La Jornada de Oriente (Puebla)
MARTÍN HERNÁNDEZ ALCÁNTARA
La Dirección de Patrimonio del ayuntamiento de Puebla pretende edificar una clínica de rehabilitación para drogadictos en la zona de Tlapacoyan, al sur de la capital, un área considerada de alto riesgo, pues abundan las barrancas y muchas de éstas han sido rellenadas con desechos, lo cual implica un riesgo para cualquier construcción en caso de movimientos telúricos, precipitaciones pluviales, hundimientos y deslizamientos.
No sólo eso, algunas empresas inmobiliarias están haciendo gestiones para que en esa misma zona en una extensión aproximada de ocho hectáreas se construyan complejos habitacionales, lo que significaría la perdida de los pocos predios marcados en la Carta Urbana como Parque Urbano, desperdiciando la posibilidad de tener ese tipo de espacios, cuando la ciudad tiene un elevado déficit de áreas verdes por habitante.
En los hechos, el terreno para la clínica en cuestión presenta contradicciones legales, pues aunque su suelo está autorizado para uso habitacional, la Carta Urbana vigente establece que es también un parque urbano; es decir, una zona de conservación ecológica.
El lote donde se planea edificar la clínica mide 8 mil metros cuadrados y forma parte de la zona conocida como Barranca de Tlapacoyan, la cual se formó con extensiones de las haciendas de San Bartolo y Chapulco, donde fueron reubicados campesinos oriundos de Valsequillo cuando se construyó la presa Manuel Ávila Camacho en la década de los 40.
El conjunto habitacional IVI del Cobre, el área de donación en donde pretenden construir la clínica y donde dos de los grupos inmobiliarios gestionan un nuevo cambio de uso de suelo para vivienda, forma parte de un lote que medía oficialmente sólo 49 mil metros cuadrados, superficie que estaba rodeada por barrancas, pero a principio de la década anterior su extensión aumentó a 85 mil metros cuadrados, casi el doble de la medición original. El dramático incremento sucedió sin un decreto oficial de por medio.
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