martes, 4 de noviembre de 2008

No hay drama social que dure 100 años… ¡Pero 30 seguro!




POR RAMI SCHWARTZ

México no le puede ofrecer un futuro a las nuevas generaciones y, por ende, es un país sin futuro. El último año que México pudo dar a sus hijos los empleos que requieren fue 1981. Desde entonces, desde hace 27 años, dos generaciones, la economía ha sido incapaz de dar trabajo a los millones y millones de chamacos que han ingresado a la fuerza laboral. Los resultados hoy son catastróficos.

Según cálculos basados en censos del INEGI, de 1997 a la fecha, en los últimos 12 años, la
economía debió haber generado 14.6 millones de empleos, un promedio de 1.22 millones de empleos anualmente. En todo este tiempo, la economía sólo ha podido generar 4.13 millones de puestos de trabajo en la economía formal. En estos doce años, más de 10.5 millones de personas simplemente no encontraron acomodo en una fuente de trabajo estable y bien remunerada. En otras palabras, menos de tres de cada 10 personas han conseguido un empleo en esta economía enferma, podrida y plagada de monopolios.

De las 10.5 millones de personas que no consiguieron
empleo, más o menos la mitad se ha refugiado en la economía informal y la otra mitad simplemente se largó a buscar un mejor futuro en los Estados Unidos. Esto es, mientras la economía solo pudo generar 4.1 millones de empleos, la informalidad y el crimen organizado lograron generar 5.3 millones de ocupaciones y los Estados Unidos otro tanto. Si bien estos datos son suficientes para descalificar a la economía mexicana, nuestros gobernantes insisten en llamarla sana.

Porque además hay que decirlo, de los 4.13 millones de
empleos formales, la gran mayoría son empleos muy mal remunerados. No solo eso, casi cuatro de cada 10 empleos formales creados en los últimos 12 años, son empleos eventuales, la economía solo ha sido capaz de generar 2.3 millones de empleos permanentes, esto es, menos de 200 mil anuales. En otras palabras, si eliminamos los empleos temporales, entonces resulta que la economía no ha generado ni siquiera dos de cada diez empleos que ha demandado la sociedad en los últimos doce años.

Hay que agregar que si bien este es un mal heredado por el PRI, ha sido durante las administraciones panistas cuando más se ha rezagado el empleo. De los 4.13 millones de empleos formales generados de 1997 a la fecha, Zedillo alcanzó a crear 2.08, es decir, la mitad. Esto fue en los cuatro años comprendidos de 1997 al 2000. Por su parte el PAN, en los ocho años restantes, ha generado 2.05 millones de empleos.. Y por si fuera poco, los eventuales se cargan más a los años panistas que a los priístas. En pocas palabras, no ha tenido peor enemigo el empleo en México que el Partido Acción Nacional el mayor destructor de puestos de trabajo en la historia reciente del país.

Y por si fuera poco, el día de ayer el INEGI reportó un crecimiento de 25 por ciento en la tasa de desempleo al pasar de 3.4% de la PEA a finales del 2007 a 4.25 por iento en la actualidad, un salto de .85 puntos porcentuales. Y la desaceleración económica global apenas comienza, los cálculos más conservadores ubican el crecimiento del 2009 en 0% y los cálculos del triunfalista gobierno, cercano al dos por ciento; es decir, durante todo 2009 lo más probable es que no se genere un número importante de empleos, por lo que sumaremos el año 28 de rezago y si la bola de cristal no me falla, ni en el 2010 ni en el 2011, se van a generar los 1.2 millones de empleos que los jóvenes van a demandar esos años. Podemos anticipar que en 2011 se va a cumplir el 30 aniversario de este drama social.

Este es el verdadero panorama del empleo en México, no las cifras alegres que maneja el gobierno. Y una economía tan ingrata no puede ser calificada como sana. Solo en las mentes locuaces de los que nos gobiernan puede arraigarse la idea, repetida hasta el cansancio, que la mexicana es una economía sana, fuerte y estable. Muchos millones de mexicanos, que han quedado literalmente en la calle, no le pueden creer al heredero del triunfalismo ramplón, el gobierno de Calderón.

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