Segunda llamada, la resistencia civil pacífica presente en el Zócalo el 1 de septiembre. (1a. parte)

Encabezados por Gerardo Fernández Noroña, secretario de prensa del Partido de la Revolución Democrática, los rengados toman posesión del Zócalo de la Cd. de México, ante el eventual arribo del Usurpador Felipe Calderón, a Palacio Nacional. Divididos en dos campamentos uno el la plancha del zócalo y otro en el monumento de la fundación de la Ciudad de México, desde las 12 del día los renegados logran tomar posiciones.

Segunda llamada, el campamento de Noroña en el zócalo. (segunda parte).

Instalado en el monumento de la fundación de la Cd. de México, Fernández Noroña mantuvo informados a los militantes de la resistencia civil sobre el desarrollo de los acontecimientos en el Congreso de la Unión, donde el Usurpador Felipe Calderón, daría su 1er informe de gobierno. Inicialmente, se sabía que el usurpador arribaría a Palacio Nacional entre las 4 y las 5 de la tarde para colocarse la banda presidencial para de ahí partir al Palacio Legislativo, sin embargo a las 4:00 PM se informó que no acudiría a Palacio Nacional, por lo que se procedió a continuar con lo planeado que fue arrojar ratones de cuerda hacia Palacio Nacional como símbolo de la corrupción que existe actualmente en el gobierno federal y las instituciones.

Segunda llamada, el Festival Cultural. (Tercera parte).

La actriz Jesusa Rodríguez, militante de la RCP, el Lic. Rafael Hernández Estrada, Presidente de la Comisión Organizadora de la Convención Nacional Democrática, y Froylán Yescas Cedillo, coordinador del grupo de resistencia, Flor y Canto, llevaron a cabo en el Zócalo capitalino, un festival político – cultural con el cual se recordó a la población el fraude electoral del 2 de julio de 2006 y la consecuente usurpación de la presidencia de la república a manos de las fuerza de la ultraderecha mexicana.

*Agradecemos a Flor y Canto, y en especial a Froylán Yescas, las facilidades otorgadas para que el equipo de AMLO TV pudiera tomar las fotografías aéreas de la plancha del Zócalo de la Ciudad de México.

Segunda llamada, cae la noche. (Cuarta parte).

Terminado el festival cultural, los resistentes instalaron sus casas de campaña en el Zócalo de la Ciudad de México. Alrededor de las 11:00 PM, arribó a Palacio Nacional por uno de sus costados, Juan Camilo Mouriño, secretario del Usurpador y por lo tanto uno de los hombres más cercanos al dictador. Asimismo, la constante del atardecer y la noche fue el continuo movimiento de tropas, en los alrededores de Palacio Nacional.

Segunda llamada, Fernández Noroña vista a los plantonistas, (Quinta parte).

A las 2:30 AM del 2 de Septiembre, Fernández Noroña visita a los plantonistas que agrupados en tres campamentos en el Zócalo, decidieron permanecer de guardia para evitar que el Ejército del Usurpador ocupara la plaza e impidiera que se llevará a cabo la protesta contra el dictador. Es notorio señalar que además de ir a saludar a los plantonistas, Fernández Noroña aprovechó para hacer un recorrido en el perímetro de Palacio Nacional, hecho que alertó a los agentes de la Policía Federal Preventiva, quienes estuvieron siguiendo de cerca los movimientos del luchador social y el grupo de renegados que lo acompañaban.

Segunda llamada, llega el Usurpador Felipe Calderón. (Sexta parte).

A las 7 AM, del dos de Septiembre los elementos del Estado Mayor Presidencial, cierran los accesos al campamento de Fernández Noroña, dejándalo aislado del resto de los renegados. Sin embargo, esto no mermó el ánimo de los activistas, quienes colocados frente a las vallas metálicas, se manifestaron contra el Usurpador, aun a pesar del sonido que colocaron afuera del Palacio Nacional para tratar de ahogar los gritos de los activistas. Y más aún, el Estado Mayor Presidencial, coloca autobuses frente a los manifestantes como un vano intento porque no se percatara de la presencia de los obradoristas.

Segunda llamada, el usurpador Felipe Calderón se retira de Palacio Nacional. (séptima parte)

Mientras se llevaba a cabo el evento del Usurpador los activistas gritaban al unísono ¡OBRADOR! ¡OBRADOR! Al tiempo que avanzaban como un ejército que cubría todo lo ancho del Palacio Nacional, hacia las vallas, para después replegarse como un ola, este ejercicio se repitió varias ocasiones.