muertes indiscriminadas, especialmente de menores de 30 años, aún sin pertenecer a un mismo grupo étnico o religioso, debe ser considerada genocidio, ya lo decidirá la Corte, pero no es equivocado solicitar que se juzgue a los responsables que propiciaron con decisiones erradas tal cantidad de muertes.

Por lo pronto, las variables para considerar al genocidio en el estatuto de la CPI son a) matanza de miembros del grupo; b) lesión grave a la integridad física o mental de los miembros del grupo; c) sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción física, total o parcial; d) medidas destinadas a impedir nacimientos en el seno del grupo; e) traslado por la fuerza de niños del grupo a otro grupo. Los tres primeros incisos son aplicables a la situación que viven los migrantes centroamericanos que atraviesan el país donde un abanico de autoridades han sido cómplices y el gobierno federal ha sido omiso.

Los crímenes contra la humanidad se configuran con un ataque sistemático contra cualquier población civil. Abundan los casos acumulados en cinco años, pueblos enteros aislados bajo la férula de organizaciones criminales, migrantes centroamericanos como población objetivo para la extorsión a escala industrial, ejecuciones masivas. Para efectos de la CPI se entiende cualquiera de los siguientes como parte de un ataque generalizado y sistemático: a) asesinato; b) exterminio; c) esclavitud; deportación o traslado forzoso de población; e) encarcelación u otra privación grave de la libertad física; f) tortura; g) violación, esclavitud sexual, prostitución forzada, embarazo forzado, esterilización forzada o cualquier otra forma de violencia sexual de gravedad comparable; h) persecución de un grupo o colectividad con identidad propia fundada en motivos políticos, raciales, nacionales, étnicos, culturales, religiosos, de género…; i) desaparición forzada de personas; j) el crimen de apartheid; k) otros actos inhumanos de carácter similar que causen intencionalmente grandes sufrimientos o atenten gravemente contra la integridad física o la salud mental o física. Excepto el crimen de apartheid, todos los demás aplican en el caso mexicano.

En cuanto a crímenes de guerra el estatuto considera las violaciones graves que se cometen en conflictos armados, en estos cinco años se han cometido todas.

Al final el comunicado de la SRE hace una serie afirmaciones verborráicas que se vive en un Estado de derecho, compromisos indeclinables y otras frases socorridas cuando se carece por completo de contenidos.

Queda por ver cómo se defiende el gobierno federal ante la CPI. Si hiciera una defensa parecida a la que hizo Gómez Mont en 2009 ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, ya podrían adelantarse varias sentencias condenatorias.

Es Cosa Pública

leopoldogavito@gmail.com

Fuente: La Jornada de Veracruz

Las ciudades y el cambio climático


En concreto | Laura Itzel Castillo

En el marco del Día Mundial del Hábitat 2011 se realizó el foro Ciudades, vivienda y justicia climática, cuyo objetivo era dar a conocer qué es lo que está sucediendo en las ciudades en materia de vivienda, cómo estamos enfrentando el problema habitacional en torno al cambio climático y dar a conocer algunos puntos de vista y experiencias que nos ayudan a solucionar el entorno.

Uno de los principales problemas que aquejan a las ciudades en el mundo y especialmente a las latinoamericanas es el desbordado crecimiento expansivo hacia el suelo forestal agrícola, es decir, el cambio de uso de suelo, con lo que se contribuye a la generación de gases de efecto invernadero.

El modelo de desarrollo actual ha generado la sobreurbanización de las ciudades, en especial en ciertas cuencas del territorio, donde se da la extracción ilimitada de agua, el uso intensivo de energéticos y la vulnerabilidad frente a fenómenos meteorológicos, cada vez más extremos, como las lluvias torrenciales.

La tipología de nuestras ciudades es ocasionada, entre otros factores, por la mala calidad de la vivienda construida y la inadecuda ubicación de los fraccionamientos, los cuales están cada vez más alejados de los centros urbanos y por ende de la infraestructura y los servicios.

Por ello es necesario dar soluciones técnicas para el diseño de la vivienda y los asentamientos humanos frente al cambio climático. Es urgente que se tomen en consideración las características de las diversas regiones del país. Como por ejemplo el tipo de materiales a usar y obviamente un esquema financiero diseñado para atender las grandes necesidades del pueblo.

De acuerdo con la iniciativa de Presupuesto de Egresos de la Federación para el próximo año se está planteando una asignación de alrededor de 10 mil millones de pesos para la Comisión Nacional de Vivienda (Conavi). Nadie se puede oponer a que aumente el presupuesto federal, sin embargo bajo la actual política de vivienda quienes más se verán beneficiadas son las inmobiliarias privadas y las entidades financieras, bancos y sofoles.

Sin embargo, para las viviendas mal construidas, sin servicios, en zonas de riesgo, vandalizadas y abandonadas no se asigna ni un centavo. Hay diversas demandas de habitantes de fraccionamientos enteros que no son atendidas por ninguna institución. Ya sea Infonavit, Fovissste, Sociedad Hipotecaria Federal o quien sea. Por ello deben destinarse al menos 500 millones de pesos para la atención de estas unidades habitacionales y sancionar a los responsables.

Fuente: El Gráfico

En el 12 de octubre, exigen cancelar minas


CITLAL GILES SÁNCHEZ

Chilpancingo, 12 de octubre. Organizaciones sociales e indígenas exigieron al gobierno del estado la cancelación de las concesiones mineras, seguridad para que todas las familias desplazadas por la violencia puedan regresar a sus hogares, así como el cumplimiento total a las sentencias a favor de las indígenas Inés Fernández y Valentina Rosendo.

El Centro Regional de Defensa de Derechos Humanos José María Morelos y Pavón, el Consejo Nahua, la Organización de Pueblos Originarios para el Desarrollo Social de Guerrero, el Consejo Ciudadano de Chilapa, los Jornaleros Agrícolas de la Montaña Baja, y la Red Guerrerense de Organismos Civiles de Derechos Humanos, criticaron que este 12 de octubre los gobiernos nuevamente insistirán en la idea de que los españoles vinieron a civilizar a los indígenas mexicanos, sin embargo, indicaron que en la realidad “vivimos con hambre, desempleo, engaños, la falta de salud, la falta de una vivienda digna y con la falta del respeto y reconocimiento a nuestra cultura”.

Y para muestra, señalaron las comunidades sumidas en la marginación como las de los municipios cercanos a Chilapa, en donde no hay los servicios más indispensables, pero sí cuentan con centros comerciales de grandes empresarios.

Las empresas mineras “quieren apoderarse de los recursos naturales de las comunidades a base de engaños y poder saquear todo el oro, contaminando el aire, el agua y destruyendo los bosques”.

Por lo que exigieron al gobierno del estado la cancelación de las concesiones entregadas a las empresas mineras, se dote de garantías para que las familias desplazadas por la inseguridad puedan regresar a su lugar de origen; que los militares regresen a sus cuarteles y dejen de intimidar a las comunidades indígenas y pueblos de la sierra ocupadas, que se dé total cumplimiento a las sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el caso de las Indígenas Valentina Rosendo Cantú e Inés Fernández Ortega así como en el caso de Rosendo Radilla Pacheco; se investigue los asesinatos de Raúl Lucas Lucia y Manuel Ponce Rosas así como se respete el derecho a la consulta para nombrar a los representantes ante el gobierno.

Fuente: La Jornada de Guerrero

Avaros e indignados: los nuevos actores del cambio social


LEIB CILIGA - MIÉRCOLES, OCTUBRE 12, 2011

Las movilizaciones sociales auténticas conjugan la expresión de una ruptura y una nueva cohesión. Sus causas alimentan las expresiones de rechazo a una situación considerada injusta, insoportable. Quienes protestan encuentran nuevas confraternidades que les otorgan nueva identidad, así sea efímera, con la cual su vida encuentra motivaciones de lucha, de cambio. Parece que todo movimiento se desdobla en seguir “la causa” y en convivir un nuevo “nosotros”, que también se expresa con un nuevo “yo”. Individual y colectivo, el egocentrismo anida en movimientos sociales que pretenden cambiar algo para el interés colectivo.

Los movimientos sociales aparecen como resultado de un problema y la demanda de solución. Sólo más tarde los propios movimientos llegan a constituir un problema para el statu quo. No siempre es posible presenciar el nacimiento de los movimientos y detectar de inmediato sus causas más profundas, que no siempre logran coincidir con sus demandas iniciales. El detonador de una protesta puede quedar en el olvido a partir de que el movimiento adquiere conciencia de lo que realmente está en juego, desde el inicio, o lo que posteriormente surge para otorgar sentido a nuevas demandas.

El mundo de nuestros días parece transformarse en un gran laboratorio social. En los países del norte de África la primavera llenó con sus flores los campos y los ciudadanos llenaron plazas y calles con sus manifestaciones a partir de incidentes cotidianos en esas sociedades, como la represión de un desconocido vendedor. Las clases medias, configuradas con jóvenes intercomunicados por las nuevas tecnologías, se hicieron del espacio público para expresar la inviabilidad de sus regímenes políticos con el nuevo tipo de sociedad que han estructurado la ciencia y la tecnología, la economía y el esparcimiento.

Las sociedades ricas de Europa viven también la efervescencia de las manifestaciones, inicialmente juveniles, desbordadas por la inclusión de grupos diversos, inconformes con la situación actual. Una diferencia con las protestas en los países árabes es el marco institucional en el cual se desenvuelven. En aquellos países, las luchas representan un desafío a la permanencia de dictadores con largos periodos en el poder. En Europa las manifestaciones concuerdan con un estilo de vida democrático, si bien este marco de libertades no evita el enfrentamiento entre policías y manifestantes. Lo mismo puede decirse de Chile y sus clases medias movilizadas en torno a las mejoras educativas.

Recientemente los “indignados” han aparecido en Estados Unidos, la sociedad más rica del mundo. Sin negar la importancia e influencia de los movimientos de otros países, la aparición de este tipo de protestas en la sociedad imperial marca un punto de inflexión para lo que puede llegar a ser la conformación de un nuevo estilo de vida a escala planetaria. Las críticas de los estadounidenses, que pasaron rápidamente de unos cientos frente a Wall Street y se han multiplicado en varias ciudades, tienen como propósito si oposición al estilo de vida y los privilegios de sus clases empresariales, principalmente sus elites financieras: los avaros.

Cada movimiento en cada país tiene reivindicaciones particulares y cada uno de los manifestantes, los suyos. El egocentrismo es ineliminable porque es la fuente de realización colectiva e individual que singulariza un movimiento. Pero de África a Chile y de Grecia a Estados Unidos existe una constante representada por las exigencias en contra de los gobiernos y, sobre todo, en contra de los banqueros. Particularmente con los estadunidenses, las críticas se centran en el papel que los banqueros han desempeñado en la situación actual. Esto es un hecho cultural de la mayor importancia por el lugar en donde se lleva a cabo y porque hasta ahora los movimientos sociales y políticos han tenido como objeto de críticas centralmente a los gobiernos, las ideologías o los derechos humanos. Si bien es imposible hacer un corte quirúrgico entre los actores demandados por causar la situación actual, también es cierto que los “indignados norteamericanos” han contribuido a esclarecer el problema al centrar sus críticas en contra de uno de los bastiones de su cultura empresarial.

Es posible identificar algunos problemas sociales que podría ofrecer una confortable explicación a las protestas en Estados Unidos. Por ejemplo, el aumento de la pobreza, que registra el número más alto de pobres (46.2 millones) en medio siglo, con lo cual se ve afectado casi uno de cada seis individuos; el índice de pobreza para el periodo 2007-2010 creció más velozmente que en cualquier otro trimestre desde 1980. También un análisis de la deuda, el déficit fiscal, la balanza de pagos y la balanza comercial del gobierno estadounidense muestra los excesos de la administración Bush, al cual se pueden agregar los costos económicos y sociales de sus dos guerras. Sin embargo los norteamericanos protestan en contra de los avaros de Wall Street, coincidiendo con parte de las protestas en Grecia, en España, en Italia, en Islandia.

Este tipo de explicaciones olvidaría que durante la no muy lejana administración de Bill Clinton la economía estadounidense produjo el mayor nivel de riqueza en la historia del mundo y que ahora, por primera vez en decenios, el presidente Obama ha modificado las leyes para ampliar la seguridad social a los más desprotegidos. Además, esa sociedad sigue siendo la de mejor sistema educativo y la mayor productora de ciencia y tecnología y, a pesar de los malos momentos, su sociedad vive con ingresos y condiciones de vida superiores a casi todas las demás en el mundo.

El problema de fondo parece situarse en otra parte y a otra escala. Los actores centrales del capitalismo en estos movimientos sociales son nuevos. Ni obreros ni capitalistas industriales. Ni miserables contra ricos. Ni jóvenes contra viejos. No es un problema de clases sociales ni una lucha generacional. La evolución del capitalismo llegó a una fase de dominio del capital financiero sobre los capitales industrial y comercial que creó el espejismo de poder evitar las crisis recurrentes del mundo productivo, la demanda y el consumo. Los productos financieros otorgaban ganancias que las mismas empresas agrícolas, industriales, comerciales y de servicios privilegiaban sobre sus propias actividades: obtenían ganancias a pesar de no vender. Además, la evolución de la ciencia y la tecnología crearon instrumentos poderosos para producir más y a más bajo costo, como nunca antes en la historia de la humanidad. Por eso ahora, y lo demostró la era Clinton, es posible generar grandes ganancias, ser más competitivos, emplear mucho menos personal y movilizar entre países industrias enteras. El modelo de producción informacional, como lo define Manuel Castells, ha madurado y generado nuevas condiciones de vida individual y colectiva para la cual no existen instituciones y leyes que hagan compatibles el beneficio de todos con la continuidad del progreso. En suma: estamos frente a una crisis, frente a un quiebre cultural que demandará una nueva forma de pensar los problemas y soluciones. Demos seguimiento al movimiento de protesta de los estadunidenses. La batalla entre avaros e indignados en el seno de la cultura que cimienta parte de su funcionamiento en el poder de realización individual y colectivo, en el cambio permanente, la innovación continua y la solución de conflictos con estrategias que refuerzan el reformismo, proporcionará pautas colectivas para enfrentar la era del siglo XXI: vivimos conflictos sociales de nuevo tipo. Ahí podremos encontrar gérmenes de respuestas a esta que puede ser una profunda revolución cultural, descentralizada, mayormente pacífica y que en breve podríamos vivir en México.

leibciliga@gmail.com

Fuente: La Jornada de Veracruz

Los ocupa de Wall Street


JORGE ROCHA

Hace un año nadie hubiera pensado que un movimiento antisistémico se hiciera presente en el corazón del capitalismo financiero global: Wall Street. Los ocupa norteamericanos se manifiestan contra los que dominan el mundo, exigiendo “democracia real ya” y sumándose a los movimientos de indignados españoles, chilenos, árabes y de otras latitudes.

La crisis financiera mundial del 2008 no acabó a pesar de lo que nos quisieron hacer creer los interesados en que se mantenga el estado de las cosas. Esta crisis se sigue prolongando en el tiempo y muestra sus efectos sobre el planeta a través del desempleo y los recortes al gasto social de los Estados. Notables economistas condecorados con el Premio Nobel, como Joseph Stiglitz y Paul Krugman, sintetizan las causas de la crisis: la creación de burbujas financieras que enriquecen a unos pocos y socializan las pérdidas a todos a partir de los rescates de los gobiernos a estos desastres financieros. La perversidad del sistema está en que estas grandes corporaciones hacen sus negocios, socializan las pérdidas y subordinan la acción gubernamental para seguir protegiendo sus intereses. El mensaje de fondo que trae consigo la demanda de “democracia real ya” en Wall Street significa que los que generaron el desastre económico asuman las consecuencias y que los gobiernos actúen no para defender las finanzas de las grandes transnacionales, sino para garantizar que las personas no pierdan su casa (como pasó en 2008). Democracia significa gobierno del pueblo, no gobierno de las corporaciones; es decir, entidades públicas que efectivamente atiendan los intereses de los pueblos y no de los capitales.

La indignación significa que muchos se están dando cuenta de la perversidad de estas estructuras sociales y empiezan a revelarse a seguir reproduciendo este tipo de relaciones sociales que mercantilizan todo y tienen como su principal propósito la acumulación del capital, aún a costa de las propias personas y del planeta.

Parece que los discursos de los gobiernos, de los grandes empresarios, de algunos medios de comunicación e intelectuales cooptados por el poder ya no tienen asideros empíricos. La terca realidad se encargó de desenmascararlos y mostrar su verdadero rostro. No es cierto que cuando la riqueza se crea luego se distribuye, más bien se concentra en muy pocas manos. Cuando hay desastres financieros no es real que los que lo provocaron la pagan, más bien pagamos todos a través de desviar el dinero público para “rescatar” a las empresas y a través del desempleo. Los mercados no son estables y no tienden al equilibrio y tampoco es cierto que los actores económicos actúan racionalmente (2008 fue una prueba contundente de ello). No es real que los modelos matemáticos (por muy elegantes que sean como dice Krugman) son garantía de explicación y predicción de la realidad económica, la insuficiencia de estas teorías quedó en evidencia.

Lo que sí es cierto es que la promesa de un mejor nivel de vida para todos no ha llegado después de 30 años de neoliberalismo y de capitalismo financiero global. Lo que tenemos como resultado es mayor pobreza, notable incremento del deterioro ambiental, amplios sectores sociales excluidos de los beneficios del modelo económico y una democracia precarizada y reducida a su mínima expresión (delegativa).

Los indignados, los ocupa, los estudiantes, los que están “hasta la madre”, ya se dieron cuenta de lo que pasa y saben que lo imposible no es crear otro mundo, lo imposible es mantener este mundo como está.

No sabemos aún si esta irradiación de esperanza y estos vientos de cambio florecerán en un movimiento mundial como en 1968, que cuestione de manera profunda la manera como nos hemos conducido hasta ahora. Tampoco podemos vislumbrar con certeza si estamos ante un cambio del país hegemónico en el capitalismo (desde hace tiempo Wallerstein afirma que la época del dominio estadunidense estaba en profunda crisis) o finalmente presenciaremos el inicio del fin del capitalismo.

Es cierto que ahora hay una serie de variables que no estaban presentes en otros momentos como la crisis ambiental, pero lo que sí se puede esperar con cierta certidumbre es que el dominio estadunidense está en declive y que varios países se disputarán ese lugar. Tampoco podemos afirmar que este tránsito durará poco y sobre todo, no está nada escrito sobre el punto de llegada de este fenómeno social.

Por eso habrá que estar muy atentos a lo que pasa en Wall Street y lo que seguramente ocurrirá a lo largo y ancho del planeta. Los cambios no llegan solos ni por generación espontánea, se lucha por ellos, y es por eso que llenarnos de indignación puede ser el primer paso para crear un mundo donde quepan todos los mundos y un México globalizado por la solidaridad.

jerqmex@hotmail.com

Fuente: La Jornada de Michoacán

Activistas en México realizan demostraciones en solidaridad con las niñas y mujeres de Nicaragua.

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Boletín de Democracy Now! en Español

13/10/2011

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