Fuente: Amnistía Internacional México
COMUNICADO DE PRENSA
10 de Abril de 2009
Amnistía Internacional ha declarado hoy, viernes 10 de abril, que, transcurrido un año de su victoria electoral y de asumir el poder, el gobierno maoísta de Nepal no cumple su promesa de proteger a las mujeres. Las pruebas de este incumplimiento se encuentran en el trato que se dispensa a las activistas que hacen campaña por los derechos humanos de las mujeres, quienes son víctimas de palizas, violencia sexual y asesinato, sin que se realice ningún esfuerzo significativo de poner en manos de la justicia a los perpetradores. “Cuando el gobierno maoísta asumió el poder se comprometió a proteger los derechos humanos de las mujeres, pero todo aquello suena hoy a falsas promesas”, ha declarado Madhu Malhotra, directora adjunta del Programa Regional para Asia y Oceanía de Amnistía Internacional. “Ahora que están en el gobierno, toda la retórica revolucionaria no se ha traducido en mejoras reales en la vida de las mujeres”. “Las activistas desempeñan un papel decisivo en Nepal, donde muchas mujeres no conocen sus derechos y temen enfrentarse a la autoridad social y gubernamental” –subraya Madhu Malhotra–. “A las activistas se las señala como objetivo de ataques violentos en un contexto en el que se promueve la cultura del silencio y se disuade de denunciar a las mujeres que sufren la violencia”.
Amnistía Internacional ha concluido que, pese a las promesas electorales que en su día hizo el actual gobierno, la situación de las activistas de los derechos humanos de las mujeres sigue siendo de alto riesgo de ser objeto de ataques porque se atreven a desafiar el sistema patriarcal de Nepal. Muchas se han convertido en marginadas sociales por plantear cuestiones de violencia doméstica y sexual, y están expuestas a ser víctimas de intimidación, palizas e incluso a que las maten. Es frecuente que la policía se niegue a registrar denuncias o a investigar plenamente las agresiones u ofrecer protección.
Desde que el nuevo gobierno asumió el poder en Nepal han sido asesinadas dos activistas de los derechos humanos de las mujeres sin que se haya hecho ningún intento real de investigar o procesar esos crímenes. El caso más reciente ha sido el de Uma Singh, joven periodista y activista, que acabó asesinada por denunciar la cuestión de la violencia contra las mujeres en Nepal. Trabajaba para Radio Today FM y para la Red de Defensa de los Derechos Humanos de las Mujeres. El 11 de enero de 2009, un grupo de hombres la mataron a machetazos. La mutilaron gravemente y murió de camino al hospital, en Katmandú. En junio de 2008, Laxmi Bohara, de Kanchanpur, recibió una severa paliza y después, según los informes, fue asesinada por su esposo y su suegra, a quienes no gustaba el trabajo que hacía en defensa de los derechos humanos.
Amnistía Internacional pide al gobierno de Nepal que tome medidas urgentes para:
garantizar la seguridad y protección de las activistas de los derechos humanos de las mujeres, especialmente en las áreas rurales;
desarrollar un plan nacional de acción que incluya el establecimiento de casas refugio o similares y otros establecimientos para las mujeres sobrevivientes de la violencia;
adoptar todas las medidas posibles para garantizar justicia, verdad y reparación por crímenes de violencia contra las mujeres cometidos durante y tras el conflicto.
Información complementaria
En julio, tras las extensas protestas de activistas de los derechos humanos de las mujeres, el gobierno estableció un grupo de trabajo para que formulase recomendaciones sobre la violencia contra las mujeres y la criminalización de la violencia doméstica. Las protestas comenzaron tras el presunto asesinato de una activista de los derechos humanos de las mujeres y la posterior inacción de la policía, que no realizó una investigación adecuada sobre el suceso. El grupo de trabajo aún tiene que presentar su informe, que debía haber presentado a los dos meses de su constitución.
En Nepal, las activistas trabajan a menudo en lugares remotos, donde las comunicaciones y los mecanismos de apoyo son mínimos. Estas mujeres se enfrentan a prácticas culturales discriminatorias, como el matrimonio precoz y la brujería o boxsi, pueden ser objeto de restricciones, y han sido víctimas de ataque por parte de miembros de la comunidad a causa de su trabajo, como se ha documentado en casos de activistas del este de Terai, en el sur de Nepal
El deber del Estado de proteger a las mujeres contra la violencia está explícitamente recogido en la Declaración de la ONU sobre la eliminación de la violencia contra la mujer, que Nepal ha ratificado, y cuyo artículo 4 afirma: “Los Estados deben aplicar por todos los medios apropiados y sin demora una política encaminada a eliminar la violencia contra la mujer”. Conforme al derecho internacional en materia de derechos humanos, el Estado está obligado no sólo a garantizar que sus agentes y funcionarios no ejercen ningún tipo de violencia contra la mujer, sino a proteger a las mujeres contra la violencia cometida por particulares o entidades privadas, en las que se incluye a las propias familia y comunidad.
En noviembre de 2008, una delegación de Amnistía Internacional visitó Nepal y habló con una amplia variedad de defensoras de los derechos humanos, hindúes, musulmanas, dalit, janajati y miembros de otros grupos marginados, así como con activistas de los derechos de las personas lesbianas, gays, bisexuales y transgénero. Todas estas mujeres hablaron a la delegación de las dificultades que encontraban, de su lucha y de sus esperanzas. Por ejemplo, una activista dalit contó que se enfrenta a múltiples abusos a causa de la violencia que se ejerce contra su casta, a los que se suman los que se infligen por motivos de género y de clase.
miércoles, 15 de abril de 2009
Nepal: El gobierno no protege a las defensoras de los derechos humanos de las mujeres
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