Ninguna autoridad se ha acercado para apoyarlos a modernizarse, comentan
Fuente: La Jornada de San Luis
A pesar de que habitantes de colonias vecinas a la zona de las ladrilleras al norte de la ciudad han presentado quejas ante el ayuntamiento debido a la contaminación que provocan, las autoridades se defienden argumentando que se ha verificado que no se provoque contaminación durante la combustión, sin embargo, las ladrilleras continúan trabajando en condiciones precarias, pues ninguna autoridad se ha acercado para ofrecer programas de apoyo que les permitan la comercialización más rápida de sus ladrillos, ni sistemas de producción que les ayuden a modernizar la fabricación de los mismos de una manera menos contaminante, pues el proceso en estos lugares es meramente artesanal.
En las colonias Tercera Chica y Tercera Grande se encuentra un gran número de ladrilleras, en su mayoría son negocios familiares que se han pasado de generación en generación heredando los conocimientos para la fabricación de los ladrillos; sin embargo, las condiciones en las que estas personas laboran son muy precarias, pues ningún tipo de gobierno o autoridad se ha acercado a ellos para ofrecerles apoyos o subsidios para el crecimiento y equipamiento: “nosotros llevamos toda una vida trabajando aquí en la ladrillera y nunca se han acercado a ver como trabajamos, pero nosotros tampoco los hemos solicitado”, comentó la propietaria de una de estas ladrilleras.
Así mismo, los ladrilleros enfrentan el problema de que algunos de los vecinos se han quejado por la contaminación que se genera cuando los tabiques se están horneando, proceso que dura aproximadamente 17 horas; ante esta situación el ayuntamiento capitalino realizó una inspección, y en un informe con número de oficio D.E.A/479/09 de la dirección de ecología y aseo público del ayuntamiento capitalino dice: “se realizó una verificación de que no se utilicen materiales contaminantes durante la combustión en tanto se logra la reubicación de las ladrilleras”; sin embargo, la reubicación es algo que no ha llegado y en tanto, vecinos y propietarios de ladrilleras continúan con problemas.
La Jornada San Luis hizo un sondeo con vecinos del lugar y hay opiniones encontradas: “pues la verdad si echan mucho hubo cuando hornean los tabiques y si molestan” dijo un transeúnte; mientras tanto, otro vecino comentó: “pues si echan humo pero hay que tomar en cuenta que de ahí comen muchas familias, además de que generan empleos, pues es su forma de vida no están haciendo nada malo, mejor que el gobierno los apoye para que se modernicen”.
La fabricación de ladrillos es un trabajo que requiere mucho esfuerzo y es mal remunerado, para hacer los tabiques los ladrilleros se levantan a las cinco de la mañana, primero se remoja la tierra, después se bate y se va poniendo en los moldes, cuando seque ligeramente se desmolda y se pone a secar al sol, después se colocan uno sobre otro y se dejan así por tres días, posteriormente se mandan a los hornos los cuales trabajan con aserrín o troncos de madera, están en el horno por 17 horas continuas, este último proceso es el que le da el color rojo.
La comercialización de sus ladrillos también es algo complicado, pues a pesar de que cada pieza cuesta entre 75 centavos y un peso, no se venden tan fácil: “cuando vendemos hay para comer y cuando no hasta que se venda comemos, aparte está difícil que la gente venga hasta acá y son contados quienes venden sobre pedido”.
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