jueves, 30 de julio de 2009

Recuerdan a estudiantes asesinados en 1949 por su activismo político

Ofrenda floral en la Biblioteca Pública Central

Fuente: La Jornada de Michoacán


ERICK ALBA

Activistas sociales de la entidad reconocieron la marca que dejó en sus conciencias el doble asesinato de los estudiantes nicolaitas Armando Héctor Tavera y Agustín Abarca Xochíhuatl, durante una protesta estudiantil el 28 de julio de 1949, fallecimientos a manos del Ejército que 60 años después sostienen el reclamo hacia una ideología política y una estrategia educativa “acordes con el siglo XXI”.

Reunidos afuera de la Biblioteca Pública Central, dependiente de la Universidad Michoacana, donde depositaron una ofrenda floral, ex alumnos de la Casa de Hidalgo que brillaron públicamente gracias a su ideología política, se dijeron marcados por las muertes de Tavera y Abarca cuando protestaron por la injerencia del gobierno estatal y la reducción de presupuestos contra la Universidad Michoacana, mientras el entonces gobernador, José María Mendoza Pardo, ordenaba la disminución de recursos a la casa de estudios argumentando falta de liquidez, al tiempo al Congreso del Estado le autorizaba gastar una cantidad mucho mayor a la suprimida, un millón de pesos, en la construcción de un teatro para ballet.

Los estudiantes enardecidos contra el gobernador y los diputados locales, quienes abandonaron el recinto legislativo al saber de la llegada de la columna de inconformes, llegaron a la casa de Mendoza Pardo, cercana a la calzada Fray Antonio de San Miguel, la tarde del 28 de julio de 1949, “donde realizaron otro mitin y lapidaron las ventanas y puertas”, indica una crónica repartida en la ceremonia luctuosa.

“El gobernador pidió la protección del Ejército; hablaba por teléfono con el secretario de Gobernación, Adolfo Ruiz Cortines. Pronto salieron del cuartel cercano fuerzas federales para reprimir a los estudiantes, que ordenadamente marcharon hacia el centro de la ciudad en medio de una ligera llovizna; los soldados fueron en su persecución, y muy cerca de la Cámara de Diputados se escucharon descargas de fusiles y cayeron heridos varios estudiantes. Armando Héctor Tavera murió instantáneamente; Agustín Abarca Xochíhuatl quedó gravemente herido, y Heriberto Pineda, Neftalí Cruz, Salvador Gudiño y Jesús Díaz también fueron heridos, aunque no de gravedad. En la mañana del siguiente día murió Abarca en el Hospital Civil”.

Adolfo Mejía González, jurista con carrera pública en Michoacán y estudiante del nivel secundaria en el momento de la refriega, esbozó en la ceremonia luctuosa los hechos sangrientos de 60 años atrás y agregó que “los nicolaitas levantaron en la protesta solidaria, materialmente a todos los sectores político-sociales del estado, mientras a nivel nacional, la educación superior universitaria y tecnológica, incluyendo a la UNAM, el Instituto Politécnico Nacional y Chapingo, las Normales Urbanas y Rurales, se fueron a la huelga indefinida hasta que se atendieran las demandas nicolaitas”, que incluían la destitución del gobernador, formado en la misma casa de estudios que reprimió.

Por su parte, el político michoacano Arturo Martínez Nateras, surgido ideológicamente del mismo episodio histórico, pues ocurrió cuando fue estudiante, pugnó por tomar aquella misma lucha universitaria como punto de inflexión para provocar la modificación del sistema educativo mexicano actual, pues aseguró que “es necesario idear nuevas tesis para rescatar a la Universidad de la mediocridad y el retraso”, así como “construir una izquierda (política) a la altura de nuestro siglo”.

En la misma ceremonia, impulsada por la Universidad Michoacana, la Sociedad de Ex Alumnos Nicolaitas de la Escuela Preparatoria Melchor Ocampo y la Asociación Cívica Michoacana Generalísimo Morelos, se hicieron presentes otros actores de la lucha social en el estado, como Irán Ballesteros Olivares y Eva Castañeda Cortés, viuda de uno de los promotores del bienestar colectivo con mayor reconocimiento en la entidad, Efrén Capiz.

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