Fausto Fernández Ponte
"¿Qué es la justicia? En México, una mercancía cara".
Agosto Roo
Independientemente de las causas del sucedido de la muerte de Juan Camilo Mouriño y José Luis Santiago Vasconcelos, su deceso configura una nueva realidad que trasciende los cenáculos del poder en México y crea una coyuntura política peculiar.
Señálese que ese sucedido es muy lamentable, pues trátase de la pérdida de vidas humanas y pensaríase que nadie, ni aun los discrepantes --o enemigos-- más acérrimos de las víctimas, alegraríase de esos decesos.
Señalada esa salvedad éntrese en materia y, así, véase, si no, lo que sigue:
1) El sucedido, si accidental, tiene moralejas trascendentes, siendo la mayor y principal de ellas que es absurdo por imperativos de seguridad que dos funcionarios del nivel de Mourño y Santiago viajen al mimo tiempo en un solo transporte.
2) Esa omisión --inaceptable desde cualesquier perspectivas de la seguridad-- acentúa, por añadidura, que las prácticas de mantenimiento de los transportes del Poder Ejecutivo acusan negligencia e irresponsabilidad incluso operativas.
3) De cualesquier maneras, el sucedido causa ya crisis en el aparato coactivo/coercitivo legal/metalegal del Poder Ejecutivo.
II
Las premisas y, a la vez, silogismos descritos en los incisos anteriores acentúa notoriamente otro vector adicional de crisis: la facción ideológica y política de intereses que controla de facto el Poder Ejecutivo es magra en recursos humanos.
Y es que ido Mouriño --la estrella rutilante hagiográfica en la estrategia transexenal del proyecto del hampa de la política--, la magritud del recurso humano en esa facción y en el propio Partido (de) Acción Nacional adviértese notoria.
Mouriño, desde luego, no parecía tenerlas todas consigo para la transexenalidad del proyecto de país de esa facción del hampa política cuya insignia es el presidencialado de facto de Felipe Calderón; se le cuestionaba hasta en el PAN por su laxitud ética.
Empero, daríase por descontado --es decir, por supuesto-- que el señor Calderón echaría mano de su muy limitada o casi inexistente reserva de recursos humanos de alta moral y acusada ética para un nuevo secretario de despacho de Gobernación.
Ésto nos lleva a discernir los paradigmas que resolveran la designación del sucesor de Mouriño. En el panismo no hay riqueza ni variedad para escoger; tampoco en el gabinete de secretarios y subsecretarios de despacho del Presidente de Facto. Hay pobreza.
III
Y esa pobreza es patética. Los nombres que se mencionan son muchos, pero ninguno corresponde a una persona de talento político dudoso y que, amén, concite respeto más allá del erial de la subcultura de la intolerancia dogmática panista.
Don Felipe tiene ante sí la oportunidad coyuntural de que el nuevo secretario del despacho de Gobernación inspire, con su mero nombre y por su trayectoria personal y pública, los afanes que privilegien coincidencias exploradas con imaginación política.
Por su desempeño veíase a Mouriño carente de magín; su conducta tenía por determinantes usar el poder para rapiñar alevosamente los tesauros petroleros, y contener, por un lado, a fuerzas sociales y, por otro, cierta facienda del narcotráfico.
Dada esa percepción pública que se tenía de Mouriño --de un joven español aprovechado que velaba los intereses políticos del proyecto calderónico de país--, don Felipe podría tender puentes de entendimiento. Pero temeríase que su función se lo impide.
Y es que esa función es la de coordinar gerencialmente --cual operador-- un andamiaje plutocrático que vela por los intereses de la gran oligarquìa mexicana y sus patrones en los grandes c onsorcios trasnacionales de España y Estados Unidos.
¿Y si entra en escena un actor inusitado, que representaría el papel figurado de que el sucedido de la muerte de Mouriño tuviere causal ajena a una omisión negligente en el mantenimiento del transporte y hubiere --si no es que hubiese-- sido deliberado?
ffponte@gmail.com
Glosario:
Facienda: asuntos, haciendas, intereses.
Hagiográfico: perteneciente o relativo a la hagiografía. Biografía de un personaje --v, gr., un santo-- exagerando sus virtudes.
Hubiere: futuro imperfecto del verbo haber como transitivo. Hubiere sido, como verbo auxiliar. Se usa para denotar posibilidad futura y/o condicionada.
Oligarquía: grupo de negociantes pudientes que dominan a su albedrío actividades económicas o financieras o mercantiles.
Plutocrático: de plutocracia. Gobierno de los ricos.
Tuviere: futuro imperfecto del verbo tener.
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