ARTURO ALFARO GALÁN
El ex rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Juan Ramón de la Fuente Ramírez, reprochó al gobierno federal haber “engañado” a las universidades públicas, al referir que durante años les aseguraron que no había dinero para invertir en la educación superior, mientras que en “menos de cinco minutos” desembolsaron millones de dólares para rescatar a las instituciones financieras perjudicadas por la actual crisis económica que impera en el país.
Ante la negativa de las autoridades federales –dijo– las universidades tendrán como principal reto promover la construcción de un modelo de educación que permita a los estudiantes egresados incorporarse de manera más eficiente al mundo laboral, a fin de combatir los actuales índices de desempleo y deserción escolar.
De la Fuente indicó que mientras los gobiernos en Canadá, Estados Unidos, Francia, Alemania y Finlandia han invertido en el capital universitario, creando más infraestructura para las universidades públicas y los espacios para el desarrollo de la ciencia, tecnología y la cultura, el futuro en México en esta materia aún está incierto.
“El gobierno ha invertido millones de pesos, de dólares, para rescatar a los sectores que están siendo perjudicados con esta crisis económica, y en ese sentido mi pregunta sigue siendo: ‘¿había o no había dinero?’, porque durante mucho tiempo a las universidades nos engañaron, están escatimando el dinero en las personas en las instituciones públicas, lo que está provocando un crecimiento con desigualdades sociales”, acotó.
Ayer, el ex rector de la UNAM participó en el panel “La importancia de la educación superior en la crisis global”, que se realizó en el Teatro del Complejo Cultural de la Universidad Autónoma de Puebla (UAP), donde también asistieron Serafín Ortiz Ortiz, rector de la Universidad de Tlaxcala; José Martínez Vilchis, del estado de México; Luis Gil Borja, de Hidalgo; Silvia María Concepción, de Michoacán, y como anfitrión, Enrique Agüera.
Durante su exposición, Juan Ramón de la Fuente –quien recibirá este día el doctorado Honoris Causa por la UAP– retó a los directores de las universidades públicas del país a “ocupar a los egresados que están desempleados” mediante un programa nacional para brindar capacitación, asesorías, talleres, conferencias, incluso emplearlos para mejorar los programas educativos de las instituciones, a fin de invertir en el capital humano.
Expuso que mientras el gobierno federal continúa en la negativa de capitalizar la investigación, la infraestructura, la cultura y la ciencia universitaria, “los rectores debemos estar comprometidos con la sociedad”, por lo que exhortó al Congreso de la Unión y a los directores educativos a impulsar un programa nacional que combata los índices de desempleo en México.
“Todos los universitarios de Puebla, Hidalgo, Michoacán y del país pueden asistir a las casas de estudio para que el egresado que pierda el empleo encuentre el cobijo y apoyo de la universidad pública de su estado. Me parece importante que en lugar de estar desolado, el universitario pueda plantear acciones a favor de la comunidad. Eso será una muestra del pacto de las instituciones con la sociedad”, manifestó durante su exposición.
Asimismo, el ex rector de la UNAM afirmó que mientras en el mundo diferentes países se están preparando ya para la reinserción global, una vez que concluya la crisis económica, mediante la canalización de apoyos masivos y recursos para la educación y el desarrollo científico y tecnológico, el Estado mexicano aún no tiene respuestas para ello.
“Los países están planteando respuestas, no sólo miran al pasado, sino que están viendo hacia el futuro, porque la crisis llegará a su fin, la recesión algún día terminará, y la diferencia es que hay naciones que se están preparando para reinsertarse en la economía global cuando la coyuntura termine, pero hay países, como nosotros, que sólo vemos hacia atrás”, subrayó.
De la Fuente lamentó que el Estado mexicano carezca de respuestas y no haya anunciado ningún plan de rescate con recursos específicos para la educación en este sentido, producto de la visión de corto plazo que ha caracterizado a los últimos gobiernos.
En su turno, Enrique Agüera Ibáñez indicó que la actual situación financiera del país representa una pérdida de valores en el ser humano, que ha perdido su capacidad de interés hacia los problemas colectivos y se ha centrado en un individualismo.
“Es indispensable avanzar hacia el aseguramiento de la convivencia social, hoy vulnerada y golpeada desde la economía, la política, la impunidad, el crimen, la desigualdad y la pobreza, y es imprescindible, además, restablecer una relación benéfica entre el hombre y la naturaleza que otorgue viabilidad a nuestra supervivencia como especie”, apuntó.
El rector de la UAP señaló que la actual crisis que aqueja al mundo no solamente es financiera, sino que también es una crisis de valores que tiene como factor principal el abandono al ser humano; “no tan sólo es el desgaste del sistema capitalista; en realidad enfrentamos los estragos de los efectos globalizadores de la disparidad de las relaciones norte–sur, de la creciente brecha científica y tecnológica, no sólo entre naciones, sino entre generaciones”, expresó.
Por su parte, Luis Gil Borja, rector de la Universidad Autónoma de Hidalgo, manifestó su preocupación ante la crisis global, pues el papel de las instituciones públicas de educación superior deberán sortear problemas como el financiamiento para la construcción de infraestructura, una caída en la demanda estudiantil, la creación de pasivos en las finanzas universitarias, el incremento en los costos de tecnología, ciencia, cultura, además de la contracción que representa un recorte presupuestal para los investigadores.
“Los apoyos del gobierno son limitados, y los problemas que estamos encarando son múltiples, pues la crisis económica no sólo afecta a las instituciones bancarias y de crédito, al sector automotriz, sino que también perjudica a la calidad de la educación y las ofertas que nuestras casas de estudio deben mantener”, aseveró.
En tanto, Silvia María Concepción, de la Universidad de Michoacán, precisó que las instituciones educativas están consideradas en el primer escalón del índice de confianza entre la ciudadanía, junto a la iglesia, el Ejército mexicano y los medios de comunicación, respectivamente, mientras los partidos políticos, diputados federales y local, policías, sindicatos y senadores son los peor calificados.
Por ello, indicó que el compromiso de las escuelas públicas para brindar respuestas a la sociedad emana de una “legítima necesidad”, por lo que llamó a los sectores y grupos minoritarios no interponer los intereses personales ante los reclamos de las mayorías, a fin de tener resultados en el menor tiempo posible.
“En realidad lo que nuestro país requiere es una serie de brazos multicolores, multisectoriales y multitemáticos para albergar nuestras necesidades. Es necesario impulsar una gran alianza con todos en México, y nosotros no sólo tenemos las propuestas, sino las herramientas para hacerlo”, detalló.
Por último, Serafín Ortiz Ortiz, rector de la Universidad de Tlaxcala, propuso a los rectores asistentes crear un modelo que incluya la consolidación del Homo Universitatis, que consiste en el desarrollo de programas educativos con plusvalía para los estudiantes, quienes al término de sus estudios estarán preparados para enfrentar los problemas económicos con una visión humanista.
Entre las características que mencionó destacan que el egresado tendrá capacidad de análisis, predicción, con sentido propositivo, de innovación e investigador, que junto con una “personalidad de alto impacto” podrán encarar los retos del futuro. Además, indicó, tendrán capacidades diferentes a los universitarios de otras instituciones de educación superior, pues tendrán valores demócratas, de solidaridad, con sentido claro de la verdad, coexistentes y universales, concluyó.
Fuente: La Jornada de Oriente (Puebla)
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