Pacientes aseguran que su mal se debe a la contaminación
VIRIDIANA SAAVEDRA PONCE
Dolor de cabeza, mareos y dificultad para mantenerse en pie son algunos de los síntomas de Soledad Suárez Vivas, una mujer de 66 años que pasó toda su vida en una casa habitación cercana al canal de Las Pintitas, en El Salto, donde las graves consecuencias a la salud generadas por la contaminación en la zona son cada día más evidentes y hoy la mantienen con diagnósticos reservados a causa del cáncer que la ataca.
La señora relató su lamentable historia, y el porqué ahora, luego de haber sido intervenida para extirparle un tumor en la cabeza hace ya algunos meses, sigue en observación y con la incertidumbre de saber cuánto costarán los medicamentos que necesita.
Sus malestares, ocasionados por la contaminación, como ella lo asegura, comenzaron desde el año pasado, cuando el aumento de los tejidos blandos en la parte izquierda de la cara provocaron alarma entre sus familiares, quienes decidieron que fuera atendida en el Hospital Civil Juan I. Menchaca, donde además le detectaron otras afectaciones, como enfermedad metastásica (que se refiere al cáncer que se ha extendido desde el lugar donde comenzó hasta otras partes del cuerpo) que ya le afecta al hígado, por lo que fue enviada a Oncología, en el Hospital Civil Fray Antonio Alcalde, donde hasta el sábado pasado permaneció internada.
De acuerdo con su hija, Irma Suárez Vivas, que también radica por la zona y al igual que “doña Soledad”, como la conocen en El Salto, ha “aguantado” los fétidos olores a lo largo de su vida, la señora “está en fase terminal, y eso se debe creer que es a la contaminación que hay en el ambiente”.
Sobre los médicos que atienden a su madre en el Antiguo Hospital Civil, refirió Irma, éstos se han dedicado a darle los servicios necesarios, pero el por qué de la enfermedad –de la que asegura hay muchos casos similares en El Salto– prefieren reservarse sus comentarios, pues luego de la muerte del menor Miguel Angel López Rocha en febrero de 2008 y de los escándalos que generó, los encargados de la salud han optado por no hacer comentarios referentes a la contaminación en dicho municipio, donde las autoridades pensaban que las afectaciones eran solamente para quienes vivían a las orillas del río Santiago, uno de los más contaminados del mundo, pero ahora, después de ver el caso de Soledad e Irma, que viven en El Trece, donde aseguran que hay “bastantes” vecinos diagnosticados con cáncer, en el caso de los adultos, y muchos niños y adolescentes que nacieron con malformaciones, cuestionan hasta cuándo habrá alguien que vele por ellos.
“De dónde viene el problema de raíz no lo dicen, ellos nada más dicen que es un cáncer muy agresivo, y eso es todo”, dijo Irma refiriéndose a los médicos que atienden a su madre, quien permaneció internada en una de las tantas camas del Antiguo Hospital Civil, justo al lado de un joven de 20 años que tuvo dificultad en el desarrollo de algunos de sus órganos, y que “por coincidencia” también es habitante de El Salto.
Fuente: La Jornada de Jalisco.
VIRIDIANA SAAVEDRA PONCE
Dolor de cabeza, mareos y dificultad para mantenerse en pie son algunos de los síntomas de Soledad Suárez Vivas, una mujer de 66 años que pasó toda su vida en una casa habitación cercana al canal de Las Pintitas, en El Salto, donde las graves consecuencias a la salud generadas por la contaminación en la zona son cada día más evidentes y hoy la mantienen con diagnósticos reservados a causa del cáncer que la ataca.
La señora relató su lamentable historia, y el porqué ahora, luego de haber sido intervenida para extirparle un tumor en la cabeza hace ya algunos meses, sigue en observación y con la incertidumbre de saber cuánto costarán los medicamentos que necesita.
Sus malestares, ocasionados por la contaminación, como ella lo asegura, comenzaron desde el año pasado, cuando el aumento de los tejidos blandos en la parte izquierda de la cara provocaron alarma entre sus familiares, quienes decidieron que fuera atendida en el Hospital Civil Juan I. Menchaca, donde además le detectaron otras afectaciones, como enfermedad metastásica (que se refiere al cáncer que se ha extendido desde el lugar donde comenzó hasta otras partes del cuerpo) que ya le afecta al hígado, por lo que fue enviada a Oncología, en el Hospital Civil Fray Antonio Alcalde, donde hasta el sábado pasado permaneció internada.
De acuerdo con su hija, Irma Suárez Vivas, que también radica por la zona y al igual que “doña Soledad”, como la conocen en El Salto, ha “aguantado” los fétidos olores a lo largo de su vida, la señora “está en fase terminal, y eso se debe creer que es a la contaminación que hay en el ambiente”.
Sobre los médicos que atienden a su madre en el Antiguo Hospital Civil, refirió Irma, éstos se han dedicado a darle los servicios necesarios, pero el por qué de la enfermedad –de la que asegura hay muchos casos similares en El Salto– prefieren reservarse sus comentarios, pues luego de la muerte del menor Miguel Angel López Rocha en febrero de 2008 y de los escándalos que generó, los encargados de la salud han optado por no hacer comentarios referentes a la contaminación en dicho municipio, donde las autoridades pensaban que las afectaciones eran solamente para quienes vivían a las orillas del río Santiago, uno de los más contaminados del mundo, pero ahora, después de ver el caso de Soledad e Irma, que viven en El Trece, donde aseguran que hay “bastantes” vecinos diagnosticados con cáncer, en el caso de los adultos, y muchos niños y adolescentes que nacieron con malformaciones, cuestionan hasta cuándo habrá alguien que vele por ellos.
“De dónde viene el problema de raíz no lo dicen, ellos nada más dicen que es un cáncer muy agresivo, y eso es todo”, dijo Irma refiriéndose a los médicos que atienden a su madre, quien permaneció internada en una de las tantas camas del Antiguo Hospital Civil, justo al lado de un joven de 20 años que tuvo dificultad en el desarrollo de algunos de sus órganos, y que “por coincidencia” también es habitante de El Salto.
Fuente: La Jornada de Jalisco.
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