Julio Boltvinick en su columna Economía moral de la Jornada
La pobreza aumentó a nivel nacional entre 2006 y 2008 según los datos de las encuestas nacionales de ingresos y gastos de los hogares (ENIGH), lo cual he venido analizando en las seis entregas precedentes (24 y 31 de julio, y 7, 14, 21 y 28 de agosto). En el DF, para el cual no se cuenta con datos representativos de 2006, la evolución que puede medirse con mayor grado de confiabilidad es entre 2004 y 2008, porque en ambos años (pero no en 2006) el gobierno del DF pagó al Inegi una muestra de mayor tamaño (más hogares encuestados) de la ENIGH que la que le sería aplicable para la muestra nacional. Hoy muestro, con algún detalle, los resultados de la medición de la pobreza 2004 a 2008 en el DF, con el Método de Medición Integrada de la Pobreza (MMIP), pero primero comparo tales resultados con los que se obtienen con el método foxista que el Coneval ha decidido mantener permanentemente (según comunicación verbal de Agustín Escobar, integrante académico del Coneval) al lado de la medición multidimensional que por ley está obligada a aplicar, lo cual no ha hecho todavía. Espero analizar en detalle este asunto en próximas entregas.
La gráfica muestra la evolución 2004-2008 de la pobreza a nivel nacional, urbano-nacional, rural-nacional y en el DF, tanto por el método foxista como por el MMIP. Ahí se aprecia que el porcentaje de población que vive en pobreza en el DF aumentó entre 2004 y 2008 por ambos métodos (3.7 y 4.6 puntos porcentuales), mientras a nivel nacional la pobreza sólo aumentaba en dos décimas de punto porcentual en el método foxista, pero bajaba levemente en el MMIP. Estos resultados habrían derivado de movimientos contradictorios entre el medio urbano (cuya pobreza habría bajado por ambos métodos) y el rural (que habría subido en ambos).
Ambas mediciones usan las mismas bases de datos de las ENIGH, pero hay un sesgo en la muestra del DF, que se puede apreciar en el cuadro al comparar las ENIGH con el Conteo 2005, tomando en cuenta la tendencia observada entre 2000 y 2005. El sesgo aparece, sin embargo, desde la ENIGH2004, por lo cual sólo una parte del mismo afectaría la medición de la evolución 2004-2008. Sin embargo, resulta notable que el Inegi, habiéndose percatado del sesgo entre la ENIGH2004 y el Conteo 2005, no sólo haya dejado 32.3 por ciento que traía en 2004 para las delegaciones de pobreza alta (1.8 puntos porcentuales por arriba del dato del Conteo), sino que lo haya elevado a 33.1 por ciento (2.6 puntos porcentuales por arriba del Conteo; véase cuadro). La otra cara de la moneda de este sesgo es que, a pesar de que la proporción de población que vive en delegaciones de pobreza baja estaba ya subestimado en la ENIGH2004 en casi un punto porcentual respecto al Conteo 2005, se bajó todavía más, a 23.7 por ciento, quedando 2.5 puntos por debajo del Conteo.
Una opción para el Consejo de Evaluación del Desarrollo Social del DF (Evalúa DF) ante tal sesgo es corregir los factores de expansión en la base de datos, de tal manera que coincidan con una proyección adecuada de la población por delegaciones. Es probable; sin embargo, que el cambio que de ello resulte no altere en lo básico los resultados: es decir, que la pobreza en el DF suba menos que con los datos actuales, pero que de todas maneras aumente. Para que la comparación con la evolución al nivel nacional y urbano fuese aún más sólida, tendría que hacerse un análisis similar con la muestra nacional y, en su caso, aplicarse una corrección similar a los factores de expansión.
El MMIP tiene tres dimensiones: ingresos, necesidades básicas insatisfechas (NBI) y tiempo disponible o tiempo libre. NBI, a su vez, está conformada por ocho componentes: salud y seguridad social, vivienda (calidad de materiales y espacio), educación, condiciones sanitarias (agua y drenaje), energía doméstica (electricidad y combustible para cocinar), teléfono, bienes durables y manejo de basura. El indicador agregado de NBI para cada hogar es la media ponderada de los ocho indicadores individuales. Los ponderadores están basados en los costos sociales de satisfacción de cada componente, de manera que a los más costosos se le aplican ponderadores más altos: vivienda, 31.2 por ciento; salud y seguridad social, 26.9 por ciento y educación (22.5 por ciento); y a los menos costosos, los más bajos. Los indicadores de ingresos y tiempo se combinan bajo la premisa de que los hogares incurren en exceso de trabajo para obtener más ingresos. Por ello, el ingreso del hogar, antes de compararlo con la línea de pobreza se ‘castiga’ en aquellos hogares en los que hay exceso de trabajo, dando lugar a un índice compuesto ingresos-tiempo que es el que se combina con el de NBI. Aquí el sistema de ponderadores se basa también en el costo social. Los rubros que conforman la canasta normativa de satisfactores esenciales (CNSE), cuyo costo de satisfacción es la línea de pobreza (LP) que se utiliza para medir la pobreza de ingresos. Ingresos y tiempo reciben un ponderador de 62.6 por ciento y NBI uno de 37.4 por ciento.
Entre 2004 y 2008, la pobreza de NBI a nivel nacional disminuyó en 4.6 puntos porcentuales, mientras en el DF lo habría hecho en sólo 2 décimas de punto; la pobreza de ingresos habría disminuido a nivel nacional en 4 décimas de punto, pero habría aumentado estrepitosamente en el DF al pasar de 38 por ciento a 46.6; y por último, la pobreza de tiempo habría aumentado 2.5 puntos porcentuales a nivel nacional, y habría permanecido sin cambio en el DF. Como se aprecia, la explicación del aumento de la pobreza en el DF radicaría exclusivamente en el aumento de la pobreza de ingresos. ¿Realmente bajaron los ingresos de la población del DF entre 2004 y 2008? Las posibles respuestas las exploraré en próximas entregas. La otra pregunta es por qué no bajó la pobreza por NBI en el DF.
jbolt@colmex.mx
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