Celebraciones

Fuente: La Jornada de Oriente (Tlaxcala)

Francisco E. Castro

Hace 26 años, la retórica oficial de nuestro país cambió el paradigma con que manejaba toda la política mediatizadora, al dejar de lado el concepto revolución: que si le debíamos tanto a la revolución, que si era la primera revolución social del siglo XX, que si la revolución se había bajado del caballo, que si se había llegado a la etapa constructiva de la revolución, que tanto sirvió al discurso oficial y a sus beneficiarios. Como dice Carlos Fuentes: antes y después de la revolución, aparecen los mismos apellidos, únicamente cambian los sectores de importancia: de explotadores terratenientes, pasan a ser banqueros e industriales.

Para el sexenio de Miguel de la Madrid, se inició la manipulación de otro tipo de lenguaje donde el centro lo ocupaba el concepto de democracia: que la modernización de nuestro país sería plena si profundizábamos en nuestro proceso democrático, que debíamos ingresar al concierto de países democráticos, que la democracia debe ser nuestro destino, etc.

A la fecha, los beneficiarios del sistema se rasgan las vestiduras por la construcción de la democracia mexicana, lo que no les impide seguir llevando agua a sus molinos... con la entrada del neoliberalismo y los modelos de globalización de la economía.

Por eso, al empezar a hablar de la celebración del 200 aniversario del movimiento que dio origen a nuestra Independencia de México, así como el centenario del inicio de la Revolución Mexicana, los representantes de grupos en el poder, tanto del mundillo “oficial” como de los poderes fácticos, con cierta perplejidad no saben cómo insertar esos conceptos contra los que han luchado desde sus trincheras ideológicas, religiosas y de manipulación de las conciencias, para tratar de perpetuar esos grupos en el poder.

Veremos que hacen para la celebración de dos fechas tan importantes que tendrán lugar el próximo año.