Expresas de Atenco en Jalapa.
Fuente: El volador
LA TORTURA SEXUAL es un instrumento de represión política del estado mexicano para alcanzar fines como romper el tejido colectivo solidario. Esta reflexión nos aportaron el 21 de mayo Italia Méndez y Norma Jiménez, jóvenes adherentes a la Sexta Declaración de la Selva Lacandona y ex presas de conciencia en los penales de Santiaguito y Molino de las Flores, tras el operativo del estado mexicano contra el pueblo de Atenco y la Otra Campaña de mayo de 2006.
Los compañeros estaban sumidos en la desgracia –explicó Italia Méndez-, se sentían culpables ya que creían que su papel era defenderlas. “Violaron a nuestras mujeres”, expresaban. A lo que las compañeras presas contestaban: “yo no soy la mujer de nadie”. El estado tiene planeado esto porque sabe del tabú que es la sexualidad, por eso deliberadamente usaron la tortura sexual. Antes no había sido denunciada, quedaba callada en la denuncia general de tortura física y psicológica.
Pero las expresas políticas de Atenco reflexionaron: “Nosotras no somos débiles ni víctimas, los compañeros no son culpables, el culpable es el estado.”
Dado que las finalidades de la represión política incluyen atemorizar a la población e incluso transformarla a través del miedo para que se vuelvan colaboradores, ellas tuvieron que romper el miedo. En lugar de negarlo y pensar que no pasó, denunciarlo, contra los obstáculos de un aparato judicial hecho para preservar la impunidad de los políticos y policías, porque para el poder es peligroso que se organice la gente como lo estaban haciendo el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra y la Otra Campaña.
Norma Jiménez, Italia Méndez y Mariana Selvas iniciaron una Campaña Contra la Violencia Política y la Tortura Sexual para llevar a distintas ciudades de México y de otros países, no solo el testimonio, sino para mostrar cómo la solidaridad puede ayudar a evitar que las finalidades del poder y su violencia se cumplan.
Llevan la denuncia ante las instancias de justicia de México, como la Procuraduría General de la República y enfrentan el hostigamiento por atreverse a denunciar al estado por tortura, no porque esperen justicia del estado, sino para no dejar que se cierre el cerco del miedo, el silencio y la impunidad; conscientes de que su libertad la obtuvieron por la presión política y la movilización social de la Otra Campaña y de presencias solidarias permanentes, como el plantón en apoyo a los presos que estaban en Santiaguito y hoy están en el penal de Molino de las Flores.
Esta resistencia de las ex presas de conciencia está logrando no solamente el objetivo de romper el miedo y el silencio, además está ayudando a reconstruir el tejido social atacado al concitar el reencuentro de integrantes de la Otra Campaña y de personas solidarias. Y ellas lo dicen, el estado mexicano no ha logrado derrotar a la solidaridad, como la que llevó a coordinar esfuerzos con colectivos de la Ciudad de México, como Axolote, que trajo con éxito la exposición y venta Aventarte por la Libertad, en apoyo a los 12 presos de Atenco, y con los colectivos de Barcelona: Barrikada Zapatista y Nómada- Sintópico. En Xalapa participaron adherentes individuales a la Sexta, estudiantes solidarios, algunos de ellos libertarios, y los colectivos Independencia de la Juventud Comunista, ediciones Okupando y Zapateando.
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