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No tiene autor este artículo que llegó a mi correo, así que se lo adjudicaré a quién lo envía
"Genoveva Cordero Alvarado"
Crecen sospechas de que la subasta de dólares fue un saqueo. Pemex sigue en la lista de saqueos.
El saqueo de las reservas
El pasado jueves 9 de octubre, el ex-candidato presidencial panista, Felipe Calderón, trató de tranquilizar a la gente alegando que México tenía quien sabe cuantos miles de millones de dólares de reservas, por lo cual la economía mexicana estaba a salvo de los estragos de la crisis económica que el gobierno federal desatendió e inclusive no quiso tomar en serio pese a las advertencias de que estaba por desatarse una enorme debacle. Nomás nos daría “catarrito”, según el ex-empleado del FMI, Agustín Carstens.
El anuncio de Calderón se dio dos días después de que el dólar alcanzara un nivel de 14 pesos y luego de que aparentemente se había estabilizado en poco menos de 13 pesos. Pero al día siguiente, viernes 10, el dólar vuelve a subir y llega a quedar en niveles de $14.10 en casas de cambio del aeropuerto de la Ciudad de México. Esto a pesar de que esa misma mañana el Banco de México había hecho una millonaria subasta de dólares, a poco más de 12 pesos por dólar, para tratar de frenar la devaluación.
Para el sábado 11 de octubre se dan a conocer informes que sugieren que lo que hizo el Banco de México no fue otra cosa más que la facilitación del saqueo. Y es que resulta que en menos de una semana el Banxico subastó casi el 11% de las reservas de dólares del país. Dice el diario Reforma: “Desde que se reanudaron, el miércoles, las subastas de la divisa, en sólo tres días, Banxico ha vendido 8 mil 900 millones de dólares, el 10.6 por ciento de las reservas internacionales, que al 3 de octubre eran de 84 mil 116 millones de dólares.”
¿Qué no se suponía que Calderón pretendía tranquilizar a la gente diciéndole que había una cantidad enorme de reservas de dólares? ¿Cómo se explica entonces que en menos de 24 horas de haber hecho este anuncio el gobierno se deshaga de casi el 11% de esas reservas? Peor: el haber subastado todos esos dólares no sirvió para parar la escalada del dólar. Según evidencias publicadas por La Jornada, a las 7:18 de la tarde del viernes 10 de octubre, varias horas después de la subasta de dólares a 12 pesos y fracción, el dólar en casas de cambio de aeropuerto capitalino se ubicaba en $14.10. O en otras palabras, el haber vendido barato 11% de sus reservas de dólares no le ayudó realmente a México.
Peor: ahora queda la sospecha de que se trató de un saqueo cuya intención era favorecer a los pocos que podían pagar por los casi 9 mil millones de dólares subastados, a los cuales les obtuvieron una jugosa ganancia casi inmediatamente. A tal grado que, como en tiempos del FOBAPROA, diputados del FAP están exigiendo que se de a conocer a quién se le está beneficiando con la venta de estos dólares. El Presidente Legítimo de México, Andrés Manuel López Obrador, fue más lejos: denunció la posibilidad de que esta venta de dólares sea en realidad un rescate encubierto de banqueros y empresarios. Declaró: “Que (los encargados de la economa) actúen con responsabilidad y con criterio técnico de libre mercado y competencia, no vaya esto a convertirse en un rescate encubierto de empresas y bancos”.
No es infundada la sospecha. Vender el 11% de las reservas de dólares a precio barato a los pocos que puedan hacer una compra de ese tamaño para obtener ganancias inmediatas es, en el mejor de los casos, un rescate bancario y empresarial encubierto. Y en el peor, un vil saqueo de los bienes de la nación, cosa para la cual los panistas se han pintado sólos desde que llegaron al poder federal.
Siguiente saqueo: Pemex
Pero eso es apenas el principio. Ahora la siguiente fase del saqueo panista apunta a Pemex. Diversos medios empezaron a circular el sábado 11 de octubre la noticia de que el PRI y el PAN llevarían al pleno del senado los dictámenes de reforma energética que tienen la intención de privatizar a Pemex. De acuerdo con el periodista Jaime Avilés, serán 7 los dictámenes que se presentarán ante el Senado; cinco se desecharán con el voto en contra del PRI y del PRD por ser inconstitucionales, pero los dos dictámenes sobrantes se aprobarán ya que en apariencia no son privatizadores, aunque en los hechos lo que hacen es precisamente privatizar a Pemex, aunque de manera encubierta.
Y es que los dos dictámenes que aprobará el PRI—queda por ver si será con la ayuda de los chuchos ya sea con voto a favor o somplemente doblando las manos para que no haya resistencia en el Senado—lo que hacen es, de acuerdo con Jaime Avilés, convertir a Pemex en una entidad autónoma, sin estar sometida al control del Congreso, y que se modifique la ley orgánica de Pemex para que en el congreso de administración de Pemex puedan intervenir empresarios locales y dirigentes del sindicato petrolero, actualmente encabezado por uno de los líderes charros más señalados por actos de corrupción: Carlos Romero Deschamps.
Esto significaría en los hechos que Pemex no tendría que responder ante nadie y que, si se le pega la gana, le podría otorgar contratos a empresas privadas—o a los amigos de los funcionarios en la dirección de Pemex, como ya sucedió con el caso “El Señor de los Mares”—para que hagan lo que Pemex debería hacer: exploración, extracción, refinación, transporte y almacenamiento de hidrocarburos. Es decir, se cumpliría a fin de cuentas lo que Felipe Calderón pretendía con la reforma energética: la privatización de Pemex a favor de sus amistades y de los que lo impusieron en Los Pinos por medio de un fraude electoral.
Más grave: Jaime Avilés revela como se repartirán la riqueza petrolera de México las empresas trasnacionales. Dice: “el pastel de la llamada “reforma energética” se va a repartir del siguiente modo: los contratos relativos al gas natural serán monopolizados por los gallegos de Repsol; los que impliquen renta de tecnología de punta para sacar el tesorito de las aguas profundas quedarán en manos de las petroleras estadunidenses, británicas y del norte de Europa. Y los contratos para volver a explotar los “campos marginales” serán otorgados a empresas canadienses.”
Vale la pena señalar que la privatización de Pemex es algo que el FMI—cuyas políticas tienen al mundo al borde del colapso económico—repentinamente quiere que se haga para salvar a México de la crisis económica. De acuerdo con La Jornada, el viernes 10 de octubre el FMI habría declarado que “‘es urgente’ para México ‘lograr una buena política de consenso’ que permita reformas en la industria petrolera. El organismo aseguró que “fortalecer” el sector petrolero es indispensable para complementar el paquete de medidas anunciadas el miércoles pasado por el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa para hacer frente a una crisis financiera internacional que, por lo pronto, redujo a casi la mitad la expectativa de crecimiento del país el próximo año.”
Inexplicable. Primero porque de acuerdo con el plan anti-crisis del propio Calderón, se puede construir una refinería usando los excedentes petroleros—algo que ha venido diciendo AMLO desde 2006 pero que los panistas calificaban de “populismo” y de “peligro para México.” Y segundo porque la privatización de Pemex implicaría una pérdida neta en las ganancias para México por concepto de la renta petrolera—la cual ahora se usaría para pagar a particulares por lo que Pemex puede hacer por sí mismo.
Todo gracias a la Doctrina del Shock
Parecería que lo que pretende el FMI es aplicar la llamada “Doctrina del Shock”, que describiera Naomi Klein y que reconociera el propio Milton Friedman como arma de control de la sociedad para aplicar medidas impopulares o que perjudiquen a la sociedad. Este concepto se basa en la idea de que una sociedad queda en estado de vulnerabildad cuando ocurren hechos catastróficos. El pánico colectivo causado por un terremoto, una inundación, un huracán, un atentado terrorista, una guerra, o una debacle económica, hace que la gente acepte practicamente cualquier cosa que le digan, ya que el estado de shock que causa el pánico no permite a la gente pensar con claridad, forzándola a una especie de obediencia colectiva supuestamente con el fin de sentirse a salvo.
Eso es exactamente lo que ocurre con la crisis económica actual en México. El PAN aprovechó la crisis económica que ellos mismos crearon—o que desatendieron alegando leves “catarritos” pese a que se les advirtió de lo que ocurriría con mucha anticipación—para tratar de implementar medidas impopulares, tales como lo que huele fuertemente a saqueo de divisias para rescatar a unos cuantos banqueros y empresarios, y para aprobar la privatización de Pemex que tanto le urge a las trasnacionales y a los cuates de los panistas para poder saquear a Pemex como ya lo han hecho, entre otros, Juan Camilo Mouriño con jugosos contratos de la parastatal.
Por fortuna el shock tiene un remedio: la información. El saber lo que está pasando elimina el shock, y permite que la gente pueda darse cuenta de que los quieren engañar para robarle a la nación la riqueza que debería beneficiar a todos, pero con la que, en los hechos, el PAN pretende que sólo beneficie a unos cuantos saqueadores.
¿Mi sugerencia? Enviar este texto a todos sus conocidos para que puedan salir de shock y no se dejen saquear.
PD: Resulta absurdo que el FMI y el PAN pretendan que la solución a la crisis económica sea la privatización de Pemex cuando hasta en Estados Unidos ya se contempla la nacionalización de la banca como el remedio para su propia debacle económica.
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