viernes, 23 de octubre de 2009

Compartirá Guadalupe sus vivencias


Fuente: La Jornada de Oriente (Tlaxcala)
Difusión Soberanía Popular

JOSÉ CARLOS AVENDAÑO

Con la intención de compartir imágenes y textos de cómo vive la gente amurallada y encerrada por el temor y el miedo por la ola de violencia en Ciudad Juárez para que los tlaxcaltecas reflexionen sobre este problema y luchen porque esto no pase en la entidad, el fotoperiodista J. Guadalupe Pérez Pérez impartirá una plática y expondrá un trabajo de 16 fotografías en la Casa del Artista el próximo viernes a partir de las 19 horas.

“Ciudad Juárez es una población amurallada por el miedo que priva entre la gente de ser agredidas o atacadas por los otros. A raíz de los índices de violencia la gente camina con temor por todas partes y por eso creo que hay un gran muro en el interior de cada uno de ellos”.

Este fotoperiodista tlaxcalteca que ha laborado en varios medios de circulación nacional, entre ellos La Jornada, El Universal, Proceso y Milenio, además de vender sus imágenes a agencias internacionales como EFE, Reuters y France Press, regresó al estado después de 10 años de cubrir con su lente la ola de violencia que priva en esa ciudad fronteriza con Estados Unidos.

“Durante 10 años me tocó ver de todo y por eso en la exposición de 16 fotografías que presentaré al público tlaxcalteca, en la que no hay muertos, pero sí muestra el problema de violencia en Ciudad Juárez, trato de mostrar la mirada de miedo y de terror de los niños, mujeres y de las familias enteras con que viven en ese lugar, para que nuestros paisanos reflexionen sobre la importancia de preservar la paz y tranquilidad en el estado”, refiere.

A fin de dar un contexto sobre el problema en Ciudad Juárez, J. Guadalupe Pérez hace referencia a un estudio de Luis de la Barrera, quien en agosto pasado presentó un informe en el que cita a esa población como la más violenta del país, pues en promedio se registran de siete a 10 crímenes por día.

“Salvo cuando juega el equipo de fútbol de los Indios de Ciudad Juárez no hay crímenes, parece que los sicarios se van a ver el partido, pero en un ocasión se presentó la ejecución de 18 personas en un sólo lugar”.

–¿Qué tratas de transmitir a los tlaxclatecas con esta plática y con la exposición?

–Compartir la experiencia de estar en una ciudad de ese tipo, es una zona de guerra, las fotos que exhibiré no se publicaron en los medios porque los periódicos compran la sangre, los muertos. Trato de mostrar a la gente el miedo con que viven los pobladores de Ciudad Juárez para que vean y procuren que nunca pase esto aquí, que vean, que reflexionen que no es fácil ser famoso a costa de la violencia. En el mundo se conoce a Ciudad Juárez por su violencia y por eso llegan periodistas de todos los países y esa fama es muy triste.

Este fotoperiodista lamenta que el intento de secuestro al hijo de un empresario hace unos días en Tlaxcala lo hayan aprovechado algunos voceadores para decir que ya tenemos Zetas como si eso fuera motivo de orgullo.

–¿Cuál es la temática de las 16 fotos de tu exposición?

–Las 16 fotografías son documentales y el discurso gráfico se centra en cuatro ejes: narcotráfico, migración, la violencia contra las mujeres y contra la niñez.

“Considero que el eslabón más débil de la sociedad es la niñez, porque en medio de todo los pequeños no tienen posibilidades de desarrollo en ese lugar, es terrible ver a niños vendiendo o consumiendo droga, portando armas, hay niños sicarios, una vez me tocó ver un enfrentamiento entre el Ejército y pandillas en donde había una niña de 16 o 17 años disparando en contra de los militares”.

–¿Por qué decides ir a trabajar a Ciudad Juárez?

–Llegué a Ciudad Juárez en el año 2000 porque noté un vacío informativo gráfico en cuanto a los asesinatos de mujeres, no veía fotos en los periódicos nacionales.

“Llegué a ver en La Jornada, que era uno de los medios que más publicó información de 1993 a 2003 sobre los feminicidios y no veía fotos. Lo mismo en Proceso y en Milenio, entonces dije voy para ver qué pasa allá”.

J. Guadalupe Pérez explica que su incursión en Ciudad Juárez se dio con el patrocinio de La Jornada para que hiciera un reportaje gráfico durante dos meses sobre el problema de los asesinatos a mujeres.

“Llegué a esa ciudad y efectivamente había un vacío informativo, porque los medios locales eran celosos y si un fotógrafo vendía una exposición a otro periódico automáticamente lo corrían y como sólo había tres empresas, la gente tenía miedo de perder su trabajo.

“En el año 2001 me toca cubrir el hallazgo de ocho cadáveres en el lote Algodonero y a partir de ahí empieza el punto más álgido de la protesta de las mujeres por los feminicidios. El problema se convierte en un boom y llega gente como Jane Fonda y otras personalidades para protestar por esa situación y se convierte en un movimiento internacional de protesta y yo ya estaba ahí.

“El problema de los feminicidios no es el único, pues también está el narcotráfico y la espiral de violencia es absurdamente absurda, porque te matan por cualquier cosa, entonces ahorita ya hay periodistas que le entraron a ser agentes libres, ya no trabajan en medios locales sino para agencias internacionales y por ese motivo ya no tengo chamba allá”.

–¿Qué tan arriesgado es ir a abrir un mercado de trabajo a un lugar peligroso?

–Es peligroso, pues un reportero puede conseguir la entrevista por teléfono o revisan estadísticas por internet, no tiene el problema de estar en el lugar de los hechos para cumplir con las premisas periodístas de ser oportuno, veraz y tener una propuesta estética, en el caso de la fotografía.

“El principal problema es tener los contactos para que te avisen y estar en el lugar de los hechos a tiempo, además te arriesgas a todo, hace ocho o 10 años le tenías que ganar a la ambulancia que iba a recoger los cadáveres, tenías que manejar a 100 o 120 kilómetros por hora para tomar la foto de los ejecutados, porque los periciales los levantan enseguida para que no se tomen imágenes.

“Además, cuando llegaba, los sicarios todavía estaban esperando que se muriera la persona, el grado de impunidad está muy fuerte”.

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