sábado, 27 de junio de 2009

ERPI responderá por caso de Puerto las Ollas y Las Palancas: Ramiro

Hay alerta en las comunidades serranas, afirma el guerrillero

Fuente: La Jornada de Guerrero


MARLEN CASTRO

SIERRA DE GUERRERO, 26 DE JUNIO. A mitad de una faena agrícola que realizaba junto con los 19 integrantes de su columna guerrillera en algún lugar de la sierra de Guerrero, machete en mano el comandante Ramiro advirtió que hay una alerta en las comunidades por las incursiones del Ejército en Puerto Las Ollas y Las Palancas, de Coyuca de Catalán, en Guadalupe Mano de León, de Tlacoachistlahuca, y por el asesinato del indígena na savi de Tlalzala, municipio de Tlapa, Bonfilio Rubio Villegas.

Sobre las elecciones, el comandante señaló que en las comunidades serranas la gente no va a votar y no porque el ERPI haga ese llamado. “La población está desilusionada. A la que gente que han elegido les ha quedado mal. Les quedó mal Torreblanca y antes les quedó mal Fox, quienes hablaron de cambio, pero ahora ven que no hay nada de cambio”.

Luego de 11 horas de viaje en carro y una hora a pie en medio de estrechas veredas, Ramiro acusa que de acuerdo con los informes recogidos en las comunidades afectadas, durante los cuatro días que duró el sitio a Puerto las Ollas y Las Palancas hubo por lo menos unos 600 soldados.

El jefe guerrillero aceptó que se suscitó un enfrentamiento entre su columna y los soldados del Ejército mexicano, mientras que ellos cubrieron la retirada de la gente que salió huyendo hacia el bosque, con el saldo de tres soldados muertos y un herido, sin ninguna baja para ellos.

Aclaró que la respuesta a la incursión violenta del Ejército “fue no muy contundente porque la misión era proteger a la población. Sólo respondimos para que no los lastimaran pues había mujeres, menores de edad y ancianos”.

El comandante advirtió que por el sitio a Las Ollas y Las Palancas, la incursión a Guadalupe Mano de León, en Tlacoachistlahuca, y el asesinato la noche del pasado sábado en Huamuxtitlan del indígena na savi Bonfilio Rubio hay una alerta en las comunidades y que el ERPI va a responder ante tales represiones.

“No me hice guerrillero por gusto”

En su comunidad de origen, el padre de Ramiro sembraba para el autoconsumo y el excedente lo destinaba para adquirir otras cosas para la subsistencia de su familia.

Testigo de las vicisitudes económicas, el jefe guerrillero se prometió a si mismo que debía hacer algo para que cambiaran las cosas, cuando acompañó a su padre a vender el maíz con el cacique del pueblo, quien luego de varias horas de espera se negó a comprar los costales de maíz, que de por si serían vendidos a un precio muy bajo, alegando que la semilla estaba húmeda.

“Los mayores nos hablaban de la lucha de Lucio Cabañas. Yo empecé a participar, primero de forma pacífica, después cuando me di cuenta de que si no agarraba un arma era más fácil que fuera asesinado decidí entrar a la columna armada”.

Era muy joven, tenía 14 años, recuerda, cuando fue detenido por primera vez y torturado, por una delación de alguien que entró a la comunidad en la que nació y creció, “la delación se da por la detención de una persona, quien nos encontró entrenando en el campo. Esa persona fue al cuartel a avisar que había un grupo armado. Yo creo que había sido mandado por el Ejército con ese fin”.

“No andaban errados. Era base social del Partido de los Pobres, llevaba de comer a la columna guerrillera, pero todavía no participaba de lleno. Cuando me detienen y me torturan decide formar parte de la columna armada, porque me di cuenta que si no lo hacia era más fácil que me asesinaran”.

Posteriormente, en 1999, Ramiro fue detenido otra vez, en un retén militar en Riva Palacio Michoacán. En esa ocasión dice que le puso el dedo Abel Montúfar, hermano de Bonifacio y Erit Montúfar, “quien era un madrina de los cuerpos policíacos. Eran todos ellos asesinos conocidos en la Tierra Caliente”.

Estuvo detenido tres meses en el penal de Coyuca de Catalán y de ahí fue traslado al de Acapulco, del que se escapó en el 2002, luego de un año y ocho meses de encierro.

La versión policíaca de las autoridades, es que Ramiro escapó del penal de Acapulco, junto con narcotraficantes colombianos.

“Nos tocó estar juntos en el Ceresito. Nos conocimos, eran realmente gente muy pobre, estaban metidos en la droga, eran burreros pasaban agua en lanchas y los agarraron en Acapulco. Estábamos ahí juntos, no porque quisiéramos”, afirmó.

En esa ocasión, se fugaron 14 presos, quienes decidieron separarse para no despertar sospechas, pero cinco decidieron permanecer juntos.

Durante tres meses anduvo huyendo por la sierra, a las comunidades no se podía acercar porque estaban sitiadas para que no le dieran de comer.

¿Algunas gentes que antes simpatizaron con movimientos armados, incluso que formaron parte de ellos, descalifican al ERPI, qué opina de ello?

Quienes ahora descalifican la lucha armada lo dicen porque fueron cooptados por el gobierno, otros lo dicen porque ellos ya viven bien y porque nunca de veras estuvieron entregados a la lucha por su pueblo. El que de veras lucha por un cambio da la vida por ello. Yo les diría que suban acá y vean que la situación es la misma, que lo que lograron fue para ellos, pero no para el resto de la gente.

Agregó: “yo no nací guerrillero. No nací armado. Fue la injusticia, la represión, la pobreza lo que nos orilló a esto. No por gusto agarré un arma y me vine para el monte”.

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