miércoles, 12 de mayo de 2010

Mujeres indígenas en grandes ciudades tienen poco que festejar, entre la miseria


❚MIGRAN PARA EVITAR LA POBREZA, POCAS SABEN LEER, ESCRIBIR E INCLUSO HABLAR ESPAÑOL

Córdoba, Ver.- Las mujeres indígenas, abandonadas muchas de ellas por los hombres que emigran en la búsqueda del sustento familiar, inmersas en un proceso de reproducción de la pobreza, tienen además que enfrentar otro tipo de miserias que no registran las estadísticas: la frustración, la desesperanza, la resignación ante las prácticamente nulas posibilidades de satisfacer las necesidades más elementales de su familia.

Para ellas no existe otra forma de celebrar el 10 de mayo, Día de las Madres, que trabajando en las calles, vendiendo un poco de todo para poder llevar algo de comida a sus familias, arriesgándose de hacer víctimas de la delincuencia e, incluso, de las propias autoridades.

De acuerdo con estadísticas del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en Veracruz existen cerca de 191 mil madres indígenas, quienes a corta edad inician en la sociedad el rol de madre, como parte de la cultura y el medio en el que se desenvuelven.

La mayoría de las madres tienen entre 15 y 19 años de edad, y muchas de ellas tienen hasta tres hijos que no pasan ni los siete años de edad. Los municipios en el estado con mayor residencia de madres indígenas son Tantoyuca, Chicontepec, Ixhuatlán de Madero y Zongolica; sin embargo, es precisamente de estos sitios desde donde migran a las ciudades cercanas en busca de una mejor vida.

A nivel nacional las madres indígenas tienen en promedio tres hijos, lamentablemente los medios con los que cuentan para ayudar en su manutención y educación son mínimos.

Según el Inegi, 53. 8 por ciento de las madres indígenas saben leer y escribir, mientras que apenas 79.7 por ciento de ellas hablan su lengua nativa y muy poco el español, y señala que el grado de escolaridad de la mujer indígena es en promedio de tres años, logrando aprender de manera básica a leer y escribir, situación que limita su desarrollo y la posibilidad de desempeñarse en alguna actividad laboral bien remunerada.

El nivel de marginación de las madres indígenas en el país es preocupante, considerando la responsabilidad de la educación de un menor, así como las limitaciones económicas para el sustento de los vástagos, que en promedio suelen ser tres o más, a su cargo. Las mujeres indígenas, amén de sufrir el menosprecio social, padecen la agresión de sus propios hombres.

Fuente: La Jornada de Veracruz
Difusión: Soberanía Popular

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