miércoles, 11 de mayo de 2011

Imposible trasladar el patrimonio cultural de Temacapulín, advierte cronista de Los Altos

Casillas Báez asegura que en la región hay sitios arqueológicos que deben ser protegidos

JORGE COVARRUBIAS

El patrimonio cultural que existe en el poblado de Temacapulín sería imposible de recuperar si logra realizarse la presa El Zapotillo, advierte el cronista de la región de Los Altos, Miguel Ángel Casillas Báez, quien fue designado perito en materia de patrimonio cultural para el desahogo del juicio de amparo número 204/2010 que se tramita en el Juzgado Quinto de Distrito en Materia Administrativa en el estado de Jalisco.

Casillas fue amenazado en el 2009 desempeñándose como director editorial del periódico Diario de Los Altos, con sede en Lagos de Moreno, según lo refirió él porque el rotativo informó los impactos negativos del proyecto hidráulico, que gobiernos federal y estatal impulsan para dotar de agua a Guadalajara, León y varias ciudades alteñas, dejando debajo del agua a tres poblados; el más grande, Temacapulín.

El peritaje del cronista señala que existen sitios arqueológicos que deben ser rescatados y protegidos por la legislación nacional.

“Los sitios arqueológicos son muy diversos y nos llevan a afirmar, como muchos estudiosos lo han hecho, que el río Verde que se encuentra en la región conocida como Los Altos en Jalisco, es un lugar privilegiado en información paleontológica, botánica, zoológica, por citar algunas de las áreas de interés, porque es el último reducto ambiental húmedo al septentrión mexicano, antes de internarnos en el territorio de la aridez y en los paisajes del desierto”, escribe el cronista.

Destaca que Temacapulín, situado entre cuatro cerros, ha sido paso obligado desde antes de la época colonial y durante el siglo XX se reforzó esa presencia con la mejora del camino que va desde el Valle de Guadalupe y Cañadas de Obregón, al sur del río Verde, hasta Mexticacán y el estado de Zacatecas, lo que implica que las barrancas del río Verde tienen un alto contenido de información paleolítica y arqueológica.

“Adicionalmente, la historia se ha verificado en las sendas de la batalla, del paso de las personas, de manera que Temacapulín es el centro y referencia necesaria para las alusiones a pueblos prehispánicos, a las referencias de la vida colonial y del siglo XIX mexicano. Según investigadores, se han encontrado vestigios de asentamientos humanos en el área cercana a Temacapulín que datan de 1321”, expone Casillas.

Citando a otros escritores, como la historiadora Silvia Quezada, el cronista refiere que Temacapulín fue centro de episodios trascendentales en la conquista de México por parte de los españoles. Ahí se reunieron el primer virrey de la Nueva España, don Antonio de Mendoza y Cristóbal de Oñate, quien iba acompañado de Miguel de Ibarra, con 50 soldados más, para planear el combate en contra de los nativos, del cual saldrían derrotados.

Fray Antonio Alcalde ordenó el establecimiento de un capellán y la construcción de una capilla temporal y del templo principal en 1759, el cual sería elevado a la categoría de Basílica Lateranense en 1959.

El cronista precisa que en el río Verde se encuentran vestigios, por docenas, tanto de pinturas rupestres como de cuevas en las que se han encontrado una variedad de objetos, desde aquellos labrados en obsidiana y piedras, como aquellos otros que dan cuenta de la vida colonial.

A pesar de que las autoridades han dicho en algunas ocasiones que trasladarán la Basílica y otros monumentos relevantes, Miguel Ángel advierte que no es posible la reubicación del patrimonio cultural.

“Es posible reubicar algunas expresiones culturales, pero serían nada más eso, expresiones culturales, porque ya no estarían en el entorno social en el que fueron creadas. Reiterando, no es posible la reubicación del patrimonio cultural cuando se plantea el traslado de una población determinada a otro sitio de poblamiento. A ese acto se le llama genocidio, porque hay un impedimento tácito y concreto por el que la sociedad no puede expresarse ni mantener las costumbres ni conservar sus valores, que no sus bienes materiales, al planteársele la extirpación definitiva de un emplazamiento geográfico para alentar a que la comunidad transcurra su vida social en otro sitio, con la esperanza inútil de que nada se altere en sus relaciones sociales”, precisa.

Miguel Ángel menciona que el patriomonio y la historia de Temacapulín no podrán ser reparados o mitigados con el contenido del Plan de Desarrollo Municipal de Cañadas de Obregón, ya que en dicho ordenamiento –que privilegia las actividades agropecuarias– ni siquiera se consideraba la desaparición del poblado, sino que la planeación contemplaba el desarrollo de la actividad turística como detonante para su crecimiento.

“Por otro lado, las autoridades impulsaron un proyecto llamado microrregión en el que estaba contemplado el mejoramiento de las vías de acceso, que permitirían a los turistas llegar con mayor facilidad al templo de la Virgen de los Remedios, construcción que data de 1759, así como fortalecer el turismo amante de los ecosistemas naturales, ya que Temacapulín posee una imponente cascada, dos balnearios de agua termal y en el ángulo religioso el Cristo de Temaca. Eso era lo que informaba el Plan de Desarrollo Municipal”, detalla.

Y añade: “La idea de inundar esta zona es inentendible, toda vez que el río Verde tiene un potencial hidráulico en el que pueden operarse la construcción de represas sin necesidad de alterar la vida humana de poblados como Temacapulín, Acasico y Palmarejo. Además, existe la factibilidad de construir una presa sobre el mismo río Verde pero antes de llegar al poblado de Temacapulín, sitio en el que incluso ya se invirtió dinero hace 50 años y se relegó como una opción menos viable que la extracción de agua desde Chapala para Guadalajara”.

Fuente: La Jornada de Jalisco

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