miércoles, 7 de octubre de 2009

El escándalo de los agrocarburantes


Fuente: Boletín informativo del CNEE

La idea de extender el cultivo de los agrocarburantes en el mundo y particularmente en los países del Sur es desastrosa. Ella forma parte de una perspectiva global de solución a la crisis energética.

En los próximos 50 años tendremos que cambiar de ciclo energético, pasando de la energía fósil a otras fuentes de energía. En el corto plazo es más fácil de utilizar lo que es inmediatamente rentable, es decir los agrocarburantes.

Como siempre, en un proyecto capitalista, se ignora, lo que los economistas llaman, las externalidades, es decir, lo que no entra dentro del cálculo del mercado, para el caso que nos preocupa, los daños ecológicos y sociales. Para contribuir con un porcentaje entre el 25 a 30% de la demanda, a la solución de la crisis energética, se tendrá que utilizar centenas de millones de hectáreas de tierras cultivables para la producción de agroenergía en su mayor parte en el Sur, ya que el Norte no dispone suficientemente de superficie cultivable. Se tendrá, igualmente según ciertas estimaciones, que expulsar de sus tierras al menos 60 millones de campesinos. El precio de estas externalidades no será pagado por el capital sino por la comunidad y por los individuos, es espantoso.

La agroenergía no es un mal en sí y puede aportar soluciones interesantes a nivel local, a condición de respetar la biodiversidad, la calidad de los suelos y del agua, la soberanía alimentaria y la agricultura campesina, es decir, lo contrario de la lógica del capital.

Extracto de artículo de François Houtart

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