martes, 19 de mayo de 2009

Marchan ex braceros michoacanos para conmemorar 11 años de lucha

Exigirán su pago interponiendo un recurso ante la SCJ

Fuente: La Jornada de Michoacán 

MELINA GIL

Desde temprano, la deuda histórica los conmina a una cita en la plaza Morelos. En las calles contiguas se ven dispersos, pero abajo del caballito ya se cuentan como multitud. Una multitud de ex braceros que marcharán para conmemorar 11 años de lucha de Alianza Binacional Braceroproa y un recurso legal en camino a la Suprema Corte de Justicia.

La mayoría de las cabezas cubiertas por sombreros blancos para evitar el sol, como hace más de 60 años, cuando trabajaban en Estados Unidos, “allá en el surco”. Cuando se levantaban a las cuatro de la mañana para “echarse un taco” antes de funcionar como mano de obra barata, cuando juntaron un fondo de ahorro que nunca les dieron.

“Por nuestro diez por ciento del fondo, por eso andamos en la lucha, porque se ha estado haciendo güey el presidente Calderón para pagarnos”, manifiesta el señor Ramírez, quien en 1945 dejó su vida en Purúandiro, para participar en el Programa Bracero.

Ventura Gutiérrez, el coordinador de Alianza Binacional Braceroproa anuncia que la cabra que los acompañó en la marcha anterior tuvo destino de birria debido a la crisis económica. Pero en su lugar y como símbolo del apoyo anunciado a los porcicultores de Puruándiro, participará un cerdo, que en obediencia a las indicaciones sanitarias desfilará con cubrebocas. Pero que nadie más lo use, porque esperarán a que Calderón se tape la boca primero, ya luego lo hará el pueblo.

La indicación de Ventura es dividir el contingente en tres filas para avanzar. Al frente de la muchedumbre se lee “Alianza Binacional Braceroproa”, para aclarar que es una marcha ciudadana, aunque se encuentre el presidente estatal del Partido del Trabajo.

Detrás se ondea la bandera nacional, escoltada por las réplicas en plástico de Felipe Calderón y Vicente Fox. La marcha inicia y al cruzar el Acueducto, comienzan las consignas, “¡Calderón, escucha, ex braceros en la lucha!”, demandan.

Los cerca de dos mil ex braceros viran a la derecha. Continúan hacia la Facultad de Medicina y luego, el Hotel Diana del Bosque, la ruta ya está clara: hacia la residencia de la madre de Felipe Calderón.

No es personal, es estrategia comprobada: “cada vez que hemos ido a la casa de algún presidente se logra algo, si esta vez no sirve por lo menos tenemos la atención de la opinión pública y la del presidente”, asegura Ventura Gutiérrez. Antes de la esquina, hay una fila de elementos de la Policía Estatal Preventiva, casi 100, resguardando el domicilio. “Pero si semos puros viejitos”, alegan en vista de la desproporcionada seguridad.

El contingente se detiene y queda frente a frente con las fuerzas del orden. “Y si no nos pagan les vamos a cerrar puentes federales”, advierte un ex trabajador. Ya enfilado, se dirige a los de enfrente: “Y ustedes guardias, se quedan nomás esperando a que venga la raya, pero no saben que esa raya también es de nosotros, es parte de lo que nosotros dimos y que se chingaron”, reprocha.

Un ex bracero que quedó rezagado cayó al suelo por la debilidad de sus piernas. Tiene 74 años y trabajó en Estados Unidos desde 1947 “hasta que se acabó la bracereada”. La caída le abrió la piel de la mano derecha y su sangre embarro la bolsa de plástico que contiene su hoja de pago, con la que se acredita como ex bracero, pero que no le ha sido efectiva para recibir su dinero. “Yo ya quisiera que se les metiera en la cabeza a esos señores que nos pagaran, que dijeran ‘es el sudor de ellos, no es de naiden más’ y nos dieran lo nuestro”.

Después de que Ventura se queja de que nadie los recibe, un elemento del estado mayor presidencial aparece, le entregan un cubrebocas para que la mamá de Calderón lo entregue “a su hijo desobediente”, además de un gel antibacterial, “para que ahora sí tenga las manos limpias”, señala el coordinador.

La expectativa de la fuerza del movimiento, resultó en un gesto pequeño, “independientemente de lo que se imaginó Leonel Godoy y el Estado Mayor Presidencial”.

Con la convocatoria manifestada y la atención obtenida, el contingente se dirige a su asamblea en el auditorio Samuel Ramos. Adentro, en el recinto se dan los informes de la lucha. Se brindan ánimos, y se asegura que se entregará un proyecto de ley a los legisladores del estado para que lo canalicen al Congreso de la Unión y se resuelva antes del 15 de diciembre: un nuevo registro para los 2 millones de excluidos, una entrevista para las 30 mil personas que se han acercado a las mesas receptoras sin éxito, y el pago a los nuevos ex braceros -registrados en diciembre y enero- antes de tres años.

Porfirio Martínez anunció que interpondrá un recurso ante la Suprema Corte de Justicia para que el diez por ciento sea regresado y no sólo los 38 mil pesos de ayuda. “Ahora sí, el proceso será estado por estado y éste será el último jalón para que se les haga justicia”.

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