Fuente: La Jornada de Morelos
Escrito por Kathia Jasso Blancas
Viernes, 05 de Junio de 2009 00:00
CUERNAVACA. Agremiados del Sindicato de Trabajadores de Nissan Mexicana aseguraron que los directivos de la empresa manipularon a la dirigencia gremial, para llevar a cabo una estrategia, mediante la cual se consiguió el despido de trabajadores.
Los agremiados aseguraron que su líder, Andrés Lozano Rojas, “cayó en el juego” de la empresa que fraguó de manera alevosa un plan que comenzó con los paros técnicos y que concluyó con la baja de más de 200 obreros en lo que va del año, y cuyo objetivo principal era eludir, por primera vez en la historia de la factoría, un aumento salarial.
Mediante manipulación, acusan, los directivos convencieron al dirigente para que a su vez persuadiera a la base trabajadora de que iniciar una huelga sería incluso peligroso, porque se aseguró que estaban en bodega ocho mil unidades. “Los trabajadores nos espantamos, una cantidad así parada y una huelga, hubiera significado una afectación fatal para la empresa”.
Al final, la firma ganó este “primer round”, porque resultó falso la acumulación y por primera ocasión se otorgó un bono a cada trabajador pero libró satisfactoriamente el aumento salarial, con la complicidad, consiente o no, de Lozano Rojas.
Antes de la revisión salarial, los trabajadores suspendían actividades dos días y producían 460 unidades diarias por dos turnos, es decir se dejaban de producir 910 unidades.
Tras cancelar los paros técnicos, se dejó abierto sólo un turno y ahora se producen 310 unidades diarias en la planta uno donde se produce el modelo Tiida (50) y Tsuru GS (260) que, a decir de los agremiados, éste último “es el que nos está dando de comer”. En la planta dos se producen 150 unidades por día de una camioneta.
Este movimiento de la empresa “debemos reconocer que fue inteligente”, porque se ahorró más paros técnicos y ya no se suspenden actividades. No obstante, actualmente en los patios de la armadora se encuentran paradas seis mil unidades. En los mejores tiempos de la factoría, apenas se contaban 2 mil unidades detenidas.
La segunda victoria que los trabajadores apuntan para la firma nipona, es que disfrazó un despido masivo con permisos sindicales que promovió en abril para 50 trabajadores eventuales y 90 de base a quienes expulsó sin goce de sueldo.
Afirman que entonces la empresa advirtió a 68 trabajadores que continuarían trabajando pero que a partir del 1º de junio se les otorgaría, involuntariamente, un permiso sindical para correr la misma suerte que los primeros 140 trabajadores.
En noviembre es el cambio de comité directivo del sindicato y algunos obreros perciben que Andrés Lozano buscará la reelección, sin embargo, se enfrentará a una base trabajadora sumamente dividida porque es claro que la empresa “lo ha utilizado” para consolidar objetivos patronales en perjuicio de la base trabajadora.
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