lunes, 4 de mayo de 2009

Complot con mucha influenza mundial



Fuente: La Jornada de Zacatecas

Redacción

Diego Miramontes de León

La doctrina del shock propuesta por Friedman no es más que un método aplicado a rajatabla en nuestro mundo actual para imponer “las políticas más dolorosas” que permitan mantener el modelo del libre mercado. Dicha doctrina se originó ejerciendo medidas extremadamente brutales a prisioneros y se logró su “ablandamiento”.

Además, debían mantenerse aislados y bajo shock permanente. Dicha doctrina se ha aplicado de igual forma a sociedades enteras. No se trata de algo nuevo, tiene su origen en los años 1940 y se concibió como un triunfo de la siquiatría. Milton Friedman, su autor, afirmó: “sólo una crisis real o percibida como tal produce un auténtico cambio”, además, “la desorientación reduce la capacidad de resistencia”.

Entonces, ¿le extraña la desinformación total sobre el problema que nos aqueja? Algunas personas muy inocentes dicen: “¿cómo se te ocurre que alguien se atrevería a soltar un virus con tal de imponer políticas de estado costando vidas humanas y millones de pesos?”.

Mientras estábamos muy distraídos comprando cubrebocas y muy entretenidos escuchando las novedades sobre los estragos de la influenza en nuestro país y el mundo a través de medios de información, completamente rendidos al servicio del poder, en la gaceta número 375 del martes 28 de abril, la Cámara de Diputados remite al Senado de la República, la minuta para el proyecto por el que se expide la ley de la Policía Federal.

Según esa ley, las atribuciones para la Policía Federal tienen competencia prácticamente en todo. En el capítulo II, artículo 8, se encuentran, entre muchas más atribuciones, utilizar agentes policiales sin uniforme en los casos en que sea necesario en la investigación; llevar a cabo operaciones encubiertas y de usuarios simulados para la prevención de delitos, y realizar acciones de vigilancia, identificación, monitoreo y rastreo en la Red Pública de Internet sobre sitios web con el fin de prevenir conductas delictivas.

De igual forma, desarrollar, mantener y supervisar fuentes de información en la sociedad, que permitan obtener datos sobre actividades relacionadas con fenómenos delictivos. Esta es sólo una muestra de las atribuciones, por lo que recomiendo revisar con detalle toda la minuta. Sólo recuerde que la sociedad que olvida su pasado está condenada a revivirlo.

Por supuesto que para algunos ciudadanos el brote de la pandemia surge en los momentos más adecuados para el gobierno federal, ya que sindicatos y organizaciones laborales tenían planeados movimientos de protesta; nos olvidamos de los problemas graves de inseguridad y de la crisis económica nacional, de las nefastas campañas electorales.

En otras partes del mundo también hay opiniones similares a las que se nos podrían ocurrir en nuestro tercermundista país, entre ellas, el encubrimiento de una crisis económica mundial, el resurgimiento de una nueva guerra capaz de relanzar la economía de las grandes empresas trasnacionales.

José Fernández de Castro y Peredo, médico cirujano de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), infectólogo, epidemiólogo y bacteriólogo de la Escuela de Salud Pública de México, en entrevista para un diario de circulación nacional del día 28 de abril, dice: “con apoyo de la Organización Mundial de la Salud practiqué la epidemiología en Checoslovaquia, Dinamarca e India y realicé estudios de Bacteriología en la Universidad de Londres”.

Bien, me lo imagino parado en un pedestal al momento de describir sus estudios, muy al estilo de Quino, y agrega: “este virus A produce –en mutación– millones de casos graves en el mundo, algunos miles de humanos fallecen. Mas, si toma usted en cuenta que somos varios miles de millones en el mundo –¿siete? ¿ocho mil millones? No lo sé, búsquelo usted– ¿Importa mucho si mueren unos cuantos millones?”.

¡Eso lo dijo una autoridad epidemiológica de nuestro país!, así que no se aflija, si es usted uno de esos “pocos millones de muertes necesarias”. Para terminar, la doctrina de Friedman asegura que el estado de shock es pasajero por la naturaleza humana, por lo que debe mantenerse para lograr el “ablandamiento” de la sociedad.

El paro de todas las actividades nos debe llevar a un colapso total para aclamar, después de ello, la ayuda del gobierno salvador. Los objetivos del G7 se deben cumplir tal como fueron orquestados, y México, siendo el mejor escenario, no fue invitado gratis. La reciente deuda externa contraída para “atender la pandemia” garantiza que nuestro país estará completamente vendido a menos por toda una generación. ¿Quién se beneficiará ahora?, ¿reviviremos nuestro pasado?

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