viernes, 11 de septiembre de 2009

Inhibe el Ejército organización de indígenas para facilitar su despojo


Fuente: La Jornada de Veracruz

La presencia del Ejército Mexicano en la Huasteca veracruzana se debe a que buscan atemorizar a las comunidades y organizaciones indígenas para disuadirlas de que no se preparen, que entreguen sus tierras y accedan a ser desplazados cuando se comiencen a perforar los 10 mil pozos petroleros en la sierra de Chicontepec que Pemex ya concesionó a empresas particulares, declaró Héctor Cerezo Contreras, que fue preso de conciencia y hoy es promotor de la defensa de los derechos humanos.

En entrevista para La Jornada Veracruz, quien fue encarcelado por la acusación sin fundamento por supuestos ataques a tres sucursales bancarias del Distrito Federal en 2001, argumentó que el corredor de Chicontepec será una de las zonas más afectadas porque significará no sólo una mayor contaminación al medio ambiente, sino el desplazamiento de comunidades por la construcción de oleoductos, refinerías y los mismos pozos petroleros.

Sobre todo, agregó que no será necesario que las empresas privadas posean las tierras comunales, los ejidos y aun las recuperadas que les habían sido arrebatadas por los caciques porque los gobiernos federales, estatales y los municipales apoyan la presencia del Ejército para favorecer el proyecto petrolero, que esta vez será manejado por consorcios privados.

Ante este panorama, el Comité Cerezo está capacitando a las comunidades y organizaciones para que documenten la contaminación y las violaciones a los derechos humanos que traerán a la zona, se les están enseñando cuáles son sus derechos individuales y como pueblos, y a hacer la denuncia ante los abusos del Estado y de las empresas que vengan a explotar la riqueza nacional, como Schlumberger Offshore NV; Driller Technologies Corp., e ICA-Fluor Daniel S de RL de CV.

Aunque no tengan legalizada su propiedad, sean tierras comunales o recuperadas de los 80, independientemente de que sean legalizadas o no, son pueblos originarios y por derecho les pertenece la tierra y la recompensa de su trabajo, “por eso registramos la cultura de la documentación y de derechos humanos que tienen como comunidades, que tienen su derecho a la explotación moderada de sus tierras, de sus bosques, porque ya las organizaciones ven con preocupación esto que se ve venir como un desplazamiento de las comunidades”.

Cerezo Contreras, quien presentará este día el número 14 de la revista Revuelta en el área de Humanidades de la UV, externó que el día internacional de la mujer “hicimos una acción preventiva por la militarización y hostigamiento del ejército en la Huasteca, y se logró que hiciera el evento sin la presencia de los soldados”.

Estimó que los gobiernos federal, estatal y municipales deberían estar preocupados por cómo apoyar a los pueblos indígenas que serán afectados por los problemas que traerá la explotación petrolera en la Huasteca, pues con el antecedente de Tabasco, donde la contaminación mata personas y niños nacen con malformaciones y discapacidad mental, deberían estar tomado providencias al respecto.

Por otra parte, se quejó de que estamos viviendo un clima de criminalización de la protesta social, en el cual la movilización y la denuncia que se hace ante la violación de los derechos humanos por parte de miembros del Ejército o del Estado en general, es causa de enjuiciamientos, pues comienza a convertirse en delito la misma denuncia de la violación de derechos humanos y los defensores de derechos humanos son acusados de delitos comunes o delincuencia organizada para poder encerrarlos y que no realicen denuncias a los militares, quienes ya se han convertido en actores políticos.

También dijo que en México hay alrededor de 200 presos de conciencia, que son los activistas, defensores de derechos humanos y luchadores sociales, que por defender sus ideas o demandas sociales y luchar dentro del marco legal, pacíficamente, están injustamente encarcelados y son sólo cuatro los presos políticos reconocidos como tales en el país, son personas que decidieron luchar de una forma violenta rompiendo el marco legal y constitucional.

Él, que estuvo en la cárcel como preso de conciencia, hoy tiene una organización reconocida internacionalmente con ocho años de existencia como comité, reconocido por Amnistía Internacional, y anunció que realizarán una gira en 2010 para denunciar en países de Europa las violaciones de los derechos humanos en México que están haciendo el Ejército y los gobiernos federal y estatal.

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