Fuente: La Jornada de Oriente (Puebla)
MARTÍN HERNÁNDEZ ALCÁNTARA
Los 15 pobladores de San Andrés Azumiatla, encarcelados desde el 25 de abril por los hechos violentos suscitados por una turba que retuvo a tres topógrafos y a un trabajador de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes y luego se enfrentó con la fuerza pública, obtendrán su libertad a más tardar el jueves de esta semana, confió su abogado defensor, Héctor Guillermo Bermúdez Tena.
El litigante entregó a esta casa editorial copias simples del alegato de desvanecimiento de datos que dentro del proceso penal 142/2009 presentó ante el juez Primero de lo Penal el 25 de junio pasado para echar abajo las acusaciones de motín, delitos contra servidores públicos, privación ilegal de la libertad, lesiones tumultuarias y daño en propiedad ajena cometido por incendio.
De ser acertado el pronóstico de Héctor Guillermo Bermúdez Tena, el próximo 2 de julio quedarán libres María Rufina Escalona Nava Eulalio Escalona Escalona, Eulogio Rojas Merino, Santiago Escalona Cordero, José Concepción Rojas Escalona, Francisco Onofre Cruz, Fabián Orta Escalona, Carmela Romero Santamaría, Eleuterio Romero Alameda, Víctor Rojas Romero, Anastasio Romero Onofre, Calixto Romero Alameda, Eutiquio Alameda Fuentes, “Concepción Romero Sánchez o Concepción Romero Fuentes” (sic), Gerardo Escalona Orta, Eleazar Rojas Escalona y David García Hernández.
Entre los argumentos que Bermúdez Tena esgrimió a favor de sus representados destaca que en la declaración primigenia de los supuestos agraviados y testigos no identificaron a los 15 procesados por su media filiación o “circunstancias personales”.
Entre otras cosas, era prácticamente imposible que se pudiera reconocer a los presuntos agresores porque a la horra que sucedireron los hechos no había luz natural ni artificial, lo que dificultaba la visibilidad. Además, los supuestos agraviados y testigos dijeron ante el Ministerio Público que se estaban protegiendo el rostro con las manos, de los golpes que se les propinaban.
Según la propia declaración de los agraviados y testigos, abunda Bermúdez, se sabe que en el lugar de los hechos había entre 800 y mil personas, por lo que “es imposible” que aquellos, dado su “grado de agitación”, “hubieran tenido el tiempo suficiente, así como la capacidad para retener en sus memorias las características de las personas señaladas erróneamente como agresores” (sic).
A decir de Bermúdez, testigos y agraviados señalaron como responsables a sus clientes, simplemente porque la autoridad se los presentó.
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