Por Carlos Escorcia Polanco.
La Oligarquía blancoide de Nicaragua perdió las elecciones municipales porque la derrotó una avalancha de robos y saqueos perpetrados durante 17 años durante los cuales jinetiaron el macho y fracasaron.
Arnoldo Alemán se robó 100 millones de dólares y Eduardo Montealegre, su ministro de la presidencia malversó, sin siquiera llegar a la presidencia, 600 millones.
A la Oligarquía blancoide no la derrotó Roberto Rivas, presidente del Consejo Supremo Electoral. A la Oligarquía la derrotaron los programas sociales del gobierno de Daniel Ortega como los programas Hambre Cero, Usura Cero, Calles para el pueblo, los títulos de propiedad otorgados a miles de pobladores, los subsidios a los granos básicos con precios rebajados hasta un 50%.
A la Oligarquía blancoide la derrotó el programa ³Misión Milagro² mediante el cual cuatro mil nicaragüenses viajaron a Cuba para operarse los ojos de Cataratas, con gastos pagados por el gobierno venezolano, operación que jamás pudieron practicarse durante los 17 años de economía social de mercado, como eufemísticamente le llamaban al capitalismo salvaje que practicaron las paralelas históricas de timbucos y calandracas.
A la Oligarquía nicaragüense la derrotaron los programas sociales del gobierno Sandinista como el programa Calles para el pueblo, el cual burlescamente la oposición antisandinista llamaba ³pavimento electorero². A los candidatos del Partido Liberal Constitucionalista, PLC, lo derrotaron la gratuidad de la salud, educación y las becas estudiantiles que algunos ex-sandinistas con desprecio descalificaban como ³becas prebendarias.²
A la Oligarquía pro estadounidense la derrotaron las 25 mil cocinas de gas entregadas a pobladores pobres, la rápida y masiva intervención gubernamental luego del arrasador incendio del mercado Oriental, al otorgar créditos inmediatos y con enormes facilidades para las vivanderas afectadas.
A la Oligarquía conservadora, provinciana, explotadora, parroquial, reaccionaria y vendida a intereses extranjeros, la derrotó el precio subsidiado del pasaje del transporte urbano, el cual no ha subido desde que Ortega asumió la presidencia. Para los antisandinistas fue un fiasco politico el fin de los apagones, luego que el fluído eléctrico era interrumpido hasta por 12 horas diarias durante los dos años del multimillonario empresario presidente Enrique Bolaños.
A menos de 6 meses del nuevo gobierno revolucionario se terminaron los apagones. Con mucha ira y desesperación pero sin creatividad política, los enemigos históricos cínica y descaradamente decían que si la normalización del suministro de energía iban a beneficiar políticamente al presidente, entonces ³que sigan los apagones² sin importarles que el pueblo no podia guardar ni la carne, ni la leche, ni los huevos con catastróficas consecuencias para los mas pobres.
Bastaron dos años de programas sociales del gobierno revolucionario del presidente Ortega para que el pueblo notara la marcada diferencia entre tres gobiernos que empobrecieron y saquearon al pueblo. Durante los tres gobiernos de corte empresarial, (Chamorro, Alemán, Bolaños) menospreciaron a los sectores pobres, ignoraron a los obreros y convirtieron a Nicaragua en un receptor de remesas, proliferando la prostitución, los restaurantes McDonalds, las pandillas y el narcotráfico.
Los sectores opulentos no salen de su asombro cuando el presidente Ortega celebra ceremonias oficiales en los barrios marginados, recibe cartas credenciales de diplomáticos extranjeros ante humildes moradores, mientras firma convenios de cooperación, incluso con el mismísimo embajador de Estados Unidos, la comunidad europea o el Banco Mundial.
Al multimillonario banquero, acusado de malversación lo derrotó un pueblo humilde cansado de humillaciones y exclusiones. La derrota de Eduardo Montealegre era la crónica de una muerte anunciada. Habia sido advertido por la propia embajada estadounidense que se encaminaba a una derrota segura. ³Estaba escrito² dijo Francisco Chamorro, uno de los mas lúcidos intelectuales de la Oligarquía Nicaragüense.
Fuente: Alternativa Bolivariana.
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