Tras la desaparición de su padre, Edmundo Reyes Amaya, el 25 de mayo de 2007, la visión de Nadín Reyes dio “un vuelco de 180 grados” y desde entonces supo que “la lucha por la justicia es una forma de vida”.
Hace casi un año Nadín era “chica normal”, hoy se presenta en diversos foros e instancias exigiendo la presentación con vida de su padre y de Gabriel Alberto Cruz Sánchez, integrantes del Ejército Popular Revolucionario desaparecidos hace casi un año. La joven aclara que pese a que el 30 de julio de 2007 los familiares de las víctimas interpusieron una demanda ante
“Fue un golpe muy duro, él tenía la esperanza de encontrarlo, pero en un mes se le vino todo encima; mi abuelo mantuvo una preocupación inmensa por su hijo y en su lecho de muerte lo llamaba. Eso es algo que no puedes perdonar.”
La hija de Reyes Amaya denuncia que “con la intención de cerrar el caso” funcionarios de gobierno filtraron a la prensa información de que ambos eperristas pudieron ser asesinados, además de que agentes estatales podrían resultar sospechosos del crimen. “Me parece grave que manejaran el rumor de que están muertos, porque era el contexto en el que el EPR llamó al diálogo. Además las autoridades nos llamaron a los familiares para realizarnos pruebas de ADN: es muy curioso que lo hicieran cuando habían pasado más de 10 meses. Considero que fue una forma de dar carpetazo al diálogo (con el grupo guerrillero)”, afirmó Nadín Reyes. Subrayó que mientras
Nadín acudió ante la asamblea estatal del magisterio de Oaxaca a fin de solicitar a los mentores un pronunciamiento por los desaparecidos. En un documento que entregó al magisterio, la joven expone que sólo con la unidad se puede exigir a las autoridades atención al caso de desaparición forzada para que “ellos puedan estar con nosotros mañana y nadie más pase por esto”. Por su parte, Adrián Ramírez, presidente de
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