El escritor y estudioso de grupos armados, Carlos Montemayor, calificó como lacerante la situación de las desapariciones forzadas, no sólo en Guerrero, sino en todo el país.
Destacó la labor de la Asociación de Familiares de Detenidos, Desaparecidos y Víctimas de Violaciones a los Derechos Humanos en México (Afadem), que logró llevar a la Corte Interamericana de Derechos Humanos el caso de la desaparición de Rosendo Radilla, lo que "pone por primera vez a México en el banquillo de los acusados".
Recordó que el Estado mexicano no presentó pruebas de descargo, no obstante, el proceso seguirá.
Asimismo, el también miembro de la comisión de mediación entre el gobierno federal y el Ejército Popular Revolucionario (EPR), indicó que esperan la respuesta de la federación, "que debe incluir un encuentro directo con la Sedena, el Cisen y la PGR, no sólo con Gobernación".
El lunes el EPR emitió un comunicado en el que reafirma la tregua que pidió la comisión para que continúen las gestiones pertinentes para la presentación de Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Alberto Cruz Sánchez.
Al respecto, Montemayor afirmó que la respuesta del gobierno federal debe llegar pronto: "la comisión estableció en el documento del 14 de agosto que muchas de las acciones del Ejército y las policías suponen informaciones que no han sido compartidas con la comisión, y que planteadas por nosotros, no han tenido respuesta gubernamental".
Entrevistado después de ofrecer una conferencia, el autor de Guerra en el paraíso manifestó que "no sólo en Guerrero, sino en todo el país las desapariciones forzadas son muy lacerantes. En el caso de Guerrero, yo destacaría la labor de Afadem, que ha logrado introducir en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos el caso de la desaparición de Rosendo Radilla Pacheco; es la primera vez que se pone a México en el banquillo de los acusados. Esto es resultado de una gran tenacidad de Tita Radilla, de los integrantes de Afadem y de la sociedad civil".
En el caso de sus ataques, el EPR ha sido muy cuidadoso para que no haya muertes civiles, y también para que no lo identifiquen como terrorista, explicó.
Aunque consideró ese movimiento insurgente como producto de un auténtico descontento social, los cambios radicales en las élites "son imposibles", y la oportunidad de que se hagan será cuando "la sociedad se levante por entero y se sacuda todo lo que le estorba".
Lamentó que a la fecha no haya una estructura sólida o fuerza ciudadana que lo haga.
En la conferencia El Estado mexicano y los grupos paramilitares, Montemayor hizo una radiografía de cómo algunos países han creado ejércitos paralelos para no confrontar sus fuerzas regulares con los grupos inconformes.
Montemayor señaló que hay una "corriente privatizadora de ejércitos",y ejemplificó con países africanos como Angola y Sierra Leona, que contrataron compañías privadas de mercenarios para proteger sus yacimientos de diamantes y su industria petrolera.
Sin embargo, trasladando esa situación al continente americano, puso como ejemplo el llamado Plan Colombia, en el que "mediante asesorías políticas y la creación de ejércitos paramilitares, se combate a la guerrilla, en este caso a las FARC", las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia.
Paramilitares en México
En el caso de México, Carlos Montemayor definió que las fuerzas paramilitares que cobran cada vez mayor importancia son el narcotráfico y las corporaciones poliacas no reguladas; "esto pone al país en un contexto en el que las policías no tienen control, y si a eso le agregamos que, por ejemplo, en Chiapas se han agregado fuerzas contra los zapatistas, tenemos una situación crítica en México".
Lamentó que el Ejército mexicano "esté a punto de caer en el hoyo y ahogarse", porque "ya tiene el pozo donde se ahogó la estructura policial", en la que incluyó a la AFI, la PFP, las policías estatales y las municipales, "que no cuentan con una estructura duradera de mando", por los cambios de gobierno. En ese sentido, opinó que hay un desmantelamiento del Ejército.
Aunque dijo que hablar de grupos paramilitares en México "es una expresión muy lacónica", la evidencia es vasta.
Por ello criticó el reciente Plan de Seguridad Nacional, pues "¿con qué estructura policiaca se ejecutará, si está quebrada y cooptada y no hay manera de refundarla?".
Destacó la labor de la Asociación de Familiares de Detenidos, Desaparecidos y Víctimas de Violaciones a los Derechos Humanos en México (Afadem), que logró llevar a la Corte Interamericana de Derechos Humanos el caso de la desaparición de Rosendo Radilla, lo que "pone por primera vez a México en el banquillo de los acusados".
Recordó que el Estado mexicano no presentó pruebas de descargo, no obstante, el proceso seguirá.
Asimismo, el también miembro de la comisión de mediación entre el gobierno federal y el Ejército Popular Revolucionario (EPR), indicó que esperan la respuesta de la federación, "que debe incluir un encuentro directo con la Sedena, el Cisen y la PGR, no sólo con Gobernación".
El lunes el EPR emitió un comunicado en el que reafirma la tregua que pidió la comisión para que continúen las gestiones pertinentes para la presentación de Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Alberto Cruz Sánchez.
Al respecto, Montemayor afirmó que la respuesta del gobierno federal debe llegar pronto: "la comisión estableció en el documento del 14 de agosto que muchas de las acciones del Ejército y las policías suponen informaciones que no han sido compartidas con la comisión, y que planteadas por nosotros, no han tenido respuesta gubernamental".
Entrevistado después de ofrecer una conferencia, el autor de Guerra en el paraíso manifestó que "no sólo en Guerrero, sino en todo el país las desapariciones forzadas son muy lacerantes. En el caso de Guerrero, yo destacaría la labor de Afadem, que ha logrado introducir en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos el caso de la desaparición de Rosendo Radilla Pacheco; es la primera vez que se pone a México en el banquillo de los acusados. Esto es resultado de una gran tenacidad de Tita Radilla, de los integrantes de Afadem y de la sociedad civil".
En el caso de sus ataques, el EPR ha sido muy cuidadoso para que no haya muertes civiles, y también para que no lo identifiquen como terrorista, explicó.
Aunque consideró ese movimiento insurgente como producto de un auténtico descontento social, los cambios radicales en las élites "son imposibles", y la oportunidad de que se hagan será cuando "la sociedad se levante por entero y se sacuda todo lo que le estorba".
Lamentó que a la fecha no haya una estructura sólida o fuerza ciudadana que lo haga.
En la conferencia El Estado mexicano y los grupos paramilitares, Montemayor hizo una radiografía de cómo algunos países han creado ejércitos paralelos para no confrontar sus fuerzas regulares con los grupos inconformes.
Montemayor señaló que hay una "corriente privatizadora de ejércitos",y ejemplificó con países africanos como Angola y Sierra Leona, que contrataron compañías privadas de mercenarios para proteger sus yacimientos de diamantes y su industria petrolera.
Sin embargo, trasladando esa situación al continente americano, puso como ejemplo el llamado Plan Colombia, en el que "mediante asesorías políticas y la creación de ejércitos paramilitares, se combate a la guerrilla, en este caso a las FARC", las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia.
Paramilitares en México
En el caso de México, Carlos Montemayor definió que las fuerzas paramilitares que cobran cada vez mayor importancia son el narcotráfico y las corporaciones poliacas no reguladas; "esto pone al país en un contexto en el que las policías no tienen control, y si a eso le agregamos que, por ejemplo, en Chiapas se han agregado fuerzas contra los zapatistas, tenemos una situación crítica en México".
Lamentó que el Ejército mexicano "esté a punto de caer en el hoyo y ahogarse", porque "ya tiene el pozo donde se ahogó la estructura policial", en la que incluyó a la AFI, la PFP, las policías estatales y las municipales, "que no cuentan con una estructura duradera de mando", por los cambios de gobierno. En ese sentido, opinó que hay un desmantelamiento del Ejército.
Aunque dijo que hablar de grupos paramilitares en México "es una expresión muy lacónica", la evidencia es vasta.
Por ello criticó el reciente Plan de Seguridad Nacional, pues "¿con qué estructura policiaca se ejecutará, si está quebrada y cooptada y no hay manera de refundarla?".
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