Fuente: La Jornada de Oriente (Puebla)
JAVIER PUGA MARTÍNEZ
¿Se está sembrando maíz transgénico en Puebla? Hasta este momento no existen elementos suficientes para sustentarlo, pero tampoco para desmentir que en el estado se cultiva ese tipo de semillas: mientras el gobierno del estado afirma por un lado que eso no es posible, porque estaría violando la Ley de Bioseguridad de Organismos Genéticamente Modificados, por otro reconoce que distribuye a los campesinos granos comprados a los consorcios Monsanto y DuPont, entre otros, líderes mundiales en investigación y producción de transgénicos.
El 8 de abril pasado, el titular de la Secretaría de Desarrollo Rural (SDR), Gustavo Jiménez Aguayo, realizó una gira de trabajo por el municipio de Acatzingo, al centro del estado de Puebla, de acuerdo con un boletín oficial difundido ese día por la dependencia.
La información refirió que el funcionario entregó a los campesinos de 13 municipios de la región maíz híbrido para sembrar 2 mil 500 hectáreas, “lo que les permitirá incrementar considerablemente los rendimientos de producción”, como parte del programa de apoyo estatal a labriegos para la adquisición de maíz y fertilizante.
“(Jiménez Aguayo) explicó que con las semillas criollas de maíz se obtiene una producción de tres a cuatro toneladas por hectárea, en comparación con el híbrido que alcanza las ocho toneladas, pero además se disminuyen los gastos de producción. Agregó que también se entregarán otras semillas como cebada, frijol y haba”.
El boletín agregó que con el Programa de Semillas Mejoradas 2009 se beneficiará a un total de 7 mil 253 familias, “acción que demuestra el compromiso del gobierno de hacer más competitivo al campo poblano”, y aseguró que Jiménez Aguayo dijo que en el año 2005 eran 29 mil 806 hectáreas las apoyadas con semilla mejorada; “en lo que va de este sexenio se ha alcanzado una cifra de 66 mil 818 hectáreas, lo que ha generado importantes impactos en las cadenas productivas de maíz, cebada, frijol, sorgo y haba”.
“El funcionario mencionó que los 217 municipios del estado son productores de maíz con una superficie de 576 mil 660 hectáreas, lo que representa el 60 por ciento del total de la superficie sembrada en la entidad poblana, las cuales tienen una producción anual de más de un millón 21 mil toneladas, lo que coloca a nuestro estado en el noveno lugar a nivel nacional”.
Finalmente, la información oficial aseguró que “se han establecido 34 mil hectáreas de maíz híbrido de color y QPM (maíz de calidad de proteína, en español) con semilla de alta calidad, lo que incrementó los rendimientos por hectárea hasta en un 15 por ciento en la región Mixteca, Izúcar, Tehuacán, entre otros”.
Monsanto y Pioneer, los proovedores
Para el subsecretario de Agricultura de la SDR, Juan Carlos Tlahuiz Chabacano, lo difundido por el boletín no significa que el gobierno está promoviendo la siembra de semillas genéticamente modificadas.
En entrevista con este diario, afirmó que lo que reparte la administración a los campesinos son maíces híbridos que, en efecto, han sido modificados pero a través de la polinización con materiales naturales resistentes a las sequías o a las lluvias intensas, además de que son de mayor tamaño. En cambio, los transgénicos están modificados genéticamente, subrayó.
En el caso del maíz QPM, señaló que no es transgénico pues el propio gobierno federal lo hubiera prohibido y el gobierno del estado estaría violando la legislación existente al usarlo; en la entidad ni siquiera existen permisos para experimentar con ese tipo de semilla, agregó.
Sin embargo, cuando se le preguntó al funcionario a quién le están comprando la semilla que se distribuye entre los labriegos, Tlahuiz Chabacano respondió que los proveedores son los consorcios Monsanto –a través de sus filiales Asgrow y Dekalb–, Pioneer –filial de DuPont–, y las mexicanas Asprosen y Berentsen, todas ellas ligadas por organizaciones no gubernamentales agrícolas y ambientales a la investigación, desarrollo y siembra de semillas de alimentos transgénicos. En esto, el gobierno del estado está invirtiendo 25 millones de pesos para maíz, sorgo y haba; en el caso del maíz, se está comprando maíz híbrido para sembrar 25 mil hectáreas.
“Si nosotros mencionamos a Monsanto, que es el grupo que se dedica a la modificación de organismos genéticamente, obviamente todos creerían que fomentaríamos esa práctica; sin embargo, aquí las leyes no nos permiten introducir con este nuevo reglamento que se hagan pruebas (experimentales). Ellos (los consorcios) cumplen con la normatividad que se les está exigiendo en cada país. Si el país permite que se produzcan organismos genéticamente modificados, lo van a hacer. México sólo lo permite en algunos lugares. Ellos hacen las modificaciones seleccionando los mejores materiales, pero no se les hace ninguna modificación genética”, aseguró el funcionario.
Para el caso de Puebla, sostuvo Tlahuiz Chabacano, es un estado donde el maíz tiene su origen y la ley lo protege, a diferencia de los estados del norte en donde sí se puede experimentar con materiales modificados. Esa es la principal restricción.
Indicó que la dependencia está trabajando con algunas organizaciones para la conservación y protección del maíz criollo poblano, y el gobierno del estado entrega incentivos a los productores que utilicen maíz criollo de mayor calidad y productividad.
Además, la administración estatal está preparando un decreto para evitar la introducción de alimentos transgénicos. Reconoció que si bien las inspecciones fitosanitarias puede detectar esos materiales en grandes embarques, los pequeños productores pueden pasarlos de otra manera. El objetivo es prohibir que esos productores no introduzcan semillas modificadas genéticamente que fueron compradas en otros estados donde se permite su comercialización.
Por otro lado, subrayó la ayuda que el gobierno estatal está dando a los productores de maíz criollo como parte del Proyecto Maestro de Maíces Mexicanos, el cual es a largo plazo y comienza a tener algunos resultados positivos entre los campesinos.
Maíz transgénico
De acuerdo con Gustavo Castro y Ryan Zinn, del Centro de Investigaciones Económicas y Políticas de Acción Comunitaria con sede en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, el maíz QPM es un transgénico creado por la mexicana Evangelina Villegas, que le mereció el Premio Mundial de la Alimentación. Esta semilla “tiene la apariencia y el sabor del maíz normal, pero con una diferencia fundamental: contiene dos veces más lisina y triptófano, aminoácidos esenciales para la salud y la nutrición humana”.
La polinización del maíz ocurre de manera natural, es decir, a través de la acción del viento y de los insectos, lo cual no impide que el maíz modificado genéticamente pueda mezclarse con los maíces criollos mexicanos. En Estados Unidos, la organización ambientalista Greenpeace ha señalado que el consorcio Monsanto utiliza esa práctica para demandar a campesinos por usar sus productos sin autorización, aun cuando no hayan firmado contrato alguno con Monsanto.
En México, las modificaciones a la Ley de Bioseguridad permitieron a las empresas Monsanto, Syngenta, Dow AgroSciences, y Pioneer preparar una inversión de entre 450 y 550 millones de dólares para experimentar con cultivos transgénicos, de acuerdo con el portal de internet ImagenAgropecuaria.com, quien agregó que el mercado de la venta de semillas en el país supera los mil millones de dólares; en el caso del maíz híbrido, entre el 60 y 70 por ciento del grano es comprado a las trasnacionales.
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