Por Vicente Bello
Temblor en el Estado de México
Un pacto cruel, desalmado, donde la moneda de cambio han sido millones de mexicanos, quedó ayer descubierto a la vista de todo el mundo, y ya se quedará en la historia como el símbolo infausto de un sistema de partidos que ha colocado los intereses de la República bajo la égida de sus conveniencias de grupo o particulares.
El 30 de octubre pasado, víspera de la negociación de la Ley de Ingresos para 2010, en la Cámara de Diputados, los dirigentes nacionales del Partido Revolucionario Institucional y Partido Acción Nacional, Beatriz Paredes y César Nava, respectivamente, firmaron un pacto, que a la postre ha sido terrible, fundamentalmente, para la gente más pobre del país:
Incrementaron los impuestos de tal modo que, desde entonces, una frase lapidaria asuela: la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, con el respaldo del Congreso, saca dinero de una economía sumida en el desempleo como un vampiro suele extraer sangre a una vaca a mitad del potrero.
La idea, decían ayer los panistas, nació en la conciencia de Enrique Peña Nieto, gobernador del Estado de México, quien propuso al PAN que se firmara el acuerdo siguiente: El PRI aprobaría la Ley de Ingresos, al lado de ellos, los panistas, a cambio de que este partido no conformara una alianza con algún otro partido en la elección de 2011.
Y aprobar la Ley de Ingresos no representaba otra cosa que aumentar, como finalmente ocurrió, el ISR de 28 a 30%; el Impuesto a los Depósitos en Efectivo, de dos a 3%, y a partir de los 15 mil pesos, contra los 25 mil del ciclo fiscal anterior. El IETU se quedaría, como lo planteaba Felipe Calderón y Acción Nacional, y no como lo habían cacareado muchos priistas en las campañas de la elección federal intermedia (2009), que juraban a los desmemoriados electores que pugnarían por eliminarlo.
Con algunas excepciones (verbigracia: los diputados federales del PRI de Coahuila votaron en contra del aumento del IVA), el PRI de San Lázaro terminó votando en favor de la Ley draconiana de los ingresos, y justificaba, en voz del ujier de Peña Nieto en la Cámara, Francisco Rojas Gutiérrez, que lo hacían “porque pensaban en el beneficio del país”.
Ayer se supo que aquel pacto firmado por Beatriz y César, había sido insuflado por el también conocido ya como el candidato presidencial de Televisa. Y cuando la Ley de Ingresos llegó al Senado, para su refrendo, entró en una ligera turbulencia.
Manlio Fabio Beltrones, líder de los senadores priistas, amagó con regresarla a San Lázaro, criticando el aumento del IVA, con el que –ya decía-- no estaba de acuerdo. Casualmente, cuando más se amachaba el sonorense en su rechazo al IVA de 16%, un diario capitalino publicó la declaración de un sujeto que traía a la memoria colectiva aquel pasaje de Manlio, cuando era gobernador de Sonora, en que se vio a bordo del avión que, la noche del 23 de marzo de 1994, trasladaba de Tijuana a la Ciudad de México al asesino de Luis Donaldo Colosio, Mario Aburto.
Algo le sucedió a Beltrones. Tres días después, la Ley de Ingresos era refrendada por el pleno senatorial, aunque notorio fue entonces que el PRI sólo había dejado a nueve senadores –los suficientes para que se aprobara la ley de marras--, mientras que el resto se salía.
Ayer, desde Guadalajara, en la celebración del 81o. aniversario de la fundación del PRI, Beltrones salió a decir con prontitud que él no supo del pacto, y que ni él ni los senadores del PRI respondieron a acuerdo alguno el día en que discutieron y votaron la Ley de Ingresos. Era, sin duda, un intento de desmarque.
Beltrones es el otro aspirante fuerte del PRI a la candidatura por 2012, detrás de un Peña Nieto que ha tenido, desde hace un buen rato, el apoyo irrestricto de Televisa.
Este viernes, el Senado y la Cámara de Diputados se transfiguraron todo el día en un recipiendario de ecos de la revelación del pacto. Ricardo Monreal, senador del PT, no bajó nunca al PRI y al PAN de “cínicos” y de “moralmente miserables”, que actuaron como actuaron sin pensar “en los cuatro millones de desempleados,los miles de empresarios quebrados, una clase media en cartera vencida y millones de pobres a lo largo del país”.
Se colocaron César Nava y Beatriz Paredes, declaraba también Mario di Costanzo, en el filo de un juicio político, porque han admitido que aú siendo representantes populares actuaron contra los intereses de la República.
El PRI y el PAN tragaron aceite todo el día. Intentaba el priismo en punzar al PAN como un traidor. Y el PAN intentaba sacudirse el sino de mentiroso enchalecándoselo al PRI. Fue cuando reveló César Nava que Peña Nieto había sido proponente de un pacto que, además no cumplió porque el Senado no apoyó la Ley de Ingresos en su totalidad…
Es un terremoto político que moverá, sin duda, el eje de las posiciones de los actuales protagonistas. Dos de ellos, Peña Nieto y Beltrones Rivera.
Nadie, ni los panistas, creían lo que Nava juraba: que Felipe Calderón no sabía del pacto
Fuente: http://www.informador.com.mx/mexico/2010/183619/6/tren-parlamentario.htm
Difusión: soberanía Popular