Fuente: La Jornada de Oriente (Puebla)
JAVIER PUGA MARTINEZ
Productores de maíz de San Andrés Azumiatla, Calpan y San Martín Texmelucan manifestaron su oposición a la siembra de semilla transgénica en el estado de Puebla, a pesar de que el gobierno federal avaló ese tipo de cultivo de forma experimental.
Afirmaron que se trata de un golpe a la planta productiva del estado, y que su introducción es un atentado contra la cultura alimentaria de la población, particularmente de indígenas y campesinos, y contra las diferentes variedades de maíz criollo.
Los pequeños productores, afiliados a la Unión General de Campesinos y Obreros de México (UGCOM), exigieron a la administración estatal una postura al respecto, y ésta debe ser de total prohibición a la introducción de transgénicos en la entidad.
El líder de esta agrupación, Hilario Alonso Flores, sostuvo que la llegada de maíz genéticamente modificado no va a resolver los problemas en el agro poblano; por el contrario, generará mayor contaminación del suelo y el agua, ya que el uso de transgénicos requiere emplear más cantidades de fertilizantes y químicos para combatir a otro tipo de plagas.
Afirmó que la llegada de ese tipo de semilla sólo es un negocio para las trasnacionales como Monsanto, pues su costo es excesivo, por lo que se requerirán de mayores recursos para comprarlas frecuentemente. Además, señaló que a muchos campesinos se les obligará a comprarla.
Aseveró que el gobierno del estado de Puebla debe crear las condiciones necesarias para que los productores se encaminen hacia una agricultura de maíz orgánico, como ya está ocurriendo incluso en países industrializados.
Puebla, pionera en transgénicos
En 2001 fueron descubiertos en la Sierra Norte de Puebla y en el estado de Oaxaca los primeros sembradíos contaminados con maíz transgénico en el país. El Instituto de Ecología de la Universidad Nacional Autónoma de México confirmó la coexistencia de esas plantas en cultivos tradicionales en la zona de Tehuacán.
El pasado 6 de marzo, en el Diario Oficial de la Federación fue publicado un decreto que autoriza la siembra de transgénicos de forma experimental, aunque se prevé que este es el primer paso para la autorizar el comercio de transgénicos en el país, consignó en su edición de ayer La Jornada.
En julio de 2008 iniciaron en Puebla los primeros trabajos del Proyecto Maestro de Maíces Mexicanos (PMMM), el cual, de acuerdo con la Secretaría de Desarrollo Rural del estado, pretende recolectar, caracterizar y clasificar el material genético de las diversas variedades criollas y nativas de maíz en la entidad para preservarlos en bancos de germoplasma.
Lo anterior está acompañado de procesos de investigación y desarrollo para seguir descubriendo las potencialidades alimenticias, bioquímicas e industriales del maíz.
La dependencia aseguró en aquella ocasión que el proyecto está orientado a la elaboración de productos, creación de empresas y desarrollo de estrategias de comercialización, en beneficio directo de los productores campesinos e indígenas poblanos.
Sin embargo, de acuerdo con el portal informativo imagenagropecuaria. com, el PMMM está financiado con recursos de un fideicomiso que está integrado por el Consejo Nacional de Productores Agrícolas de Maíz Mexicano, el gobierno de Puebla, la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro y, paradójicamente, la trasnacional Monsanto.
En ese momento se integraron 88 productores, principalmente de la Sierra Norte, a quienes se les invitó a participar “en la conservación in situ de dichos maíces y conformar las redes de custodios que velarán por la diversidad genética del maíz en toda la República”. A los campesinos se les pagaría un servicio ambiental “que equivale a un Procampo”, según consignó en aquella ocasión ese portal informativo agrícola.
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