jueves, 30 de octubre de 2008

BAJO RESERVA

Periodistas EL UNIVERSAL.

“Prefiero ser ‘don Contreras’ a traidor a la patria”, reza el dicho de Andrés Manuel López Obrador. “Prefiero ser ‘don Contreras’ a traidor a la patria”, reza el dicho de Andrés Manuel López Obrador para aquellos que respaldaron y aprobaron la reforma a Pemex. La primera amenaza surtió efecto. Guadalupe Acosta, líder sustituto del PRD, está muy preocupado por un comunicado del grupo guerrillero las FARP, que acusa a Nueva Izquierda, los Chuchos, de colaborar con el gobierno federal y de erosionar a la corriente pejista. Ya han pasado los tiempos de una izquierda radical. La nación quiere una izquierda moderna, argumentó don Lupillo. ¿Va a andar con seguridad?, se le preguntó. “Jamás tendré escolta”, exclamó envalentonado el nayarita.

La siguiente historia ocurrió en San Lázaro. Es una historia de exploración profunda en pleno debate y aprobación de la ley de Pemex, ocurrida el martes. Los diputados del PRI abandonaron el salón de sesiones para buscar una mesa con carnitas y quesadillas de seso, cortesía del legislador michoacano J. Ascención Orihuela. Ellos entraron en una fase de explotación de tacos de buche, nana, nenepil y montalayo. Tan bueno estaba el asunto que atrajo a uno de los perredistas, Juan Guerra, que arremetió contra las quesadillas de seso. En la fila del taquero estaba también Jorge Emilio González, el niño verde. Con sus reservas probadas de carnitas, se fueron a votar los siete dictámenes.

Sí, hay crisis financiera internacional y es el tema que imperó en la inauguración de la Cumbre Iberoamericana en San Salvador, pero los jefes de Estado y de gobierno la olvidaron cuando apareció en escena el cantante Alejandro Fernández, quien cantó El Carbonero, célebre canción en tierras salvadoreñas. Al final, el hijo de Vicente tuvo un gesto de descortesía: saludó de mano al presidente Felipe Calderón y al rey Juan Carlos de España, pero ignoró a Michelle Bachellet, presidenta de Chile.

Por fin, el Lord de la Ligas puso fecha para su retorno a la vida política, con todo y sus derechos de militante perredista. La noche del martes, René Bejarano anunció en una reunión de IDN, su tribu amarilla, que tiene todo listo para reaparecer el 30 de noviembre, en el Monumento a la Revolución. Ante las masas, presentará el Movimiento Nacional por la Esperanza, franquicia con la que busca reivindicar su buen nombre y desligarse del bochornoso video de los fajos de billetes de Carlos Ahumada. En la fiesta habrá serpentinas, globos y espantasuegras. Quedaron prohibidas las ligas, en cualquiera de sus tamaños.

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