martes, 2 de diciembre de 2008

Asimetrías: En el Tercer Año…

Fausto Fernández Ponte

"La ineptitud es redimible, pero la aptitud para ser inepto y corrupto es irredimible".
Siboney Ponte

I

El lunes, primer día de diciembre, Felipe Calderón inició el tercer año de su Espuriato –es decir, su presidencialado espurio-- y el contexto dentro del cual ocurre ese trance no puede ser más ominoso.

Ese contexto, si bien no puede ser más ominoso de lo que objetivamente discernido es, tiene dialéctica propia: el movimiento es ley inexorable de lo existente; unas cosas dejan de ser para dar nacimiento a otras. ¿Qué nacerá?

Uno de los componentes de esa dialéctica es el de la esperanza sexenal; éste es un contrapuesto del desaliento que causa la percepción pública, muy arraigada y extendida, de la inepcia y corrupción en el poder.

Esa inepcia es verismo insoslayable. El registro que el pueblo– vocablo cuyo uso asusta a ciertos emisarios del nonato futuro neoliberal, pero a punto de abortar su gorgónico feto-- se nutre de la realidad.
Y esa realidad ofrece al mexicano raso muchos vectores y elementos para discernir que no sólo el Espuriato es inepto, corrupto, cínico y falaz, sino todo –sí, ¡todo!— el Estado mexicano mismo, con una excepción notabilísima.

Pero, ¿cuál es esa excepción notabilísima? Nada menos que el pueblo de México, componente principal del Estado mexicano, entendido éste no como un cuerpo de instituciones gobernadoras y rectoras, sino como lo que vero es.

II

Y lo vero resulta ser que el Estado, según la teoría convencional, es la ordenación jurídica y política de la sociedad. Es el régimen de asociación humana más amplio y complejo de cuantos ha conocido la historia del hombre.

El Estado –nos lo dicen Rawls y Borja— es una sociedad política totalizadora, completa y cerrada, en el sentido de que el ser humano encuentra en ella cabida para todos los propósitos o fines importantes de su vida.

Esos fines son físicos, espirituales y morales. El hombre no puede retirarse del Estado o aislarse de él como lo hace de cualquier otra asociación, salvo por cambio voluntario de una nacionalidad a otra. Pero puede modificar al Estado.

La teoría marxista describe al Estado como la expresión política del poder de una clase o bloque de clases o estratos sociales sobre otras mediante instituciones cuya función es la de asegurar la estructura económica.

Tal es el caso en México. Esa es la disfunción actual del Estado mexicano, cuya finalidad estratégica es fortalecer y extender dicha estructura económica en un territorio dado --el nuestro— según imperativos geopolíticos estadunidenses.

Desde esa perspectiva, la clase dominante –o bloque de clases o estratos sociales dominadores de los otros, que son la mayoría del pueblo de México— ha servido sólo a intereses propios y de la metrópoli filosófica e ideológica, EU.

III

Pero ello ha acentuado la crisis de las crisis económica, política, societal y cultural mexicanas ocurrentes, y bloqueado por añadidura todas las vías y espitas de escape convencionales a sus consecuencias lacerantes.

Vuélva el caro leyente sobre el elemento dialéctico de la esperanza societal, renovada en la representación legislativas cada tres años y en el ámbito presidencial y senatorial cada seis, y su estatus como ciudadano.

La esperanza cancela es albedrío ciudadano, el cual tiene por cimentación y pilares su derecho a modificar el Estado del que no puede retirarse ni aislarse. En México, el artículo 39 constitucional consagra ese derecho.

Pero ni ese derecho (ni ese artículo) están reglamentados, por lo que su aplicación préstase a interpretaciones que van desde la forma electoral de modificar al Estado hasta modalidades heterodoxas, incluyendo las violentas.

Al iniciarse el tercer año del sexenio presidencial y senatorial (la mitad del Poder Legislativo), los mexicanos han confirmado con amplitud la inepcia, corrupción y lo avieso de los personeros del Estado elegidos en 2006.

Y han confirmado, así mismo, que las lealtades y convicciones de esos personeros son, salvo raras excepciones, ajenas al interés del pueblo e insensibles a la desintegración del Estado y sus efectos en la población.

Ffponte@gmail.com

Glosario:

Avieso: malo o mal inclinado; maldad, delito; intención malévola.

Borja (Rodrigo) (1935-): pensador, periodista y escritor, abogado, académico y político ecuatoriano (fue Presidente de su país), autor de La Ética del Poder, Socialismo Democrático, Tratado del Derecho Político y Constitucional, entre otros libros; enciclopedista.

Disfunción: desarreglo en el funcionamiento de algo o en la función que le corresponde.

Espitas: válvulas de escape de presión.

Gorgónico: perteneciente o relativo a las gorgonas, deidades mitológicas perversas y horripilantes.

Rawls (John): (1921-2002) Filósofo estadunidense, profesor de filosofía política en Harvard, autor de Liberalismo Político, La Ley de los Pueblos y La Ley de la Justicia, entre otros libros.

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