Fausto Fernández Ponte
Agencia Mexicana de Información
a 12 de octubre de 2008
El Hombre al Mando
Fausto Fernández Ponte
A Ignacio Herrera. Amigo entrañable. Por su fraternal fidelidad.
I
A manera de exordio peventivo del tema a tratar hoy aquì, éste escribidor establece que por imperativos de ética periodística --afinada en 57 años de oficio-- las simpatías ideológicas o políticas personales no determinan el sentido del pergeño.
Bajo esas mismas premisas, el escribidor se acoge al código personal de ética y señala que la convicción electoral se refleja al votar, cada vez que se convoca a ello, por émulos civiles del presente. En 2006, el escribidor votó por Julio Ricardo Blanchet.
Formulada así tal advertencia, éntrese en materia:
En las peñas de amigos de éste escribidor, conformada por empresarios, un periodista, el propietario de un diario local de Veracruz, y otros asiduos --abogados, contadores, un médico y un militar-- la crisis en México tiene registro variopinto.
Señálese que del total --unos 20-- de consuetudinarios a las peñas (éstas ocurren a la hora del café, lapso de las 14 a las 15:30 horas, previa a la comida domiciliaria), dígase que el 10 por ciento votó en 2006 por Felipe Calderón.
Y señálese también que un 25 por ciento votó en esa ocasión por Andrés Manuel López Obrador, un 15 por ciento por Roberto Madrazo y nadie por Patricia Mercado u otros menos conspicuos postulantes a la Presidencia de la República.
¿Por qué votaron por el señor Calderón o por don Roberto, quien ha sido exhibido, pública y demostradamente, como un individuo patológicamente proclive a la simulación --mentir y engañar-- y hace trampa en pos de sus fines particulares.
¿Y por qué votaron por don Felipe y por el señor López Obrador, motejado éste El Peje por evidente familiarización empática social que antojaríase identitaria? O planteado dialécticamente, ¿por qué no se voto por los aquì mencionados?
II
Hágase la salvedad que no se pretende ni remotamente que las apreciaciones aquí consignadas posean atributos de sondeo metodológico representativo del sentir y el parecer de los mexicanos; es sólo un muestreo informal sin valor científico.
Adviértase así mismo que esa condición de muestreo informal no impide extrapolarlo y usarlo como referencia epicena para un ejercicio intelectual de discernimiento de las constantes para asomarnos a las realidades veras o a las que queremos ver.
Pero en esas peñas --como en muchas otras doquiera México-- tienen ciertos atributos comunes: los contertulios no mienten en entornos sociables ni ocultan, niegan o disfrazan ni matizan sus sentires y pareceres acerca de nuestras realidades.
Éstas realidades tienen registros determinados por imperativos culturales que bien identificaríanse cuales de clase o estrato social y/o por el síndrome de la feria: cada quien habla de ella según le haya ido. El subjetivismo preside los raciocinios.
Y en una de la peñas, cierto habitual piensa que el señor Calderón es un verdadero salvador de la patria, discernido así porque le ha permitido a aquél realizar pingües negocios; otro habitual despotrica pues sábese damnificado del calderonismo.
Pero despulpados lo vectores de la subjetividad y limpiados los prismas que ofrecen espejismos en el erial pedregoso del contexto que deseamos ver --"ya se quedó solo El Peje", afirman muchos, "ya nadie le hace caso"---- lo relevante trasciende.
Obsérvase que don AMLO no esta solo. Lo opuesto: ha reforzado su vigencia como contrapeso fáctico, ocupando por "default" en medida obvia el papel que en rigor constitucional tiene el Poder Legislativo. Es veedor por ministerio de la cultura popular.
III
Lo que trasciende es que la más dramática --por terrible-- y espectacular de las realidades del entorno mexicano ratifica otra situación del motejado cual el lacustre pez abundante en Tabasco, el sur de Veracruz y Campeche. El Peje está vivito y coleando.
El Presidente de Facto --don Felipe-- está prometiendo que hará lo que ha estado proponiendo quien 15 millones de mexicanos consideran Presidente Legítimo. Remítase el caro leyente a la verificación fehaciente de los discursos del señor López Obrador.
Véase, v. gr., el llamado Plan Anticrisis --el de los cinco puntos-- del señor Calderón, sugerido hace tres semanas por el hombre emblemático de la criatura acuática icónica que, no sin asombro, ha sobrevivido evolutivamente 65 millones de años.
¿Quién manda? ¿Don Felipe, con poder material (menos el moral) inductora de la cultura del lamido testicular servil? ¿O don AMLO, sin potestad parafernálica pero con alcances morales? ¿La calle o el Palacio? Uno quiere rebasar al otro "por la izquierda".
No lo ha logrado. Ni lo logrará. A don Felipe no le resultan eficaces las fórmulas enunciadas y propuestas por don Andrés Manuel pues la diferencia no es de forma, sino de fondo; es decir, de cosmovisión personal de cada quien e histórica.
Cierto: don Felipe y don Andrés Manuel tienen cosmovisiones antipodales; al mismo tiempo (¡O manes de la Dialéctica!) tienen coincidencias. Ninguno es revolucionario; son sólo reformistas. Cambios de forma, más no de fondo. Sus discursos así lo indican.
ffponte@gmail.com
Glosario:
Antipodales: relativo a las antípodas.
Blanchet, Julio Rcardo: notable comunicador. Fundador de Diario Libertad (www.diariolibertad.org.mx) y Radio Libertad, trasmite diariamente el programa Opiniones y Comentarios en Radio Teocelo, en Veracruz.
"Default": vocablo inglés. Omisión, descuido, incumplimiento, falta, ausencia, contumacia.
Epicena: común, general.
Extrapolarlo: del verbo extrapolar.
Parafernálica: de parafernalia.
Veedor: que ve. Vigilante. Verificador.
Agencia Mexicana de Información
a 12 de octubre de 2008
El Hombre al Mando
Fausto Fernández Ponte
A Ignacio Herrera. Amigo entrañable. Por su fraternal fidelidad.
I
A manera de exordio peventivo del tema a tratar hoy aquì, éste escribidor establece que por imperativos de ética periodística --afinada en 57 años de oficio-- las simpatías ideológicas o políticas personales no determinan el sentido del pergeño.
Bajo esas mismas premisas, el escribidor se acoge al código personal de ética y señala que la convicción electoral se refleja al votar, cada vez que se convoca a ello, por émulos civiles del presente. En 2006, el escribidor votó por Julio Ricardo Blanchet.
Formulada así tal advertencia, éntrese en materia:
En las peñas de amigos de éste escribidor, conformada por empresarios, un periodista, el propietario de un diario local de Veracruz, y otros asiduos --abogados, contadores, un médico y un militar-- la crisis en México tiene registro variopinto.
Señálese que del total --unos 20-- de consuetudinarios a las peñas (éstas ocurren a la hora del café, lapso de las 14 a las 15:30 horas, previa a la comida domiciliaria), dígase que el 10 por ciento votó en 2006 por Felipe Calderón.
Y señálese también que un 25 por ciento votó en esa ocasión por Andrés Manuel López Obrador, un 15 por ciento por Roberto Madrazo y nadie por Patricia Mercado u otros menos conspicuos postulantes a la Presidencia de la República.
¿Por qué votaron por el señor Calderón o por don Roberto, quien ha sido exhibido, pública y demostradamente, como un individuo patológicamente proclive a la simulación --mentir y engañar-- y hace trampa en pos de sus fines particulares.
¿Y por qué votaron por don Felipe y por el señor López Obrador, motejado éste El Peje por evidente familiarización empática social que antojaríase identitaria? O planteado dialécticamente, ¿por qué no se voto por los aquì mencionados?
II
Hágase la salvedad que no se pretende ni remotamente que las apreciaciones aquí consignadas posean atributos de sondeo metodológico representativo del sentir y el parecer de los mexicanos; es sólo un muestreo informal sin valor científico.
Adviértase así mismo que esa condición de muestreo informal no impide extrapolarlo y usarlo como referencia epicena para un ejercicio intelectual de discernimiento de las constantes para asomarnos a las realidades veras o a las que queremos ver.
Pero en esas peñas --como en muchas otras doquiera México-- tienen ciertos atributos comunes: los contertulios no mienten en entornos sociables ni ocultan, niegan o disfrazan ni matizan sus sentires y pareceres acerca de nuestras realidades.
Éstas realidades tienen registros determinados por imperativos culturales que bien identificaríanse cuales de clase o estrato social y/o por el síndrome de la feria: cada quien habla de ella según le haya ido. El subjetivismo preside los raciocinios.
Y en una de la peñas, cierto habitual piensa que el señor Calderón es un verdadero salvador de la patria, discernido así porque le ha permitido a aquél realizar pingües negocios; otro habitual despotrica pues sábese damnificado del calderonismo.
Pero despulpados lo vectores de la subjetividad y limpiados los prismas que ofrecen espejismos en el erial pedregoso del contexto que deseamos ver --"ya se quedó solo El Peje", afirman muchos, "ya nadie le hace caso"---- lo relevante trasciende.
Obsérvase que don AMLO no esta solo. Lo opuesto: ha reforzado su vigencia como contrapeso fáctico, ocupando por "default" en medida obvia el papel que en rigor constitucional tiene el Poder Legislativo. Es veedor por ministerio de la cultura popular.
III
Lo que trasciende es que la más dramática --por terrible-- y espectacular de las realidades del entorno mexicano ratifica otra situación del motejado cual el lacustre pez abundante en Tabasco, el sur de Veracruz y Campeche. El Peje está vivito y coleando.
El Presidente de Facto --don Felipe-- está prometiendo que hará lo que ha estado proponiendo quien 15 millones de mexicanos consideran Presidente Legítimo. Remítase el caro leyente a la verificación fehaciente de los discursos del señor López Obrador.
Véase, v. gr., el llamado Plan Anticrisis --el de los cinco puntos-- del señor Calderón, sugerido hace tres semanas por el hombre emblemático de la criatura acuática icónica que, no sin asombro, ha sobrevivido evolutivamente 65 millones de años.
¿Quién manda? ¿Don Felipe, con poder material (menos el moral) inductora de la cultura del lamido testicular servil? ¿O don AMLO, sin potestad parafernálica pero con alcances morales? ¿La calle o el Palacio? Uno quiere rebasar al otro "por la izquierda".
No lo ha logrado. Ni lo logrará. A don Felipe no le resultan eficaces las fórmulas enunciadas y propuestas por don Andrés Manuel pues la diferencia no es de forma, sino de fondo; es decir, de cosmovisión personal de cada quien e histórica.
Cierto: don Felipe y don Andrés Manuel tienen cosmovisiones antipodales; al mismo tiempo (¡O manes de la Dialéctica!) tienen coincidencias. Ninguno es revolucionario; son sólo reformistas. Cambios de forma, más no de fondo. Sus discursos así lo indican.
ffponte@gmail.com
Glosario:
Antipodales: relativo a las antípodas.
Blanchet, Julio Rcardo: notable comunicador. Fundador de Diario Libertad (www.diariolibertad.org.mx) y Radio Libertad, trasmite diariamente el programa Opiniones y Comentarios en Radio Teocelo, en Veracruz.
"Default": vocablo inglés. Omisión, descuido, incumplimiento, falta, ausencia, contumacia.
Epicena: común, general.
Extrapolarlo: del verbo extrapolar.
Parafernálica: de parafernalia.
Veedor: que ve. Vigilante. Verificador.
No hay comentarios:
Publicar un comentario