jueves, 8 de octubre de 2009

El cambio climático es la gran coartada para los políticos, afirma Manuel Toharia


Fuente: La Jornada de Oriente (Puebla)

MARTIN HERNANDEZ ALCANTARA

Manuel Toharia Cortés estuvo ayer en Puebla a fin de dictar una conferencia magistral para poner en sus justos términos la discusión sobre el cambio climático. Pero que se entienda bien, el científico y divulgador español no aseveró que ese fenómeno no exista, sino que explicó parte por parte su hipótesis de que el asunto ha sido bien aprovechado por avezados manipuladores de la opinión pública y también por formadores de opinión que no tienen ni la menor idea de lo que están hablando.

El director científico de la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia aseveró ante jóvenes estudiantes, investigadores, académicos, periodistas, activistas y funcionarios públicos que ayer acudieron a escucharlo en el Complejo Cultural Universitario de la Universidad Autónoma de Puebla (UAP): “el cambio climático es la gran coartada de los políticos, principalmente de los más ineficientes, de los más corruptos, de los más tontos y de los más perversos”.

La amplia disertación de Toharia Cortés estuvo salpicada de finas ocurrencias y fue vasta en datos, lógica elemental, rigor científico y registros históricos; podría sintetizarse en la premisa de que no hay información suficiente para pronosticar una catástrofe del planeta en estos momentos.

En esa lógica, el autor de El clima consideró que hay problemas más graves que atender en el plazo inmediato para la humanidad; por ejemplo, mencionó a la pobreza y el reto que implica alimentar a más de mil millones de personas que ahora mismo no tienen qué llevarse a la boca.

La proliferación de armas nucleares –18 mil según ojivas los censos oficiales y 22 mil calculadas por expertos–, así como las catástrofes provocadas por el abuso de los recursos naturales y la mala planeación de obras alrededor del globo, son otras dos de las graves cuestiones que el también periodista apuntó en la lista de urgencias, antes del cambio climático.

En el fondo del asunto, abundó, las calamidades de la tierra tienen directa relación con el capitalismo y su desenfrenado apetito por la ganancia y la acumulación de riqueza a costa de lo que sea.

Toharia Cortés, quien fue ovacionado por la audiencia, también se dijo un pesimista, es decir “un optimista informado”, que duda mucho de que el mundo salga de su autoflagelo en los próximos años, aunque, apuntó, nunca se perderá la esperanza de que el globo sea, aunque sea un poco, algo mejor de lo que es.

En ese sentido, y a lo largo de toda su exposición, el divulgador recalcó la idea de que un sistema político tan imperfecto como la democracia demanda la participación en todos sus ámbitos, de sociedades y ciudadanos bien informados.

Las propuestas del científico español fueron celebradas por el titular de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Sema) del gobierno del estado de Puebla, Francisco Castillo Montemayor, quien consideró que la visión del divulgador debe ser ampliamente difundida entre comunicadores y administradores públicos.

Visiblemente emocionado, porque casi al final de su exposición Toharia le reconoció haber estado presente en la conferencia y haber admitido que no dominaba por completo el tema del cambio climático, Castillo Montemayor aseguró que hay una apuesta de parte de la administración que encabeza el priista Mario Marín Torres por la conservación del medio ambiente, el respeto a la naturaleza y la innovación de procesos, técnicas y tecnologías para lograr un desarrollo sustentable sin agresiones a los ecosistemas, pero insistió en la necesidad de no cruzarnos de brazos ante los hechos que ya son evidentes en esta maneria.

Por su parte, Aurelio Fernández Fuentes, director del Centro Universitario para la Prevención de Desastres Regionales de la Universidad Autónoma de Puebla, coincidió con Toharia en que al final el problema del deterioro del planeta está directamente relacionado con el capital y más concretamente con la ganancia, lo que hace vigente la visión que Marx tenía sobre el capitalismo.

Algunos asistentes, como Julio Rodríguez, funcionario de la Sema, manifestaron su preocupación por la formación de políticas y redes generadas desde la sociedad para revertir las tendencias depredadoras y nocivas que tienen al mundo en su situación actual.

El académico Horacio Reiba, de la Universidad Iberoamericana Puebla, abiertamente manifestó su discrepancia con algunas aseveraciones del conferencista, pero también le externó su respeto por el espíritu polemista que lo alentaba. Toharia respondió que era la primera vez que en una de sus disertaciones escuchaba las palabras discrepar y polémica, lo cual lo tenía muy complacido, porque precisamente sacudir las conciencias era uno de sus propósitos.

Rigor escéptico

De hecho, Toharia inició su ponencia presentándose como un escéptico, y recalcó que el espíritu crítico y de incredulidad es el que ha dado sustento al rigor científico desde siempre: “un hombre de ciencia se la pasa toda su vida tratando de probar algo y otros tantos se pasan la vida tratando de probar que eso no es cierto. Eso es lo que le da cierta fiabilidad a la ciencia”.

Agregó que un problema real es el abismo entre quienes saben mucho, que son sólo algunos, los universitarios principalmente, y los que saben poco, que es la mayoría de la población.
Abundan, insistió, “los engañabobos de mala intención y los ingenuos, pero no habría tantos engañabobos sino hubiera tantos bobos y los bobos sólo pueden dejar de serlo con información”.

Resaltó el compromiso que tienen los universitarios, como élite y minoría privilegiada, en difundir el conocimiento y ayudar a que las mayorías comprendan la ciencia –ya sea por interés, divertimento o curiosidad–, pero, sobre todo, los temas de alta envergadura.

Confusiones

Por principio de cuentas habló de una confusión de términos, pues la gente tiende a referirse al tiempo como clima y viceversa.

Esa confusión, consideró, puede deberse a que ambas palabras son de uso corriente y no acuñadas y exclusivamente usadas en el argot científico, como lo sería el quark, el nombre de uno de los constituyentes fundamentales de la materia.

El tiempo, apuntó, es un asunto de la meteorología, de fenómenos de plazo inmediato que poco a poco han ido descendiendo del ámbito teórico al práctico, porque actualmente su utilidad trasciende los meros pronósticos utilizados para un día de campo, pues hay actividades, como la aeronáutica, que no pueden prescindir de las previsiones del tiempo.

El clima es un tópico mucho más complejo que el tiempo, pues tiene que ver con elementos y procesos mucho más largos. Cuando hablamos de tiempo, indicó Toharia, nos referimos a corto plazo en un lapso de mil años, y de largo plazo, en un conjunto de millones de años.

Y comenzó su ofensiva contra los mercaderes del cambio climático, aunque sólo mencionó por nombre y apellido al ex vicepresidente de Estados Unidos Al Gore, el más visible promotor de los temores a un fenómeno que en los hechos no debe preocuparnos por ahora.Toharia expresó que resulta prácticamente imposible aventurar aseveraciones sobre cómo han sido los procesos climáticos en el pasado y cómo serán en el futuro. Más difícil es, aseveró, revisar el pretérito, pues sólo se tienen registros fidedignos sobre el clima del año 1000 hasta el que corre.

Admitió que hay testigos recogidos en capas glaciales que permitirían hacer inferencias, pero adujo que resulta inaceptable que con unos cuantos registros de diversos momentos y tomados en algunas partes del globo se pretenda hacer una comparación con los datos que se tienen ahora, cuando las mediciones se hacen cada segundo en todas partes del mundo.

Se refirió a las mediciones que hicieron los vikingos que, provenientes de los países escandinavos de Europa, migraron hacia Norteamérica y llegaron a la isla hoy denominada Groenlandia.

Durante casi mil años, abundó, no hubo grandes variaciones poblacionales en la Tierra, pues los humanos rondaban los 200 millones. Empero, en los 10 siglos más recientes hubo una verdadera explosión demográfica, por lo que actualmente hay más de 6 mil millones de personas.

El último siglo y medio ha sido el de mayor bono demográfico, en gran parte gracias a la Revolución Industrial, que entre otras cosas aportó la máquina de vapor al progreso de la especie.

Actualmente, ejemplificó, hay quienes dicen que la mayor emisión de gases por la combustión de energéticos como el petróleo, el carbón y el gas natural ha producido el calentamiento global.

De lo único que se tiene datos fidedignos es de la emisión de bióxido de carbono (CO2) –que ha aumentado aproximadamente 30 por ciento en el siglo reciente– y no de otras emisiones como el vapor de agua, que también es fundamental a la hora de hablar de calentamiento global.

Sin embargo, se ha demostrado que si se cruzan las gráficas de CO2 con la del boom demográfico y lo que se tiene de calentamiento global, se puede apreciar que no hay paralelismo entre los tres factores.

Toharia agregó que, de hecho, hoy la vida es mucho mejor de lo que antes, cuando no había contaminantes por combustión: la edad de vida es ahora de 80 años en los países desarrollados, cuando era de 40; en los países pobres ha aumentado de 30 a 40 años, “sigue siendo poco, pero ha mejorado”.

“¡Nadie me puede a venir a decir a mí que alguien de la Edad Media vive mejor que yo; ahora hay más expectativa de vida, menos esfuerzos, la vida es menos dura. Claro, me dirán que hay contaminación y sida, pero también debemos reconocer que ahora somos muchos más que antes y que vivimos más y mejor”.

Calificó como “una fortuna” haber encontrado estos métodos de energía, aunque también reconoció que la generación de óxidos por la obtención y consumo de combustibles ha provocado un grave problema de polución.

Se refirió, en esa lógica, al efecto invernadero, y reveló que hay estudios que consideran que la “tapa” que calienta la tierra es en parte la que no ha permitido que en casi todo el globo la temperatura descienda a menos de 15 grados del promedio actual.

¿Qué ignoramos?

Manuel Toharia resumió que es muy poco lo que se sabe acerca del clima, y mucho más lo que se ignora, y recalcó que la comparación de climas con más de un siglo de antigüedad resulta una apuesta arriesgada.

No se puede predecir el clima aún, porque las mediciones que se tienen son de muy corto plazo, y los procesos en la Tierra son de millones de años.

Ignoramos el efecto de las corrientes marinas, los resultados precisos de su inercia térmica al aire y el suelo. Algunos, apuntó hablan a la ligera de fenómenos como el de la “Niña” y el “Niño”, y todo se lo quieren adjudicar a éstos, pero la realidad es mucho más compleja. De hecho, hay estudiosos que consideran que la energía de las corrientes marítimas es comparable en resultados a los que genera el efecto invernadero.

Tampoco se sabe mucho del sol, fuente de energía prístina, porque todo, las plantas y los fósiles, se deben a él

Al final, apuntó, el cambio climático puede ser resultado de estos factores que ignoramos, de los que conocemos, de los que ignoramos y conocemos al mismo tiempo o de ninguno, lo cual es menos posible, aseveró.

Qué tememos

“El futuro no es ciencia, sino predicción”, asentó el divulgador. Y entonces disertó sobre las teorías de Newton y Einstein, que en casi todos los casos conocidos resultan aplicables, pero cuyos postulados también han tenido que ser adaptado para algunos propósitos por sus propios elucubradores o por quienes han continuado su desarrollo.

De ese afán por comprender la realidad, apuntó el también filósofo, se han generado teorías como la gravitatoria relativista. En resumen, no hay verdades absolutas ni puntos de vista únicos en la ciencia.

Explicó que los datos y las ecuaciones de que se dispone permiten hacer muy malas predicciones sobre el clima, y por eso su uso ligero lleva a una distorsión brutal caótica, una suerte de ecuación no lineal, que, como se sabe, se define no por lo que es, sino por lo que no es.

Ante esa incertidumbre, externó, la ciencia no puede hacer otra cosa que seguir investigando, lo cual no eliminará los cambios ni las sorpresas, porque el proceso apenas está siendo examinado y comprendido.

Toharia criticó a los periodistas que a la ligera toman algunas declaraciones de científicos o datos de investigaciones y sin más las difunden con la utilización del futuro imperativo, al estilo: “en 50 años subirán los niveles del mar 20 metros”, cuando en realidad, ningún hombre de ciencia que se respete puede hacer afirmaciones de ese calibre, pues sabe que todo cabe en el terreno de la posibilidad y no de la certeza.

En ese sentido, añadió que los periodistas pueden fungir como “bobos útiles” que por ingenuidad e ignorancia difunden informaciones carentes de veracidad, pero que pueden servir para intereses más amañados de dominio, a través del temor.

“Gente como Al Gore quiere que se tenga miedo, que haya miedo, porque el miedo es un recurso del dominio y en toda la naturaleza humana reside la ambición de cominar”, apuntó.

“Hay quien le teme a todo y hay quien no le teme a nada y se avienta desde un puente atado a una cuerda de plástico, pero temerle al cambio climático es una tontería, y no lo digo como un insulto, sino como una descripción”.

Además de la miseria y el hambre, Manuel Toharia se refirió a otros asuntos que deberían generar temor, por ser más reales o inmediatos.

Por ejemplo, mencionó la proliferación de armas nucleares y el peligro de que países como Pakistan, puedan ser rehenes del terrorismo. “Entonces la mochila que tuvimos en los atentados de Atocha, en Madrid, con una mochila, ya no van a ser con una mochila, sino con una bomba atómica. Si quieren tenerle miedo a algo, ténganle miedo a eso”.

También mencionó las catástrofes por el mal uso de los recursos, y mencionó ejemplos de construcciones en los cauces de ríos que están secos por varios años, pero luego recuperan su vigor, arrasando todo lo que a su paso encuentran.

Al final, Manuel Toharia recomendó a los presentes informarse seriamente para tener buenas decisiones en su vida y, entre otras cosas, para votar por autoridades que los representen y les den mejores condiciones de vida, “pero sin temor”.

1 comentario:

Unknown dijo...

Muy buen artículo, no estoy deacuerdo con algunas afirmaciones de Toharia, pero me parece muy bien la mayor parte de lo que dice, especialmente que la gente se informe y que tengan cuidado con sus votos...

Gracias

Miguel Albarrán