sábado, 23 de febrero de 2013

Grupos de autodefensa, síntoma del hartazgo


MÉXICO, D.F. (apro).- Hace 18 años, la inexistencia de un estado de derecho y el abandono de las autoridades para con su gente recrudeció los homicidios, violaciones y secuestros en la región de La Montaña de Guerrero. El olvido de sus autoridades los obligó a protegerse a sí mismos, a organizarse, armarse y detener la ola de violencia que vivían.

“Ninguna persona podrá hacerse justicia por sí misma, ni ejercer violencia para reclamar su derecho”, se advierte en el artículo 17 de la Carta Magna.

Sin embargo, cuando el Estado es incapaz de cumplir con su obligación de proporcionar seguridad a la vida y propiedades de los ciudadanos, ¿qué se puede hacer”, ¿es válido y legítimo organizarse en brigadas de autodefensa?

Hoy una tercera parte del país decidió seguir el ejemplo de los guerrerenses. A esta entidad se han sumado Jalisco, Michoacán, Morelos, Estado de México, Oaxaca, Veracruz, Chihuahua y Tlaxcala.

En otras palabras, suman nueve estados, de 32 entidades, cuyos habitantes ya se hastiaron de discursos, promesas, abusos y olvido en que han incurrido las autoridades de los tres niveles.

Es por ello que al menos 40 comunidades distribuidas en nueve estados han decidido organizarse en las llamadas brigadas civiles de autodefensa. ¿Quién puede juzgarlos?

¿Los diputados que cuando hacen leyes se olvidan de quienes viven en zonas lejanas; gobernadores que sólo se preocupan por aumentar su escolta para que el crimen no los alcances, o un encargado del Ejecutivo federal que no hace sino anunciar programas sociales para aplicarse en lugares de próximas elecciones?

Si el Estado, en cualquiera de sus tres niveles, no se ocupa de ellos, ¿puede cuestionar su proceder o, lo que es peor, decirles que se unan a las policías legalmente constituidas para que hagan el trabajo por el cual a las autoridades les pagan?

El hartazgo de la gente sólo tiene una salida: la acción. ¿No fue acaso el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad el que con su activismo obligó a la Presidencia, partidos y legisladores a hacer una Ley General de Víctimas?

Acaso no fue la comunidad de San Dionisio del Mar en Oaxaca la que se movilizó para defender sus tierras de la expoliación de la empresa Mareña Renovables, que busca construir un parque eólico para ofertar energía a empresas privadas. Lo que no hizo el gobernador de Oaxaca, defender la seguridad y propiedades de sus ciudadanos, lo tuvieron que hacer ellos mismos.

Hoy la comunidad de San Dionisio del Mar cuenta, gracias a su organización, con la protección de un amparo que ha detenido los trabajos de la empresa privada. Y no fue gracias precisamente a su gobierno.

Este proyecto afecta a 13 comunidades, una de ellas, Alvaro Obregón, ya se organizó: juntó a 300 hombres como grupo de autodefensa para luchar por lo que les da para vivir. Esta comunidad tiene hoy una de las 36 brigadas de autodefensa.

No es poco, se arman ante la indefensión en que los tiene el Estado.

El Estado de México, la entidad que gobernó Enrique Peña Nieto, es la segunda con más grupos de autodefensa, pues cuenta con seis ubicados en las comunidades de Tejupilco, Zacualpan, Almoloya de Alquisiras, Luvianos, Tlatlaya y Amatepec.

En esta última comunidad, cansados de los abusos del crimen, el miércoles 13 Luis Enrique Granillo se organizó junto con otros miembros de la localidad, formando su grupo de autodefensa, sin embargo, a los cuatro días desapareció el activista.

Y es Guerrero, que cuenta con el mayor número de grupos de autodefensa, 20 por el momento, donde más organizados están los inconformes, pues tienen cuando menos 18 años trabajando en la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias y Policía Comunitaria (CRAC-PC).

Ellos se rigen por usos y costumbres y sus policías no van encapuchados. Hacen lo que debiera hacer la autoridad en las cárceles: reeducar. En sus 18 años de vida, la CRAC ha logrado reducir en 90% el índice delictivo en las 108 comunidades donde tiene presencia.

Un caso distinto son los grupos que surgieron en Ayutla, en la Costa Chica guerrerense, en donde la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG) organizó sus brigadas de autodefensa.

Se organizaron así porque la autoridades no hacen nada para mitigar el crimen. A ellos no se les puede juzgar, se les debe ayudar, pues el gobierno estatal y federal tiene la obligación de proporcionarles seguridad en su vida y bienes.

En Tixtla, Guerrero, los letreros de los grupos de autodefensa advierten: “Comunidades unidas contra la delincuencia”. Ahí estos grupos pudieron detener a por lo menos 52 delincuentes, a los que poco a poco ya entregaron a las autoridades formales.

Es un caso más en que su actuación resulta ser una expresión legítima ante un gobierno que no hace nada frente a la violencia de las bandas del crimen organizado o de la delincuencia común.

En Michoacán, el crimen organizado y la incapacidad del gobierno estatal orillaron a las comunidades a tomar las armas para defenderse.

En esta entidad ya hay cuatro grupos de autodefensa; en Chihuahua hay dos; uno en Jalisco, tres en Morelos, dos en Oaxaca y otros tantos en Veracruz.

Más aún, hasta el momento se desconoce cuántos grupos de este tipo existen en Tlaxcala, aunque es evidente su presencia en la entidad.

Una vez más: ante la ausencia de un efectivo estado de derecho en varias zonas del país, la ineptitud de los tres niveles de gobierno y el hartazgo ciudadano, estos grupos de autodefensa van surgiendo por doquier, aunque el peligro que se corre es que puedan ser infiltrados por quienes buscan combatir: la delincuencia.

Basta recordar lo que sucedió en Colombia en los años noventa, cuando surgieron las llamadas Autodefensas Unidas, que terminaron convirtiéndose en un grupo paramilitar respaldado por grupos del narcotráfico.

Este es el peligro que corren los grupos de autodefensa que han aparecido en México.

Y la cantidad de estados en que hoy operan no es nada despreciable. Son por lo menos nueve de 32 entidades del país, contando el Distrito Federal.

Se trata de la expresión de hartazgo de un pueblo que tampoco tolera ya el cinismo de sus gobernantes; los excesos de éstos generan coraje y rencor entre los ciudadanos.

Vale la advertencia: el desdén y menosprecio con que se trata a la ciudadanía llega a un tope que inevitablemente lleva a que uno se defienda, eso es lo que hoy hace esta gente, y no es culpa de ellos, sino de quienes dictan y aplican las leyes.

Si un gobierno, federal, estatal o municipal, no puede cumplir con su primera obligación: brindar seguridad en la vida y bienes de la población, no debe hacer otra cosa que hacerse a un lado, renunciar y permitir que hombres y mujeres comprometidos con la seguridad de la ciudadanía, la democracia, salud y bienestar de la población ocupen el lugar que las autoridades con su inacción han dejado vacante.

Se ve difícil que Peña Nieto renuncie al cargo por su ineptitud, o que un diputado o senador, que gustan de usar “charolas”, pagar con viáticos sus primeras necesidades o ganar más de 200 mil pesos al mes, dejen sus prebendas.

Menos aún dimitirá un gobernador, y ejemplo de ello lo tenemos en la historia inmediata: Juan Sabines y Andrés Granier, quienes nunca tuvieron idea de lo que era gobernar y sólo supieron enriquecerse a costa del erario.

Los mandatarios de los nueve estados en donde han surgido los grupos de autodefensa difícilmente renunciarán al cargo, pero más les vale atender las demandas de seguridad si es que no quieren abrir la puerta a problemas mayores.

Cierto que nadie debe hacer justicia por mano propia, pero el pueblo se harta y los grupos de autodefensa son una prueba de ello.

A final de cuentas son también una expresión legítima frente a un Estado que no hace nada, inoperante y funcional sólo a los intereses de las grandes empresas, de los grandes poderes.

Comentarios: mjcervantes@proceso.com.mx
Twitter: @jesusaproceso

Romero Deschamps da “regalito” a su hijo: un Enzo Ferrari de 2 millones de dólares


MÉXICO, D.F. (proceso.com.mx).- El senador y líder del sindicato de trabajadores de Petróleos Mexicanos (Pemex), Carlos Romero Deschamps, dio a su hijo José Carlos Romero Durán un costoso automóvil que éste conduce en Miami: se trata nada menos que de un Enzo Ferrari.

El vehículo, de edición limitada, tiene un valor de aproximadamente dos millones de dólares (unos 25 millones de pesos). La marca italiana sólo fabricó 399 unidades entre 2002 y 2004.

Para adquirirlo, es necesario contar por lo menos con dos vehículos Ferrari, demostrar solvencia económica, que el país donde vaya a circular el auto cuente con una agencia automotriz de esa marca, someterse a una sofisticada prueba de manejo y, por supuesto, pagar la unidad.

Deportistas famosos como Michael Schumacher; artistas como 50 Cent, Eric Clapton, Pharrel Williams, Nicolas Cage y petromillonarios como Al-Saas Al-Sabah, miembro de la familia real kuwaití y el jeque Hamad Al Khalifa (príncipe heredero de Bahrein) poseen este tipo de autos.

Además, el vehículo es uno de los pocos que incrementa su valor al salir de la fábrica.

En mayo del año pasado trascendió que la hija del líder petrolero, Paulina Romero, vive entre el lujo y la opulencia.

Sus excentricidades incluyen viajes por todo el mundo en aviones comerciales como privados, comilonas en los restaurantes más exclusivos, paseos en yates, y vinos con un costo de más de 10 mil pesos como el Vega Sicilia.

Por si fuera poco, la hija del líder petrolero también presume sus bolsas Hermes de miles de dólares, las que considera sus “bolsas del Superama”.

También lleva a sus tres mascotas -los bulldogs ingleses Keiko, Boli y Morgancita- a sus viajes, donde descansan a sus anchas en salones VIP de exclusivas marcas y duermen en los hoteles más caros de Europa, lujos que difícilmente un empleado de Pemex -que durante los últimos cinco años ha reportado pérdidas económicas- podría darse en toda su vida.

Protestan en Juárez y NL por desapariciones


Madres de familia de Chihuahua hacen un plantón frente a Centro de Justicia para las Mujeres para exigir una segunda prueba de ADN a los restos que les fueron entregados. En Nuevo León denuncian 12 nuevas desapariciones. 



En dos hechos aislados, organizaciones de la sociedad civil en Nuevo León y madres de familia en Ciudad Juárez, Chihuahua se manifestaron para que se agilice el proceso la búsqueda o entrega de ADN de sus familiares y denunciaron que en el presente sexenio continúan las desapariciones de personas.

En Nuevo León, organizaciones sociales afirmaron que las desapariciones forzadas no son un fenómeno que concluyó con el sexenio anterior, sino que en los primeros meses de la administración de Enrique Peña Nieto se siguen registrando víctimas, informó el diario Reforma.

De acuerdo con la organización Ciudadanos en Apoyo a los Derechos Humanos (CADHAC) tan sólo en 2013, en Nuevo León, les han notificado 12 casos de desaparición que involucran a 47 personas de las que no se sabe su paradero.

En cinco de los casos, hay indicios de la participación de agentes de las fuerzas de seguridad y en el resto no se tiene mayor información o se sospecha que son autoría de integrantes del crimen organizado.

En Ciudad Juárez , un grupo de madres de familia y activistas iniciaron este viernes un plantón en el exterior del Centro de Justicia para las Mujeres, para exigir que se agilice una segunda prueba de ADN a dos mujeres halladas muertas en el Valle de Juárez.

La Fiscalía General de Estado (FGE) entregó a dos familias el año pasado los restos de dos personas que identificó como Idaly Juache y María Guadalupe Pérez Montes, tras cotejar su ADN y determinar que eran las mujeres reportadas como desaparecidas.

Sin embargo, las madres de las dos víctimas rechazaron los resultados y exigieron una segunda prueba por parte de un equipo de antropólogas forenses argentinas, y pese a que la Fiscalía aceptó, a la fecha no ha entregado los informes para poder realizar el nuevo cotejo.

(Con información de Reforma)

Buscarán pedir la salida del Ejército: Flores


HÉCTOR BRISEÑO ( )

El vocero del Consejo de Ejidos y Comunidades Opositoras a la presa La Parota (Cecop) Felipe Flores Hernández informó que el próximo domingo se efectuará una asamblea de comuneros e integrantes de esa organización, en la que se buscará emitir un comunicado para pedir la salida de Ejército de los Bienes Comunales de Cacahuatepec.

Entrevistado por vía telefónica, Flores Hernández dijo que integrantes del Cecop temen que la presencia de soldados en la zona donde la Comisión Federal de Electricidad pretende construir una presa hidroeléctrica desde 2003, en el río Papagayo, tense y divida a los 47 poblados que integran los Bienes Comunales de Cacahuatepec.

La incursión del jueves

Flores Hernández lamentó la irrupción de soldados en una vivienda de la comunidad de Los Huajes, perteneciente al hijo de uno de los opositores más activos a la presa, Julián Blanco Cisneros, y adelantó que el tema será tratado el próximo domingo en la asamblea que se efectuará en la comunidad de Agua Caliente.

El vocero manifestó que el Cecop no desea nuevas incursiones del Ejército, pues se podrían presentar violaciones a los derechos humanos de los habitantes de la zona.

El pasado 16 de agosto, integrantes del Cecop y el gobernador Ángel Aguirre Rivero firmaron los Acuerdos de Cacahuatepec.

En el cuarto apartado, el gobierno estatal se compromete a no utilizar la fuerza pública contra los representantes del Cecop y organizaciones sociales, y a impulsar paz, justicia y respeto a los derechos de los campesinos.

En el último punto, el Cecop se compromete a impulsar un diálogo fraterno en sus comunidades y a contribuir para la reconstrucción del tejido social, afectado por el proyecto de la Comisión Federal de Electricidad.

Allanan militares su casa, acusa el hijo de un líder del Cecop


Unos 40 soldados entraron sin permiso a su patio, donde vende cena, relata Joel Blanco Sánchez

Se portan pesados en sus retenes; me detuvieron que porque no tengo manos de campesino

HÉCTOR BRISEÑO ( )

Habitantes de la comunidad de Los Huajes, ubicada en la zona rural de Acapulco, en los Bienes Comunales de Cacahuatepec, denunciaron la irrupción de militares en una vivienda la noche del jueves, aproximadamente a las 20:30 horas.

El afectado fue Joel Blanco Sánchez, hijo de Julián Blanco Cisneros, líder y representante activo del Consejo de Ejidos y Comunidades Opositoras a la presa La Parota (Cecop) en esa localidad, localizada a 50 minutos en vehículo desde el puerto.

Blanco Sánchez descartó que el ingreso de militares a su domicilio tenga que ver con la lucha que ha entablado su padre para defender el agua del río Papagayo, donde la Comisión Federal de Electricidad pretende construir una presa desde 2003.

El hijo del opositor a la hidroeléctrica señaló que “no creo que haya sido eso; creo que fue por mi apariencia”, y describió que recientemente regresó de Estados Unidos después de trabajar en el campo en el país del norte durante 10 años.

Explicó que unos 40 militares a bordo de dos vehículos entraron sin permiso a una pequeña explanada en el interior de domicilio, donde vende cenas y cerveza, con la intención de catearlo, a lo que se opuso.

Relató que uno de los soldados exigió que abriera su automóvil para una revisión, un Mustang azul oscuro de Estados Unidos, sin placas, a lo que se negó, además de impedir que niños y mujeres salieran de la casa, a quienes amenazaron con entrar.

Recordó que “les dije a los soldados que con qué derecho hacían eso, que no tenían permiso. De momento sentí que estaban incurriendo en un abuso”.

Blanco Sánchez abundó que los militares se retiraron, pero a los cinco minutos regresaron y, con “actitud prepotente”, le pidieron que abriera su vehículo, lo que en esta ocasión sí hizo, y posteriormente los soldados revisaron una camioneta Expedition, también de su propiedad.

Manifestó que en las semanas recientes se ha incrementado la presencia del Ejército en las localidades que integran los Bienes Comunales de Cacahuatepec.

Expresó que “no estamos en contra de que haya rondas de vigilancia, pero los soldados se portan pesados cuando montan retenes; espantan a la gente; a mí me detuvieron la otra vez que porque no tengo manos de campesino”.

Añadió que “aquí no hay delincuencia, no roban, la gente vive del maíz, el tomate y la sandía que van a vender a Acapulco; no veo mayores problemas”.

Otro mundo es posible, otra economía es posible

Henry Mora Jiménez

ALAI AMLATINA, 22/02/2013.- Indudablemente, “otro mundo es posible”, aunque cuando decimos “otro mundo” nos referimos en realidad a muchos otros mundos en este mundo: un mundo que contenga muchos mundos. “Otro mundo es posible” es el mundo en el cual quepan todos los seres humanos, por tanto, la naturaleza también, porque el ser humano es un ser natural, corporal. “Otro mundo es posible” es la sociedad en la cual cada uno pueda realizar su propio proyecto de vida, con la seguridad de una vida digna con base en su trabajo (no necesariamente, asalariado). Que el ser humano sea libre como sujeto en comunidad, y la comunidad es, en última instancia, la humanidad.

Se trata, además, de la concepción de un mundo en el cual quepan diferentes culturas, naciones, razas, etnias, géneros, preferencias sexuales, etc. Esto complementa el lema del Foro Social Mundial: “Otro mundo es posible”, y expresa un humanismo concreto frente a las homogeneizaciones de los humanismos abstractos. Tanto el capitalismo como el socialismo histórico han prometido una solución homogénea y universal para la totalidad de la humanidad. En un caso, el automatismo del mercado (la gran utopía de la sociedad burguesa), y en el otro el automatismo de su abolición (la gran utopía del comunismo en cuanto que sociedad finalista). No obstante, ambos vinculan su solución con la vigencia de un progreso técnico ilimitado e irrestricto y con la promesa de un futuro esplendoroso pero indefinido, derivado de su magia.

La respuesta necesaria al mundo dominante en la actualidad, con su afirmación de que no existe alternativa, sólo puede ser la de que “otro mundo sí es posible”. No obstante también esta respuesta se puede vaciar, si no se dice qué mundo es aquel del cual decimos que sí es posible. Porque cabe la posibilidad de mundos incluso peores que el mundo actual al cual nos enfrentamos. Por eso, cuando hablamos de un mundo en el cual quepamos todos hay que aclarar de qué mundo se trata. En particular, esto no significa que “todo” quepa, pues precisamente para que quepamos todos y todas (seres humanos y naturaleza), hay mucho que no tiene cabida. En especial, no cabe la actual estrategia de acumulación de capital, llamada globalización, que los gobiernos de los países centrales imponen por medio del Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y la Organización Mundial del Comercio, y los propios gobiernos neoliberales. Para que todos quepamos, hace falta excluir esta estrategia.

Una sociedad en la cual quepamos todos implica una ética universal, aun así no dicta pretendidos principios éticos universalmente válidos; no prescribe normas universalistas generales ni determinadas relaciones de producción universalmente válidas. No pretende saber cuál forma de sociedad es la única acertada, ni sostiene saber cómo es factible hacer felices a los seres humanos a partir de cierto orden social. No se promete ningún paraíso. Frente a los principios universalistas de sociedad, la exigencia de una sociedad en la cual quepan todos es más bien un criterio de validez universal sobre la pretendida validez de tales principios de sociedad. No es posible sustentar este criterio por principios abstractos, como la tasa de crecimiento del producto social o la tasa de ganancia del capital. Sin embargo se trata de un criterio universalista, es el universalismo del ser humano concreto.

Ahora bien, un mundo en el cual quepan todos no es un proyecto y tampoco directamente una meta factible de la acción. Es, podríamos decir, una idea regulativa de la acción (un imperativo categórico de la razón práctica, de la acción concreta), una «utopía necesaria» que ha de penetrar la realidad de forma transversal. Como utopía no es en sí misma factible, es un principio orientador básico, aunque radical. Es una finalidad, no un fin. Tampoco es un axioma del cual se deduzcan los subsiguientes pasos a seguir, como si se tratara de una secuencia lógica (principalismo abstracto) o de una aplicación tecnológica (razón instrumental medio-fin). No es un modelo de sociedad, pero sí, una dimensión, la más general, de la referencia a la crítica de la sociedad de hoy.

La especificidad de una economía para la vida

Una «economía para la vida», aunque parte del carácter multidimensional y complejo de la vida humana, la analiza en función de las condiciones de posibilidad de esta misma vida a partir de la reproducción y el desarrollo pleno de “las dos fuentes originarias de toda riqueza” (Marx): el ser humano en cuanto sujeto productor (creador) y la naturaleza externa (medio ambiente), “madre” de toda riqueza social (Petty).

Y no se ocupa solamente del «contenido» de la riqueza social (los valores de uso en cuanto que satisfactores de necesidades humanas), ignorado por la teoría económica ortodoxa; sino sobre todo, de las condiciones que hacen posible la reproducción y el desarrollo de esta riqueza social y, por consiguiente, la reproducción y el desarrollo de sus “dos fuentes originarias”. Pero también analiza la «forma social» de esta riqueza (por ejemplo, la mercancía capitalista) y su impacto en la reproducción de las condiciones de posibilidad de la vida humana.

Por ello, la corporalidad del sujeto concreto [hombre, mujer, negro(a), blanco(a), indio(a), mestizo(a), campesino(a), asalariado(a), anciano(a), niño(a), migrante, trabajador(a) por cuenta propia, desempleado(a), etc.]; re sulta ser un concepto clave para una economía orientada hacia la reproducción de la vida; que no puede limitarse a la «cuestión social», por más importante que esto sea.

Y no se trata únicamente de la corporalidad del individuo, sino de la corporalidad del sujeto en comunidad. La comunidad tiene siempre una base y una dimensión corporal. Se trata del nexo corporal entre los seres humanos y de estos con la naturaleza. Toda relación entre los seres humanos tiene necesariamente esta base corporal y material, en la cual diariamente se juega la vida o muerte de la gente: su sobrevivencia, su actuar en comunidad, sus condiciones de existencia. Podemos llamar a esta red de relaciones sociales o socio-naturales (entre los seres humanos y de estos con la naturaleza), Sistema de Coordinación del Trabajo Social; y en cuanto especificación de la actividad humana a partir del trabajo lo podemos comprender como integrado por dos subsistemas interdependientes y superpuestos:

1. El subsistema de la división social del trabajo orientado a la producción de los valores de uso que hacen posible la vida de los sujetos productores, esto es, el sistema interdependiente de la división del trabajo que produce los bienes materiales de la sociedad. Es el «trabajo productivo», trabajo productor de la riqueza producida. Más que un subsistema, es el esqueleto, la columna vertebral de la coordinación del trabajo social.

2. El subsistema de la reproducción de las condiciones materiales que hacen posible la vida humana: i) la reproducción de la propia base económica (“aparato productivo”), ii) la reproducción de la infraestructura ecológica y, iii) la reproducción de la propia vida humana y de las relaciones sociales y los modos de convivencia entre los seres humanos. Es el «trabajo reproductivo », trabajo de reproducción y regeneración de las fuentes originarias de toda riqueza humana: el propio ser humano y la naturaleza.

A su vez, este segundo subsistema (que ontológicamente contiene al primero), lo podemos analizar desde una doble perspectiva:

2.1 Como reproducción de la naturaleza externa al ser humano, en la medida en que ésta es asimilada, modificada y transformada por la actividad humana. Implica el conocimiento, la preservación, el cuido y el respeto de los ciclos y equilibrios de la naturaleza;

2.2 Como reproducción de la propia vida humana: procreación, crianza, cuido, manutención, trabajo familiar doméstico, educación, socialización, afectividad, convivencia (al interior de la tribu, el clan, la familia u otras instituciones más recientes como la escuela, el gremio, la comunidad, la empresa, etc.).

Se trata en efecto de sistemas interdependientes y superpuestos. Así por ejemplo, muchas de las actividades del trabajo doméstico y de cuido requieren valores de uso provenientes del sistema de división social del trabajo, al tiempo que éste no puede subsistir sin el trabajo doméstico y de cuido (reproducción de la fuerza de trabajo, entre otros aspectos). Igualmente, la preservación y cuido de la Naturaleza también necesita de valores de uso suministrados por el sistema de división social del trabajo y éste, claro está, exige la continua reproducción de aquella. También tenemos interacciones e imbricaciones entre los dos subsistemas que delimitan la reproducción de las condiciones materiales de la vida.

Por eso, una «Economía para la Vida» es el análisis de la vida humana en la producción y reproducción de la vida real y sus condiciones de existencia, y la expresión “normativa” de la vida real es el derecho de vivir. Lo que es una Economía para la Vida (en cuanto disciplina teórica), puede por tanto resumirse así: Es un método que analiza la vida real de los seres humanos en función de esta misma vida y de la reproducción de sus condiciones materiales de existencia (económicas, ecológicas y culturales). Este criterio de discernimiento se refiere a la sociedad en su conjunto y rige asimismo para la economía.

- Henry Mora Jiménez es economista, catedrático en la Escuela de Economía y en el Doctorado en Ciencias Sociales de la Universidad Nacional, Heredia, Costa Rica.

Artículo publicado en la entrega No. 482 (febrero) de la revista de ALAI América Latina en Movimiento: "Para las nuevas izquierdas: ¿Qué otra economía?" http://alainet.org/publica/482.phtml.

URL de este artículo: http://www.alainet.org/active/61832

Mas informacion: http://alainet.org

Israel, Palestina y los premios Oscar



Publicado el 22 de febrero de 2013

Amy Goodman

La ceremonia de entrega de los premios Oscar hará historia este año tras la nominación por primera vez de un documental realizado por un director palestino. “Cinco cámaras rotas” fue filmado y dirigido por Emad Burnat, que vive en la localidad de Bil’in en los territorios palestinos ocupados de Cisjordania, junto con su colega israelí Guy Davidi. ¿Qué vestirá un campesino palestino en la alfombra roja de Hollywood? Por poco no nos enteramos, ya que Burnat, su esposa y su hijo de 8 años fueron detenidos en el Aeropuerto Internacional de Los Ángeles, donde amenazaron con deportarlos. A pesar de tener una invitación formal de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas como realizador nominado al Oscar, Michael Moore, el documentalista ganador del Oscar y actual miembro de la junta directiva de gobernadores de la Academia tuvo que intervenir junto con los abogados de la Academia para que Burnat y su familia pudieran ingresar a Estados Unidos.

“Cinco cámaras rotas” compite en los premios Oscar con el documental israelí “The Gatekeepers”, que muestra entrevistas a seis ex directores de la Shin Bet, el servicio secreto de seguridad interna de Israel, que es una especie de híbrido entre el FBI y la CIA de Estados Unidos. En la película, los seis entrevistados condenan las actuales prácticas israelíes de ocupación y de expansión de asentamientos.

Se trata de un caso notable de la vida que imita al arte: mientras las celebridades se reúnen para la mayor gala cinematográfica del año, el conflicto entre Israel y Palestina se está desarrollando en las calles de Tinseltown.

Horas después de recuperar su libertad, Burnat emitió una declaración que decía: “Anoche, cuando viajamos de Turquía a Los Ángeles, California, mi familia y yo fuimos detenidos por el servicio de inmigración de Estados Unidos durante casi una hora. Nos interrogaron acerca del propósito de nuestra visita. Los funcionarios de inmigración nos solicitaron pruebas de que yo estaba nominado a los Premios de la Academia por el documental ‘Cinco cámaras rotas’ y me dijeron que si no podía probar el motivo de mi visita, mi esposa Soraya, mi hijo Gibreel y yo seríamos enviados de regreso a Turquía ese mismo día”.

Emad Burnat cuenta: “Cuando llegué [a Estados Unidos] ayer, me interrogaron y me pidieron más documentos y más papeles. Tenía la visa, tenía los documentos y tenía la invitación. Tenía todo. Sin embargo, me pidieron que les diera más documentos”. En su declaración escrita el cineasta Emad Burnat dijo: “Después de cuarenta minutos de preguntas y respuestas, Gibreel me preguntó por qué aún estábamos aguardando en aquella pequeña habitación. Le dije la pura verdad: ‘Quizá tengamos que regresar’. Pude sentir su congoja”. El nacimiento de Gibreel en 2005 fue la motivación de la película. Emad Burnat adquirió una cámara en ese momento para filmar el crecimiento de su cuarto hijo. En aquel entonces, el gobierno de Israel había comenzado a construir el muro de separación a lo largo de Bil’in, lo que dio lugar a una campaña de resistencia no violenta por parte de los residentes palestinos y quienes los apoyaban. Mientras Burnat filmaba las protestas, una a una sus cámaras fueron destruidas o dañadas por la violenta respuesta del ejército israelí y de los colonos israelíes armados.

Dror Moreh es el director israelí del documental “The Gatekeepers”. Moreh me dijo: “Los asentamientos son el mayor obstáculo para la paz. Si hay algo que evitará la paz son los asentamientos y sus colonos. Creo que se trata del mayor y más influyente grupo en la política israelí. Básicamente han dictado la política de Israel de los últimos años. Creo que para los palestinos los asentamientos son definitivamente el peor enemigo para el logro de su patria. Al ver cómo crecen los asentamientos en todas partes como los hongos después de la lluvia, ahora en el área de Judea y Samaria, ven cómo se reduce su país”.

Tanto “Cinco cámaras rotas” como “The Gatekeepers” compiten en los Oscar con otros pesos pesados como “Cómo sobrevivir una plaga”, sobre la epidemia del SIDA; “La guerra invisible”, acerca de la violación endémica e impune en las fuerzas armadas estadounidenses; y “Searching for Sugar Man”, acerca de la reaparición de un músico que hacía tiempo se creía muerto.

Emad Burnat cerró la declaración sobre su detención en el Aeropuerto Internacional de Los Ángeles: “A pesar de que fue una experiencia desagradable, esto le ocurre a diario a los palestinos, todos los días, en Cisjordania. Hay más de 500 puestos de control israelíes, carreteras bloqueadas y otras barreras al libre movimiento en nuestros territorios y todos hemos sufrido la experiencia que mi familia y yo experimentamos ayer. El nuestro fue tan solo un pequeño ejemplo de lo que los palestinos tienen que soportar a diario”.

Más allá de cuál sea el documental ganador, los premios Oscar de 2013 marcarán un cambio histórico en el diálogo público acerca del conflicto entre Israel y Palestina, un cambio postergado durante mucho tiempo del que serán testigos 40 millones de televidentes.