viernes, 19 de junio de 2009

Proceso penal contra la Arquidiócesis de Puebla por protección a pederastas



Fuente: La Jornada de Oriente

MARTÍN HERNÁNDEZ ALCÁNTARA

Aunque la alta jerarquía católica de México dio por hecho que había pasado el peligro de que alguno de sus cardenales, obispos, arzobispos o curas fueran juzgados en Estados Unidos por delitos de pederastia en los que la Red de Sobrevivientes de Abuso Sexual por Sacerdotes (SNAP, por sus siglas en inglés) era promotora principal de la justicia, la crisis volverá porque hoy la organización, encabezada por Joaquín Aguilar Méndez, dará a conocer una nueva querella en contra de Norberto Rivera Carrera y de la Arquidiócesis de Puebla.

Joaquín Aguilar Méndez confirmó que una persona oriunda del vecino país interpuso una nueva querella ante la Corte Superior de Los Ángeles, California, en contra del cardenal Norberto Rivera y la Arquidiócesis de Puebla. Empero, no quiso adelantar los cargos ni otros pormenores, argumentando que este jueves al mediodía se ofrecerá una rueda de medios para hablar sobre el particular.

En dicha conferencia estarán presentes Joaquín Aguilar Méndez, director de SNAP México; el abogado José Bonilla; Aidé García, representante de la organización Católicas por el Derecho a Decidir, y Leticia Valdés, denunciante de un caso en Oaxaca.

Aguilar dijo que muchos elementos de su caso serán considerados en el nuevo proceso. Otras fuentes dijeron que es posible que la Arquidiócesis sea acusada de proteger a Nicolás Aguilar, cura que trabajó en la región de Tehuacán y está acusado de violar a más de 80 menores de edad.

El 4 de marzo pasado, La Jornada de Oriente publicó una nota en la cual Joaquín Aguilar Méndez advirtió que el cardenal Norberto Rivera Carrera intentaba confundir a la feligresía católica y a la opinión pública al presentarse como exonerado por la justicia de Estados Unidos, ya que las causas en su contra por el encubrimiento que brinda al sacerdote Nicolás Aguilar Rivera continuarían en tribunales de apelación federales estadounidenses.

Joaquín Aguilar Méndez, el principal querellante del purpurado, consideró entonces que la publicidad que el jerarca eclesiástico dio a la declaratoria de improcedencia que la Corte Superior de California emitió por aquellos días sobre la denuncia en su contra por encubrir a Aguilar Rivera es parte de una estrategia de recuperación de credibilidad en “un año electoral”, ya que a partir de que los abusos perpetrados por el sacerdote pederasta fueron conocidos, “la iglesia católica, particularmente Rivera Carrera, no han podido tener efectividad en sus mensajes”, y por tanto, el cardenal “no puede orientar las simpatías” de su grey “hacia un partido político o un candidato determinado”.

A pregunta expresa, Joaquín Aguilar Mendéz no quiso especular sobre las filias políticas de Norberto Rivera Carrera, pero consideró que el escándalo por las violaciones sexuales a menores de edad que consumó Nicolás Aguilar Rivera y la protección que el cardenal le ha dado a éste “le han costado muy caro a la iglesia, así que el deslinde, la mentira de que no puede ser juzgado en Estados Unidos, es un elemento que muchos sacerdotes aprovecharán” para hacer proselitismo “a favor de los candidatos que les convengan”.

Aguilar Méndez insistió en que “en México no hay condiciones para que Norberto Rivera sea juzgado, porque desgraciadamente no se hace nada cuando hay corresponsabilidad como la que él cometió”.

Recordó entonces que la única acción legal que existe en México en contra de Nicolás Aguilar Rivera es una orden de aprehensión que en 11 años no ha sido ejecutada por la Procuraduría General de Justicia de Puebla.

“Nicolás Aguilar debe saber muchas cosas, muchos aspectos oscuros, eso es lo que yo pienso cuando me pongo a pensar por qué hay tanto interés de las autoridades y de la iglesia para protegerlo”, señaló Aguilar Méndez.

De hecho, en 2006, Blanca Laura Villeda Martínez, a la sazón titular de la Procuraduría General de Justicia, informó que tenía conocimiento de una orden de aprehensión en contra del cura Nicolás Aguilar Rivera, pero a la fecha no se ha capturado al pederasta, a pesar de que diferentes versiones periodísticas apuntan que el purpurado se encuentra en el estado.

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