Fuente: La Jornada de Oriente (Puebla)
ARTURO ALFARO GALÁN
Miembros de la disidencia magisterial de Puebla, después de haber realizado una manifestación en el zócalo de la ciudad, fueron agredidos por policías estatales y metropolitanos de la entidad cuando intentaron tomar el control del edificio alterno de la sección 23 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) –ubicado frente al Congreso local–, donde rompieron cristales y quemaron propaganda del Partido Nueva Alianza (Panal), que se almacenaba en el lugar.
Durante la jornada de ayer, al menos 15 profesores de los municipios de Puebla, Cholula, Izúcar de Matamoros, San Martín Texmelucan y Puebla, además de tres activistas de derechos humanos, fueron detenidos por elementos de la Policía Judicial (PJ); en tanto, 30 personas más resultaron con heridas leves, debido a los golpes que recibieron de parte de los policías estatales.
Por la noche se informó que los mentores serán llevados a juicio por los delitos de motín y despojo, querellas que abrieron por separado tanto el gobierno del estado como los dirigentes Erick Lara y Cirilo Salas.
Después de ocho meses de haber tomado las instalaciones de las secciones 23 y 51 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), los profesores disidentes perdieron el control de los edificios magisteriales, ubicados en las colonias del sur y norte de la capital, respectivamente, después de que policías estatales y metropolitanos entraron a los inmuebles por la fuerza y desalojaron con violencia a los mentores.
Al respecto, Miguel Guerra Castillo, vocero de la disidencia magisterial, responsabilizó al gobernador Mario Marín Torres, al secretario de Gobernación Mario Montero Serrano y al subsecretario de asuntos jurídicos de la Segob, Francisco Gil Díaz, de las agresiones que se cometieron en contra de los profesores, por lo que anunciaron que el movimiento magisterial endurecerá las acciones a fin de ser escuchados y de solucionar sus demandas.
Ayer, alrededor de 2 mil integrantes de la disidencia magisterial poblana participaron en una manifestación en las calles del Centro Histórico para exigir al gobierno del estado el cese a la represión de la que son objeto desde hace ocho meses, la cancelación de la Alianza por la Calidad en la Educación (ACE) y la restitución de los salarios descontados hace unas semanas por participar en las movilizaciones en contra del gremio magisterial.
La movilización partió del monumento a Benito Juárez de la zona Dorada con rumbo al zócalo de la capital. Durante la marcha, los protestantes lanzaron consignas contra el mandatario estatal, Mario Marín Torres y contra la líder vitalicia del SNTE, Elba Esther Gordillo Morales.
Después de llegar al zócalo de la ciudad, alrededor de las 13 horas, un contingente de al menos 100 profesores se dirigió a las oficinas alternas de la sección 23 del SNTE, mejor conocidas, como “Escalafón del magisterio”, ubicadas en el número 127 de la calle 5 Poniente del centro, a fin de tomar el control del inmueble.
Durante la incursión, los profesores desalojaron a la fuerza a los trabajadores del Comité Ejecutivo Estatal que hasta ese momento se encontraban laborando, rompieron cristales y quemaron papelería y propaganda del Panal que se almacenaba en el lugar.
En tanto, un grupo de al menos 80 policías estatales, metropolitanos, auxiliares y municipales de Puebla, sitió las inmediaciones del centro y se abalanzó hacia los mentores contra quienes propinaron golpes con toletes, escudos, palos y lanzaron granadas de gas lacrimógeno, gas pimienta y mostaza, a fin de replegar a los docentes.
Los mentores respondieron las agresiones lanzando objetos duros como piedras y palos. En el enfrentamiento resultaron heridos 30 profesores, quienes necesitaron atención médica, entre ellos, el líder de la disidencia magisterial, Gilberto Maldonado, quien fue hospitalizado en un nosocomio particular de la ciudad. El resto de los maestros acudió a clínicas particulares, y su estado de salud se ha reportado como estable.
Más tarde, los profesores fueron replegados en las inmediaciones del centro, después de ser perseguidos por los elementos de seguridad poblana por más de cinco cuadras a la redonda del zócalo capitalino. Incluso, alrededor de 200 profesores se refugiaron de las agresiones policiacas en la iglesia de santa Inés, ubicada a cuatro calles de la catedral.
En ese momento, al menos cuatro profesores de la región de Zacapoaxtla –de quienes no se ha dado a conocer su nombre por las autoridades estatales– fueron detenidos por policías judiciales; asimismo, retuvieron a Tamara San Miguel Suárez, miembro de la Red Nacional de Derechos Humanos; Lorena Jarquín e Iztel Sánchez Martínez, activistas de derechos humanos, quienes fueron trasladadas a la PGJ para determinar su situación jurídica, pero fueron liberadas por la noche.
Asimismo, en las agresiones en el centro resultaron heridos al menos cinco periodistas: Francisco Rivas, corresponsal del diarioReforma; Viridiana Lozano y Teresa Murillo, reportera y fotógrafo del periódico Cambio; Óscar Bolaños, fotoperiodista del diario Síntesis, y Juan Carlos Sánchez Díaz, fotoperiodista del diario digital Poblanerías en línea.
Por la tarde, al menos 100 policías metropolitanos y estatales acudieron a las instalaciones de la sección 51 del SNTE, ubicada al sur de la capital, a fin de retomar el control del inmueble, donde en ese momento se encontraban más de 10 profesores en resguardo del edificio.
En el lugar, los integrantes de la disidencia magisterial entregaron el edificio y fueron detenidos 13 maestros en el acto, entre ellos: el secretario técnico de la disidencia magisterial de la sección 51 del SNTE, Mariano Rolón Castelán, y los profesores Mario Rubén Camaño, Floriberto Vergara Cañongo, Lourdes Valderrabano; Manuel Espíndola, Verónica Ramírez Jarquín, Elfego Márquez Luna, de la regiones de San Martín Texmelucan, Teziutlán, Puebla y Zacapaxtla.
Después del operativo policiaco, los uniformados se dirigieron a la sección 23 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, situada al norte de la capital, donde finalmente los mentores abandonaron las instalaciones sin que se registrara ningún incidente de gravedad o detenciones de los profesores.
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