sábado, 14 de marzo de 2009

Privaron criterios morales en la reforma contra el aborto y la eutanasia: Lozano


Fuente: La Jornada de Oriente (Puebla)

MÓNICA CAMACHO

En medio de un fuerte operativo de seguridad por parte de los granaderos de la Policía Estatal, el Congreso estatal aprobó la reforma a la Constitución local que impide la despenalización del aborto y de la eutanasia, pese a la intervención del coordinador de la fracción parlamentaria del PRI en la Cámara de Diputados, Emilio Gamboa Patrón, quien envió una comisión de legisladoras federales a Puebla para detener la iniciativa.

La líder de la bancada del PRD del Congreso estatal, Irma Ramos Galindo, anunció que presentará una acción de inconstitucionalidad ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) para echar abajo la modificación, pues no sólo infringe la carta magna federal y tratados internacionales de derechos humanos, sino que incluso contradice la misma Constitución estatal.

La reforma fue aprobada en lo general con el apoyo de 29 diputados de los 41 que integran al Poder Legislativo, y fue impulsada a través de una alianza formada por los diputados del PRI y el PAN, quienes hicieron oídos sordos a las protestas ciudadanas que se realizaron a lo largo del día en el Congreso.

Las modificaciones constitucionales obligan al Estado a proteger la vida humana “desde la concepción hasta la muerte natural”, con lo cual bloquean la despenalización del aborto dentro de las 12 semanas de gestación, así como la eutanasia.

La llamada de Gamboa

Desde que inició la sesión a las 10 de la mañana, activistas de Mujeres por la Democracia y de la Red de Democracia y Sexualidad arribaron a las instalaciones del Congreso local para externar su rechazo hacia la reforma constitucional.

“Ni de la iglesia ni del Estado, mi cuerpo es mío”, “Derechos sexuales son derechos humanos”, “Eutanasia sí” y “No soy depósito de embriones”, fueron algunas de las consignas que se podían leer en las pancartas de mujeres de diversas condiciones: estudiantes y académicas, solteras y casadas, heterosexuales y lesbianas, quienes se unieron para exigir la cancelación de la iniciativa.

Pese a la renuencia de los elementos de seguridad a permitirles el acceso al salón de plenos, al final los legisladores aceptaron su ingreso y permanencia en galerías, desde donde abuchearon y aclamaron las posturas de los legisladores.

Los primeros en subir el tema a tribuna fueron los legisladores José Manuel Benigno Pérez Vega (PT), Irma Ramos Galindo y Melitón Lozano Pérez (PRD), quienes advirtieron que el proyecto es una contrarreforma inútil, autoritaria, sin sustento e inconstitucional.

“Es una reforma tradicionalista, conservadora, que no reconoce la diversidad social y que es a todas luces discriminatoria. Atenta contra derechos fundamentales de las mujeres, porque les impide ejercer sus derechos a la autonomía reproductiva y a la libertad de conciencia”, criticó Lozano, al señalar que privaron criterios morales por encima de los argumentos jurídicos.

A sabiendas de que no reunían los 14 votos para echar abajo la iniciativa, Ramos y Lozano presentaron un punto de acuerdo para pedir que la propuesta regresara a comisiones con el fin de que fuera analizada a detalle y se sometiera a foros de consulta, sobre todo porque trascendió que el proyecto apenas se analizó durante seis horas en la Comisión de Gobernación; sin embargo, 30 diputados del PRI y del PAN no les permitieron siquiera dispensar el trámite para ser sometido a votación, por lo que los activistas estallaron en gritos. “¡Traidores!”, era la única palabra que se distinguía entre los reclamos.

En respuesta, Irma Ramos, integrante de la mesa directiva, salió a tribuna con dos cartulinas a favor de la despenalización del aborto y la eutanasia que colocó frente al presidente de la Gran Comisión y uno de los principales impulsores de la propuesta, José Othón Bailleres Carriles, quien soltó una risa nerviosa y desvió la mirada en un intento de ignorar el desafío, mientras el diputado por el PT Manuel Fernández García fijaba una postura contra la reforma, Ramos pegó las cartulinas en la mesa de discusiones con cinta adhesiva para que quedará a la vista de todos los asistentes a la sesión.

En tanto, Melitón Lozano subió con una imagen tamaño doble carta de Benito Juárez que colocó en el mismo lugar con un rótulo que decía a la letra: “Te quieren traicionar”. El rostro blanco de Bailleres Carriles se encendió en un rojo intenso.

El coordinador de la fracción parlamentaria del PRI aún no recuperaba la calma cuando sonó su celular. Al escuchar la voz al otro lado del auricular su expresión se endureció, y sin dar una explicación a la mesa abandonó la sesión, dejando a cargo a la legisladora Erika Suck Mendieta.

El motivo de su salida se conocería horas más tarde: el coordinador de la bancada del PRI en la Cámara de Diputados, Emilio Gamboa Patrón, se comunicó directamente con el gobernador Mario Marín para exigirle parar la iniciativa, y no sólo eso, advirtió al gobernador que una comisión de legisladoras federales, encabezada por la priista Yolanda Rodríguez, ya estaba en camino para sostener un encuentro con él y los diputados locales.

“Yo siempre he sido muy respetuoso del Congreso –de la Unión–”, alegó Marín; “se te viene una controversia muy grande”, respondió Gamboa sin dar mayores explicaciones, según versiones extraoficiales que dieron a conocer legisladores del PRI.

Las gestiones federales

Alrededor de las 3 de la tarde los diputados llamaron a un receso de tres horas. En ese lapso, las diputadas federales Yolanda Rodríguez (PRI), Martha Tagle (Convergencia), Rosario Ortiz (PRD), Elsa Conde (PSD) y Marina Arvizu (PSD) se trasladaron a la ciudad de Puebla en helicóptero para reunirse con el mandatario poblano y los legisladores locales.

En los encuentros –el primero en Casa Puebla con Marín y el segundo en el Congreso con los diputados–, las legisladoras advirtieron que la reforma tenía que cancelarse por contravenir la Constitución y contradecir la carta magna estatal, al establecer que la vida humana surge desde la concepción.

Las modificaciones violan el artículo 4 de la Constitución federal, explicó a los medios de comunicación Rodríguez, porque “sacrifican en forma absoluta los derechos fundamentales de las mujeres al considerarlas como un mero instrumento de la vida en gestación”.

Respecto a la carta magna local, aseguró que contradice el artículo 12, en el que se determina que las autoridades del estado tienen que asegurar la vida desde el nacimiento, por lo que advirtió: “si se aprueban las modificaciones en ese término se violaría el principio jurídico de certeza”.

En tanto, la secretaria de la Comisión de Equidad y Género de la Cámara de Diputados, Martha Tagle, advirtió que las modificaciones forman parte de un movimiento nacional que realiza el PAN en 10 entidades –tres con gobernadores priistas– para contrarrestar la despenalización del aborto en el DF.

La sesión del Congreso se retomó a las 6 de la tarde, y tras cuatro horas de intenso debate la iniciativa fue aprobada en lo general con el voto en contra de 10 diputados de PRI, PRD, PT y Convergencia, mientras medio centenar de granaderos resguardaba el recinto legislativo de los activistas que abarrotaron el patio del Congreso estatal para protestar por la decisión.

“Viva Cristo Rey y muera el mal gobierno. Adiós al Estado laico”, ironizó la diputada de Convergencia Carolina O’Farrill, quien sentenció a los legisladores que aprobaron la propuesta: “ahora tendrán que responder por las mujeres que serán asesinadas en clínicas clandestinas. Pasarán por genocidas”.

Al cierre de esta edición, los diputados aprobaron la fracción que obliga al estado a proteger la vida “desde la concepción hasta la muerte natural”.

La sesión del Congreso se retomó a las 6 de la tarde sin permitir el paso a los manifestantes ni a los medios de comunicación, quienes tuvieron que acceder por la fuerza al recinto para poder presenciar las votaciones.

Fuera del pleno, activistas abarrotaron el patio del Congreso estatal, desde donde reclamaron el actuar de los legisladores con gritos, consignas y pancartas; ante esto, Bailleres ordenó un operativo de seguridad compuesto por 50 granaderos, quienes a las 8 de la noche llegaron al recinto para rodear a los inconformes y resguardar los accesos al salón.

Alrededor de las 10 de la noche, Bailleres y el coordinador de los diputados panistas, Eduardo Rivera Pérez, lograron que 20 legisladores del PRI y los ocho del albiazul respaldaran el proyecto, a quienes se sumó el voto del diputado del Panal Pablo Contreras Castillo, quien salió al baño durante el conteo.

Los diputados que votaron en contra fueron García Olmedo, Melitón Lozano, Irma Ramos, José Manuel Pérez Vega, Manuel Fernández y Carolina O’Farrill, a quienes se les sumaron los priistas Luis Alberto Arriaga, Jorge Alfonso Ruiz Romero, Malinalli García Ruiz y Barbara Ganime Bornne. Los legisladores Gustavo Espinosa y Mauricio Hidalgo González (PRI) se abstuvieron.

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