Fuente: La Jornada de Oriente (Tlaxcala)
Francisco E. Castro
Después de observar el operativo efectuado la semana pasada en el estado de Michoacán, por el que se ha arraigado a 30 personas en centros de detención de la policía federal como posibles apoyadores de diversos cárteles del narcotráfico y de observar también los alcances de dicha acción, se puede afirmar que es un esfuerzo desesperado por influir en el electorado para llevar votos al Partido Acción Nacional.
Una noticia impactante, sin duda, muy publicitada, que aún no ha tenido ningún resultado práctico. Porque si de combatir al crimen organizado se trata, no es con este tipo de operativos como se va a terminar con este tipo de grupos.
¿En qué medida se ha afectado a la organización y a la estructura operativa de los grupos de narcotraficantes?
La respuesta es que no hay resultados apreciables.
Ya pueden seguir organizando operativos contra empleados del gobierno en otros estados, así sea Chihuahua, Tamaulipas, Sinaloa, Baja California o los que quieran. Le pegan a las estructuras gubernativas locales que, como casi todo en el gobierno mexicano, están profundamente corrompidos, pero esas acciones no han afectado la labor de zapa de la delincuencia organizada, porque precisamente es otro el resultado esperado.
Los efectos mediáticos deseados por el gobierno federal están a la vista, sin resultados prácticos en la lucha contra la delincuencia organizada que afecta a la sociedad mexicana.
Ya falta muy poco para que los estrategas del gobierno federal vean resultados de su campaña, el primer domingo del mes de julio.
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