martes, 14 de octubre de 2008

Oran y marcha en defensa de narcoequipo



FRANCISCO CASTELLANOS J. Y RAúL OCHOA

NUEVA ITALIA, Mich., 13 de octubre (apro).- Unos 800 habitantes de este municipio marcharon la noche del pasado domingo, en demanda de la liberación del empresario Wenceslao Álvarez Wencho, a quien la Procuraduría General de la República (PGR) mantiene bajo arraigo por su presunta relación con el cártel de La Familia.

Alrededor de las 19:45 horas, los manifestantes, quienes portaban el uniforme del club de futbol de la segunda división, marcharon del centro comercial Auerrerá, ubicado en la Avenida Lázaro Cárdenas, hasta el Palacio Municipal.

Con cartulinas y pancartas, los aficionados exigieron la liberación de Wenceslao Álvarez, directivo del equipo que fue detenido el pasado 8 de octubre en las instalaciones del club América, en Coapa, junto con varios jugadores, por su presunta relación con la organización criminal de La Familia.

En la caminata, los manifestantes aseguraron que la detención del propietario de la empresa Nobaro dejó sin empleo a más de mil quinientas personas se han quedado sin trabajo.

Y es que en la madrugada del pasado jueves 9, elementos del Ejército Mexicano acordonaron y aseguraron las presuntas propiedades de Álvarez, entre ellas: Lavado de autotractores Snopy, Empacadora de limones, Gasolinera Nobaro, Autoservicio Nobaro, Exportaciones Nobaro, Hotel Las Palmeras, Lavado de Carros Nobaro, y el inmueble donde residía.

La PGR informó el domingo pasado que Wenceslao Álvarez obtuvo la orden de arraigo debido a su relación comercial con los grupos de sicarios La Familia y el cártel del Golfo.

En un comunicado, la PGR informó que el propietario del dueño de futbol operaba "una célula del crimen organizado encargada de comprar, recibir, transportar y trasiego de drogas hacia los Estados Unidos, y tenía a su cargo hacer movimientos financieros y lavar dinero procedente del tráfico de drogas".

El sábado 11, jugadores y directivos del Club Mapache dedicaron el encuentro ante el Atlas a su dueño, Wenceslao Álvarez Álvarez. El anunciador del estadio pidió a los presentes que se tomaran de la mano para orar por los malos momentos.

Atraídos por el morbo de lo sucedido a su dueño, periodistas y aficionados, militares, abarrotaron "La Nueva", como se conoce al estadio de los Mapaches que, por cierto, estuvo bajo vigilancia de la Policía Federal.

El club michoacano perdió 3-1 frente al Atlas en un juego en el que estuvieron ausentes los directivos de la empresa, encabezados por el arquitecto, Fidel Ortega Vargas, y el gerente, Ramiro Santos Serrato, así como el director técnico, el exportero del Celaya, Homero Pasallo.

Además, el estadio tiene una capacidad para 4 mil aficionados cómodamente sentados. La cancha está completamente empastada y los vestuarios tienen agua caliente y están alfombrados con pasto sintético.

Durante el juego, dos helicópteros de la Fuerza Aérea Mexicana, sobrevolaron el estadio.

Ni jugadores ni auxiliares técnicos quisieron hacer comentario alguno sobre lo ocurrido en la Ciudad de México, cuando elementos de la PGR detuvieron a El Wencho por su prsunta relación con una célula del cártel del Golfo y la Familia.

La historia

Los Mapaches debutaron en la Tercera División del futbol profesional en julio pasado en el partido contra el conjunto de Zihuatanejo, Guerrero, que se realizó en el estadio "Rosendo Arnaiz" de Nueva Italia, Michoacán.

El exportero Homero Pasallo, es el entrenador y tiene como auxiliares a Jorge Luis Ayala y Baldomero García. El preparador físico es Vicente Cerna González y el utilero es Tomás Acosta.

Unas horas después del operativo en la Ciudad de México, en la madrugada del jueves 10, elementos de El Ejército irrumpieron en la comunidad de Nueva Italia, municipio de Mújica y aseguraron al menos siete propiedades de El Wencho, entre las que se encuentran las siguientes:

Hotel Las Palmas (o Palmeras); una gasolinera sin nombre, y un servicio de Tracto Camiones, sobre la carretera libre Nueva Italia Uruapan.

Además, una empacadora de limones; una tienda de autoservicio de vinos y licores; un local de lavado de carros, y una finca en la calle de Ignacio Allende, donde se supone que vive Wencho.

De acuerdo con información obtenida en Nueva Italia, Wenceslao, de 36 años de edad, es originario del Nuevo Capirio, municipio de Mújica. Desde que era muy joven se fue a Estados Unidos donde permaneció 10 años. Después viajó a Tamaulipas, donde hizo fortuna y hace seis años regresó a su natal Nueva Italia como empresario deportivo.

De acuerdo con pobladores, las empresas de Wencho generaban cerca de 500 empleos directos y más de mil indirectos.

Una manta instalada en la cancha de Los Mapaches, da a conocer a sus patrocinadores oficiales Empresas Nobaro, Materiales del Río, Corona, Hotel Los Arcos, Agroquímicos Cobián, Pinturas Constitución, Mofles Coria, Importaciones Nobaro.

Todas estas empresas serían propiedad de Wencho y de sus prestanombres, según habitantes de este poblado que pidieron el anonimato.

Los funcionarios municipales actuales no recuerdan si fue el gerente del club, Ramiro Santos Serrato, o el presidente Fidel Ortega Vargas, quien solicitó al ayuntamiento que la cancha de la Unidad deportiva "Rosendo Arnaiz", fuera dada en comodato por el ayuntamiento a Los Mapaches, como una ayuda al deporte de la zona.

Es un hecho que Wencho y Fidel Ortega remodelaron la cancha que luce un pasto que no desmerece ante el de los estadios de un buen número de equipos de la Primera División y que le pusieron vestidores con todas las comodidades.

Los Mapaches cuentan, además, con dos autobuses de lujo, uno marca Mercedes Benz, que se encuentra en la Unidad Deportiva y otro marca Marco Polo, modelo Scania, en el que fueron detenidos dirigentes y jugadores durante su estancia en el Distrito Federal.

El alcalde priista de Múgica, Armando Medina Torres, dice que lo único que sabe de Wencho es que "es un empresario que ayuda al deporte de la zona y a las ligas de los diferentes deportes con uniformes y artículos deportivos. Era una persona muy respetada", asegura.

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