miércoles, 7 de julio de 2010

PGJ denigra a Fernández: Tlachinollan

FRANCISCA MEZA CARRANZA

El centro de derechos humanos Tlachinollan consideró que la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) denigró la memoria del integrante de la Organización del Pueblo Indígena Me’phaa (OPIM), Lorenzo Fernández Ortega –hermano mayor de Inés Fernández, quien fue violada en marzo de 2002 por militares–, al determinar que su muerte fue “un pleito de borrachos”, y exigió que la dependencia agote la línea de investigación relacionada con su trabajo como defensor de derechos humanos.

El domingo la PGJE informó en Chilpancingo sobre la detención de Ángel Silva Mejía El Burro, como presunto responsable del homicidio de Lorenzo.

De acuerdo con la dependencia, el móvil del asesinato fue que “debido a que el agraviado se negó a invitarles más cervezas para seguir bebiendo, causó la molestia de sus agresores, quienes primeramente discutieron con el agraviado y finalmente lo privaron de la vida”.

Al respecto, Tlachinollan emitió un comunicado en el que consideró que la investigación del caso de Lorenzo Fernández no fue ni expedita ni seria, porque permaneció más de dos años en el olvido.

“Con la información disponible, y considerando que durante la investigación prevaleció una posición hermética de la PGJE, que obstaculizó la coadyuvancia, no puede avalarse el resultado de la investigación de la PGJE. Menos aún atendiendo a que la justicia guerrerense ha mostrado reiteradamente ser parcial en los casos de defensores y defensoras, auspiciando la impunidad cuando los activistas son las víctimas, a la vez que criminaliza el activismo incluso mediante la fabricación de delitos”, se expuso.

Se informó que estarán atentos a llevar a cabo un minucioso análisis del expediente y se insistirá en que se deben de agotar las líneas de investigación relacionadas con el trabajo de Fernández como integrante de la OPIM

Lorenzo Fernández Ortega fue un integrante activo de la OPIM. El pasado 9 de febrero de 2008 fue desaparecido de manera forzada y el 10 de febrero su cadáver fue con visibles huellas de tortura, bajo el puente del río que cruza la ciudad de Ayutla, lugar en donde apenas tenía tres semanas trabajando como albañil.

Fuente: La Jornada de Guerrero
Difusión: Soberanía Popular

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