Fuente: La Jornada de Oriente (Puebla)
MIGUEL ÁNGEL DOMÍNGUEZ RÍOS
El miedo como instrumento de control político fue el nombre de la exposición ofrecida en esta ciudad por el catedrático de la Universidad Autónoma de Puebla (UAP), Francisco Javier Muñoz López, quien destacó que eso es un factor determinante en la construcción de la ciudadanía en el siglo XXI.
“Para muchos resultó un engaño el manejo mediático del caso de la influenza en el país. La conclusión de varios compañeros académicos en ese tema es el siguiente: no sólo fue el asunto de esa epidemia, era un escenario mucho más amplio relacionado con la utilización del miedo como estrategia de dominación política. Y esto es posible abordarlo a partir de los tres ejemplos electorales del 2000, 2003, 2006 y las repercusiones para este 2009”, agregó.
A eso “vamos a incluirle los efectos de la llamada guerra en contra del crimen organizado en México. La idea de las autoridades responsables del manejo de esta información y de estos tópicos es desvirtuar completamente la percepción de los ciudadanos. Esta política del miedo posiblemente deformará la capacidad de pensar libremente de los individuos y brotará la incertidumbre y el terror”.
Y producto de ese “terror surge la necesidad de salvación y la necesidad lógica de aparecer a un héroe. Entonces, no resulta casual el inicio de la influenza en medio de un gran escándalo, y como secuela inmediata logramos enterarnos de la llegada de la recesión económica y del decrecimiento del 8.2 por ciento en el primer trimestre del Producto Interno Bruto. ¿Qué pasa?, la deformación de las percepciones impide abordar los temas sustanciales y de interés de la gran mayoría de habitantes”.
Bajo ese contexto, “a teoría del miedo no es casual. Una investigadora estadounidense explica mejor esto como la doctrina del caos: el modelo neoliberal no hubiera tenido éxito sin la existencia paralela de un mecanismo sustentado en el terror. Y el primer experimento de esta fórmula en América Latina quedó en manos de la dictadura chilena de Augusto Pinochet”.
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