jueves, 6 de noviembre de 2008

EN CONCRETO


La reforma
Laura Itzel Castillo

Miércoles 5 de noviembre de 2008

Después de años de lucha en contra de la privatización de la industria petrolera, finalmente se aprobó la mentada reforma energética en ambas cámaras.

Si hacemos un breve recuento, podemos decir que hasta el mes de agosto parecía que el proyecto calderonista estaba muerto. Sin duda la resistencia civil pacífica frenó desde abril el albazo legislativo que se pretendía llevar a cabo en el Senado de la República, como lo había anunciado el señor de los Pinos en el noticiero de Televisa (la empresa que le niega el derecho de réplica a Andrés Manuel López Obrador).

Fue en septiembre que el Frente Amplio Progresista presentó su propuesta legislativa, elaborada por destacados especialistas, intelectuales y académicos comprometidos con la defensa de la soberanía nacional. La iniciativa estuvo durante varias semanas sobre la mesa de discusión en el ámbito legislativo.

Hay que reconocer que, a partir de ese hecho, numerosas propuestas fueron retomadas por la derecha y avaladas en el Congreso. Sin embargo, si bien se frenó la embestida privatizadora, ésta no se canceló definitivamente. Felipe Calderón logró que los contratos de exploración y producción se puedan otorgar a empresas extranjeras. Por tanto, no está lejano el día en que compañías petroleras internacionales estén navegando por nuestros mares para extraer el petróleo. Nos dicen que para ello se pusieron candados, no obstante, ya se aceptó que sean las empresas, y no PEMEX, las que exploren y extraigan los hidrocarburos y reciban a cambio una contraprestación, dependiendo de la calidad de sus servicios.

El resultado está a la vista: avanza la privatización de nuestros recursos naturales y de la industria petrolera. Desde luego que, como dicen algunos, la reforma podía haber sido peor. Sin embargo, pareciera que la corrupción y la privatización son como el agua: por cualquier fisura se pueden filtrar y provocar una inundación. Ahí está la gran debacle del modelo económico estadounidense, que pareciera no ser suficiente prueba del fracaso del neoliberalismo para el gobierno usurpador, dada su ambición desmedida.

Que quede claro: el debate petrolero no está cerrado. Los que están cerrados son los medios de comunicación.

Y es que como México, no hay dos. Este es el país donde existe la mayor concentración del mundo en medios electrónicos. El duopolio Televisa- TV Azteca cuenta con el 96% de la señal que se transmite. En el caso de la radio no se quedan atrás: el 87% está manejado por 13 empresas radiodifusoras.

Son ellos quienes, en función de sus intereses económicos, otorgan la palabra y ejercen la censura, claro, a nombre de la libertad de expresión.

Por eso, te invitamos a la manifestación de protesta contra Televisa, convocada por el presidente legítimo, el próximo martes 11 de noviembre a las 5 de la tarde en el número 18 de Av. Chapultepec.

No hay comentarios: