lunes, 7 de junio de 2010

Un “calcetín” en el marco de la crisis

Pulso crítico

J. Enrique Olivera Arce

“Si hay fidelidad, pero no hay duda, la cosa no va bien: se deja de ser un hombre libre.”

Jean Paul Sartre

Son tres los temas que de manera recurrente a lo largo de más de dos años he venido tocando en mis comentarios: la crisis sistémica global; la crisis del sistema de partidos en México; el pésimo gobierno de Felipe Calderón y, en concordancia, uno de los peores gobernadores que ha padecido Veracruz. Encargándose el tiempo de confirmar que no he estado equivocado del todo al ponerles en primer plano.

La crisis sistémica global lejos de amainar se recrudece. Ya no sólo se expresa en el ámbito financiero internacional, se ha hecho extensiva a la vida económica y social de los países más ricos, arrastrando consigo al resto de la comunidad de las naciones. Los últimos barruntos de derrumbe de la Unión Europea y la tendencia generalizada al hacer de los más desprotegidos el pagano de los platos rotos, lo confirman. Nuestro país y, por ende, Veracruz, idílica isla de la roja fantasía, no escapan a ello.

La crisis del sistema de partidos políticos en México no termina de tocar fondo. Las cuestionadas alianzas electorales “contranatura” conformadas para contender en los actuales procesos de elección de gobernadores, diputados locales y cuerpos edilicios, han dado al traste con el principio de diferenciación ideológica y programática que, como opción electoral y ejercicio de gobierno, debería distinguir a cada partido en el espectro de las diversas fuerzas políticas que concurren a la conformación de la democracia representativa. Ideología, programa y principios se substituyen por un grosero pragmatismo coyuntural, perdiéndose visión partidista de mediano y largo plazo. Con ello, la credibilidad social está perdida y el divorcio entre clase política y lo que se ha dado en llamar sociedad civil, es más que evidente. Los partidos políticos ya no son ni responden como tales, acaso mantienen su cohesión gracias a prácticas mafiosas orquestadas desde la cúpula. La vida política en Veracruz, bajo el virreinato del Maestro Fidel Herrera Beltrán, no es ajena a esta realidad.

La miseria política y moral que se pusiera de manifiesto en los últimos acontecimientos en el Municipio de Naolinco, dan la medida del nivel de profundización de la crisis política que se vive en la entidad y, por lo consiguiente, presencia y quehacer de los partidos políticos en el seno de la sociedad. La delincuencia electoral priva por sobre todo principio democrático de civilidad y respeto al que piensa diferente.

El fracaso de la administración pública federal a cargo de Felipe de Jesús del Sagrado Corazón Calderón Hinojosa, ya no está a discusión. Es del dominio público, tanto en lo doméstico como en el orden internacional, que bajo su conducción el Estado-Nación se debate a tumbos entre la ausencia de rumbo cierto y políticas públicas que nos acercan a la calificación de “Estado fallido”. Se observan con preocupación vacíos de poder y, lo que es peor aún, dualidad de poder, compartido entre el Estado y la delincuencia organizada en buena parte del territorio nacional. Habiéndose perdido tanto soberanía frente a nuestro poderoso vecino del norte como liderazgo en América Latina.

En concordancia, el tiempo y la perspicacia popular se han encargado de calificar al Maestro Fidel Herrera Beltrán como uno de los peores gobernantes que ha padecido Veracruz. Su administración se debate entre el desorden administrativo, la incertidumbre en el manejo de las finanzas públicas, incremento de la corrupción y la impunidad a todos los niveles y, por si fuera poco, el endeudamiento creciente de un gobierno ineficaz. Próximo a concluir su mandato, frente a su triunfalismo sin sustento, a lo largo y ancho de la entidad emerge la protesta pública, el reclamo y el descontento por compromisos no cumplidos, obras sin concluir o abandonadas en sus inicios pero registradas como concluidas e inauguradas a bombo y platillo. Demagogia entre mentiras y verdades a medias, construida artificiosamente con la complicidad de la prensa y que hoy, sin sustento, se derrumba.

En lo político, el protagonismo exaltado acompañado por el enfermizo afán de trascender y construir una realidad virtual sobre la que dar sustento a sus ambiciones dinásticas, dio al traste con la política estatal. Destruyó la posibilidad de un contrapeso democrático, cooptando a líderes políticos opositores y haciendo pedazos al PRD; ;dividió a su propio partido mediante un presunto recambio generacional afín a sus ambiciones e intereses personales y familiares; incorporó a su proyecto de sometimiento fiel a gran parte de la prensa mediante escandalosos ríos de dinero y, llevó a la palestra electoral el miedo cerval que le inspira el solo intento de Miguel Ángel Yunes Linares por hacerse de la gubernatura del estado.

Esto último polariza a la sociedad, genera confrontación y encono y, para nuestro infortunio, ya se dan casos de violencia, alterando la deseable tranquilidad y paz social que debe cobijar al ejercicio democrático de la sucesión.

En este escenario político, el deterioro económico y social en la entidad es evidente y es ya del dominio público que los triunfalistas indicadores de bonanza que divulgara el gobernante a lo largo de su administración, no pasan de cifras maquilladas. La realidad las contradice.

Crisis global, crisis del sistema de partidos políticos y cuestionada gobernabilidad, se entrelazan y se retroalimentan, en tanto que en Veracruz, isla de la fantasía, “no pasa nada”. Tanto que, como dice un priísta de la vieja guardia, “gracias al efecto Fidel si el PRI postulara a un calcetín para la gubernatura del estado, ello sería suficiente para que la ciudadanía le otorgara su voto de confianza en las urnas”.

Yo me permito dudar que tan temeraria, soberbia, alegre como ingenua afirmación sea compartida por la mayoría de los veracruzanos. ¿Usted, estimado lector, votaría por un calcetín que asegurara la continuidad del régimen de la fidelidad? Ó armándose de valor y dignidad le apostaría a un cambio constructivo para Veracruz, más que no fuere gobernador un calcetín a la medida de Fidel Herrera Beltrán?

Espero su respuesta el próximo cuatro de julio en las urnas.

Desde estas líneas mi más cordial y solidaria felicitación al Portal “Crónica del Poder” con motivo de su segundo aniversario en la WEB.

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Difusión: soberanía popular

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